Con el verano a la vuelta de la esquina, las conversaciones sobre las vacaciones ocupan un lugar central en las familias argentinas. La inflación, el tipo de cambio y las ofertas internacionales están marcando las decisiones, generando un abanico de realidades en las que algunos ajustan gastos, otros mantienen sus planes de siempre y otros aprovechan para cruzar fronteras en busca de precios más accesibles. ¿Cómo será el verano 2025?
Lo que eligen los argentinos
El panorama vacacional es diverso. Según la agencia de turismo “Contreras Viajes”, la Costa Atlántica sigue siendo el destino estrella, pero con matices: “Este año notamos que la gente está reduciendo su estadía promedio de dos semanas a entre siete y diez días”, comenta Carolina Suárez, vendedora y agente de viajes. La tendencia se explica por el aumento en el costo de alojamiento y servicios en los balnearios más tradicionales, como Villa Gesell, Pinamar y Mar del Plata, donde los precios han subido drásticamente en comparación con el verano pasado.
En contraste, destinos internacionales como Brasil se posicionan como una opción más conveniente para algunos. “Con la inflación en Argentina y el tipo de cambio oficial para turismo, alquilar un departamento en Florianópolis o Bombinhas termina siendo más barato que ir a Pinamar”, explica Juan Molina, vecino de Luján y padre de familia que optó por cruzar la frontera este verano.
Vacaciones más austeras o más cortas
Stella Monoukian, empleada administrativa de la Municipalidad de Moreno, cuenta que por primera vez en 10 años no viajará: “Siempre íbamos a Mar del Plata por una semana, pero este año con los precios que tienen los alquileres y la comida allá, no llegamos. Preferimos hacer salidas por el día a lugares cerca de acá”, explica. Para Stella, la decisión no fue fácil: “Las vacaciones son un respiro, pero ahora estamos priorizando otras cosas.”
Hacer un turismo desde una dinámica más local, se torna una opción para aquellos con un bolsillo más ajustado. “Siempre íbamos a Gualeguaychú o a San José a pasar unos días, pero este año no nos da. Con mi sueldo como docente y los aumentos en los servicios, preferimos quedarnos y hacer alguna escapada de día a lugares cercanos”, explica María Belén Rocha, quien vive en Merlo con sus dos hijos.
Para otras personas, tomarse un descanso se torna una cuestión innegociable a pesar de la situación económica. Hernán Petit y Paula Resiglione, una pareja de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, padres de tres hijos, decidieron achicar la cantidad de días en la costa atlántica: “Siempre alquilamos una quincena en Villa Gesell, pero este año vamos solo 5 días. Los precios están por las nubes y, además, sumale el costo de la nafta. Pero para nosotros es importante que los chicos tengan su tiempo en la playa”, comenta Paula.
La modalidad de viajes en grupos de amigos también tuvo modificaciones este año: “Hace unos años era común organizar un viaje largo a Europa con mi grupo de amigos, esté año el panorama es distinto, muchos de mis amigos ya no están tan seguros de poder pagar un viaje a esta altura del año” comenta Ezequiel Aranda, estudiante universitario de la localidad de Morón.
En otra sintonía están los que mantienen sus costumbres a pesar de los cambios económicos. “Desde hace 20 años pasamos enero en nuestra casa en Las Toninas. No cambiamos porque nos encanta y no tenemos que gastar tanto como en otros destinos”, cuenta Claudio Esperanza, jubilado de la localidad de Merlo. Según Claudio, la clave está en planificar bien: “Nos organizamos para llevar comida de acá y no gastar de más.”
Brasil: el destino sorpresa del verano
Por otra parte, muchos argentinos están mirando al exterior, especialmente a Brasil, donde los costos, impulsados por un tipo de cambio favorable, se han vuelto una alternativa más económica que los destinos locales.
“Nos sorprendimos haciendo números. Una semana en Búzios con vuelo incluido nos sale lo mismo o menos que ir a Pinamar. Es increíble, pero es así”, dice Lucas Pereyra, trabajador del sector gastronómico en la localidad de El Palomar. Para él y su pareja, esta será su primera vez en Brasil. “Siempre fuimos a la costa argentina, pero la diferencia de precios y la calidad del servicio de allá, nos hicieron decidir”, destaca Lucas.
El fenómeno se explica en parte por las promociones que ofrecen las aerolíneas y las agencias de turismo, pero también por la percepción de que el gasto en reales rinde más que en pesos. “Es cierto que tenés que prever más de antemano y llevar la plata cambiada, pero una vez allá, la relación precio-calidad es mucho mejor”, aclara Lucas.
Entre el descanso y el desafío
Las vacaciones 2025 no solo reflejan el deseo de desconectar y disfrutar, sino también la capacidad de adaptación de los argentinos frente a un escenario económico desafiante. Desde quienes deciden no resignar sus días de descanso, aunque con menos lujo, hasta los que descubren nuevos destinos más accesibles, el verano se reinventa para seguir siendo una experiencia memorable.
Si algo queda claro es que las vacaciones, más que un gasto, siguen siendo una inversión en bienestar emocional. Y aunque las circunstancias puedan limitar los destinos o la duración, la necesidad de desconectar y recargar energías sigue vigente, aun en tiempos de ajustes.