El comercio minorista es un actor importante en la economía argentina y funciona como un índice de la actualidad. Si bien el sector se encuentra afectado por la situación inflacionaria y la variación recurrente de los precios, muchos negocios se mantienen abiertos invirtiendo grandes cantidades de esfuerzo, reinventando el catálogo de productos que ofrecen y aplicando distintas estrategias que favorecen las ventas.
La economía no solamente se moviliza por mayoristas, cadenas de grandes marcas o hipermercados, sino que muchas personas inician o mantienen emprendimientos locales de ropa, farmacias y supermercados que proveen a sus clientes de los productos que necesitan. ¿Qué sucede con estos negocios?, ¿Cómo se enfrentan a la realidad que los golpea?
Valeria administra un supermercado en el barrio San Juan, en Castelar, que abrió su familia en 1990. “El supermercado empezó como un proyecto que mi padre Miguel tenía. Al año de abrirlo se agrandó la otra parte del local. En 1993 empecé a trabajar allí como cajera y repositora”, cuenta Valeria. En cuanto a la situación actual comenta: “Los productos que más se venden son lácteos, harinas y fiambres. Y veo el consumo disminuido desde hace dos años. La variación de precios es constante y hay que regular el cambio de precio todo el tiempo, la inflación es muy alta y poco estable para vivir”.
Esta situación se replica en un supermercado de la localidad La Reja orientado al consumo barrial y familiar de la zona. Sofía, quien trabaja como cajera allí, cuenta: “Los lácteos son los productos que más vendemos. Y cada dos o tres semanas estamos cambiando los precios de todo”. Esta problemática genera un clima de descontento del comprador que se manifiesta por medio de la queja y de preocupación del comerciante que intenta mantener su negocio.
Romina trabaja en un local en Morón desde hace dos años donde vende indumentaria masculina. “Lo que más se vende ahora son remeras del look oversize y se usan mucho camisas de lino para el verano”, explica Romina. Las prendas de ropa determinan nuestros gustos, nos identifican con grupos sociales y otorgan muchas veces un sentido de confianza. Sin embargo, cuando el poder adquisitivo disminuye las personas de menores ingresos deben priorizar los productos de primera necesidad. Sobre esto Romina explica: “Actualmente se vende menos. La suba de precios de todo hizo que la gente tenga que elegir entre comer o comprarse un jean”.
Nadir tiene 18 años y trabaja en una dietética en Ituzaingó que ofrece una gran variedad de productos para personas con celiaquía. “Nosotros además de cosas sueltas, como harinas, tenemos más comida sin gluten en un freezer como facturas, que no son un producto muy común, y milanesas de sojas que es lo que más sale”, comenta sobre el catálogo que exhiben. Cuando se habla de los precios de los alimentos se suele apuntar al consumo general omitiendo los artículos orientados a personas que, por alguna condición, requieren artículos específicos. “Mucha gente nos dice que están muy buenas las cosas que vendemos. La mayoría son caseras, no son como un paquete de galletitas normal, y estos alimentos son mucho más costosos, algunos productos están ocho veces más caros”, habla sobre las dificultades que existen para adquirir estos artículos.
El acceso a los alimentos requeridos y a una vestimenta adecuada acompañan en importancia a la necesidad de gozar de una buena salud. En este sentido los medicamentos adquieren un rol fundamental dentro de la canasta básica. Lucía es empleada de una farmacia de la localidad Francisco Álvarez, ubicada en el partido de Moreno, y sobre los precios explica: “El valor de los productos varía. Estaban congelados, pero hace unas semanas aumentaron alrededor de un 20% cada medicamento. Los precios de las farmacias se aumentan por sistema, no es que suben según lo que considere cada farmacia”, cuenta. Resalta que “a partir del programa Compre sin IVA aumentaron las ventas. Se utiliza más la tarjeta de débito y los medios electrónicos por la devolución”.
Cabe recordar que desde el 18 de septiembre se implementó el programa Compre sin Iva que reintegra los gastos realizados en productos de la canasta básica con tarjeta de débito y Cuenta DNI. Además, esta plataforma perteneciente al Banco Provincia buscó paliar el aumento de los precios generalizados con distintas promociones o devolución de dinero en artículos y días seleccionados. ¿Estos programas generan un impacto positivo en el consumo? ¿Todos los comercios lo implementan o utilizan sus propias promociones para incentivar las ventas?
Con respecto a esto, Sofía cuenta: “Nosotros aceptamos todos los medios de pago, pero no tenemos promociones con aplicaciones. Lo que sí traen más son productos baratos porque los más caros la gente no los lleva tanto”. En el caso de Valeria, su comercio acepta todos los medios de pago y comenta: “La gente como método de pago utiliza más las billeteras virtuales como Mercado Pago o Cuenta DNI. Contamos con promociones para incentivar la compra, como descuento con pago en efectivo y con Cuenta DNI 2 días a la semana tienen descuento”. Sin embargo, explica que “hay momentos en que ni con estas opciones logramos vender lo necesario”.
En el caso de los alimentos específicos para personas celíacas, existe un sistema especial de devolución que vuelve los productos un poco más asequibles. “Nosotros tenemos miércoles y jueves descuentos con Cuenta DNI. Para compras grandes implementamos descuentos en efectivo y tenemos el QR de Compre sin Iva. Además, en el caso de personas celíacas si la obra social te lo cubre nosotros hacemos la factura por AFIP y podés pedir un reintegro en tus compras con ellos”, dice Nadir. Las personas suelen consultar y comprar los días habilitados para los descuentos. Esto genera un mayor flujo de ventas en días específicos de la semana.
Los comercios de indumentaria no son la excepción a la búsqueda de precio. “Siempre tenés que tener algo para atraer al cliente. Siempre nos preguntan si hay cuotas sin interés o con Cuenta DNI tenés un 30% de reintegro con un tope, entonces nos preguntan un lunes y si la promoción es un miércoles prefieren volver el día que hay promoción”, habla Romina sobre las maneras que tienen en su trabajo para favorecer las ventas.
Si bien la situación económica general es muy compleja, los comerciantes se valen de todas las herramientas que tienen disponibles para volver un poco más asequibles sus productos, mantener sus negocios abiertos, asegurar los puestos de trabajos y proveer a sus clientes.