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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Venta de juguetes: la recesión es cosa seria

Jugueteros y feriantes registran una fuerte caída de la actividad. Cambios de hábito entre los compradores.
“Desde el Día del Niño del 2023 las ventas de juguetes fueron cayendo de corrido”, dice Patricia Ercoli, artesana morenense. Foto: Facebook Juguetes de madera.

En el rubro del juguete se da una fuerte caída de las ventas minoristas. Esto sucede, por un lado, por la fuerte inflación, generada por el ajuste del gobierno y por la falta de aumentos en los salarios de los trabajadores. Samantha Silva, morenense y mamá de Felisa de 10 años, explica: “Los juguetes los compramos cuando podemos, ya no compro juguetes de marca en las jugueterías grandes, prefiero comprarle más chucherías porque ella se aburre rápido, además con la inflación y con mi sueldo que no aumenta seria como un lujo”.

El juego de los números

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) publicó recientemente un informe de venta minorista. Este documento muestra que las ventas descendieron en general un 7,3% anual, a precios constantes, y acumulan una caída de 18,4% en el primer cuatrimestre del año. Este trabajo estadístico fue elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.276 comercios minoristas del país, realizado entre el 2 y el 3 de mayo, según se precisa en la página oficial de la cámara.

En el caso del rubro del bazar, decoración, textil, para el hogar y muebles -donde se incluyen a los juguetes-el declive en abril fue del 9,4% anual, a precios constantes para llevar la caída del cuatrimestre a 17,6%, frente al mismo periodo de 2023. En la comparación con el mes pasado se retrajeron 1,6%.

Por los barrios

Los comerciantes barriales sufren la caída de las ventas, ven una baja por arriba de las estadísticas y se sostienen con los artículos más baratos. Claudia Vargas, dueña de la Juguetería  Encantos Mágicos, ubicada en el barrio San José de Moreno, sostiene: “En 2024 se vino abajo la venta de juguetes, un 40 por ciento por lo menos, si bien acá tengo otros rubros, como bazar, en los juguetes se ve mejor”.  La comerciante, al ser consultada respecto a cuáles son las preferencias de los clientes al momento de concretar sus compras, afirma: “Buscan los más simples, los más económicos y los más chiquitos. En otros tiempos no era así, venían a buscar cosas más específicas, un auto grande o una muñeca, por ejemplo, en ese momento si antes se gastaban 100 ahora se gastan 40 en algo chico, es terrible”.

Además, Claudia hace referencia a los contrastes dentro del mercado minorista, para ella no es todo lo mismo: “Hay jugueterías y jugueterías”. En cuanto a este punto, aclara: “La diferencia entre el barrio y Moreno es que allá conseguís mucho de licencia, de las marcas reconocidas, o juguetes que pasan por la tele, yo acá tengo chino, no hay una Barbie en caja por ejemplo. Los juguetes más caros son imposibles, salvo que tengas tarjeta de crédito y que puedas usarla”, asegura.  

Claudia agrega: “Se nota que hay gente que antes compraba en el centro y ahora viene al barrio a comprar algo de menor valor, ya no busca el juguete que ven en la televisión y busca el lugar económico, ahora es al revés, primero se busca el lugar”. De esta manera, nos confirma el cambio de comportamiento de los clientes, que ahora buscan algo más barato porque ya el bolsillo no les alcanza.

En cuanto al panorama económico general, la entrevistada afirma: “Tenemos la esperanza que va a mejorar, los precios están estables por lo que veo las listas de proveedores, el aumento de la venta depende del sueldo de la gente. Cuando la gente tiene plata no mira el precio de las cosas y cuando no la tiene se mide. Este negocio está hace 13 años, cuando hubo consumo me fue bien, empecé con un local y ahora tengo dos, llegué a tener dos empleados”. La esperanza de los comerciantes está puesta en el repunte del salario, ya que los números de la inflación, aunque no son precisamente buenos, se planchan por la caída de las ventas.

Desde la economía popular

“Aproximadamente desde el Día del Niño del 2023 las ventas de juguetes fueron cayendo de corrido, cada 15 días aumentaba lo que es madera. Las pinturas, los barnices y los pinceles también aumentaron muchísimo y esos precios se trasladaron al producto final”, afirma Patricia Ercoli, productora morenense de juguetes didácticos en madera.

Patrica se considera trabajadora de la economía popular, tiene un showroom en su casa, toma pedidos, vende en ferias estatales y privadas, y trata de competir con los “juguetes chinos”. En cuanto a este aspecto detalla: “Los precios subieron y es muy difícil competir con la chuchería, hay meses que la madera llegó a aumentar un 200 %, entonces los pedidos bajaron”.

La venta de productos artesanales también se diferencia de los comercios, según Patricia. Sobre este fenómeno afirma que hora se compra en fechas claves, como Reyes, Día del Niño o Navidad. “Es ahí donde más vendo y puedo hacer una diferencia, en esa fecha hago promociones y me hacen encargos”, describe.

“En cuanto a la forma de pago cambió mucho, casi no usamos efectivo. Yo estoy adherida a Cuenta DNI comercios, donde el Banco Provincia te hace beneficios con descuentos de hasta un 40 %. Como soy monotributista puedo facturar a las escuelas y jardines, y eso nos sirven a los dos, por un lado, los clientes se benefician con los descuentos, y yo puedo agarrar pedidos más grandes”, comenta la productora. Patricia destaca también su relación directa de productor al consumidor a la hora de hablar de precios y pagos, y sostiene: “Nos podemos adaptar todos de esta forma, con otras estrategias, con nuestras estrategias, que las vamos amoldando según el contexto”.

La feriante Ana Isabel Arsuaga vende juguetes usados “para complementar su jubilación”. Los precios oscilan entre los 200 y 800 pesos por unidad.

Reventas

En el puesto 59 del Predio Municipal Ferial La Bibiana, ubicado en la localidad de Trujui del partido de Moreno, Ana Isabel Arsuaga, vende juguetes usados para “complementar su jubilación”. Sobre los precios señala: “Los precios de los juguetes son de 200 para arriba, tengo de 800 y más, hay mucha diferencia con los nuevos. Los chicos pasan con los padres y los piden, y así no es tan caros para los papás”.

“Tengo nuevos también, son los de McDonald ‘s, estos los tengo a 1000, me los traen, son los que vienen en la Cajita Feliz. Si vos llevás un chico a pasear a veces no le podés comprar una cajita, porque están carísimas y a los chicos les gustan porque coleccionan”, describe Ana.  Además de “revalorizar el usado”, la feriante vende juguetes que consigue nuevos, por medio de algunos contactos.

La venta en la feria es muy variada, entra el trueque y otras formas de intercambio: “Lo bueno es que la gente ya sabe que los tengo y los vienen a buscar. Me los dan a consignación y por eso siempre tengo los nuevos, y me sirve para vender otras cosas, como ropa y cosas usadas, la feria tiene su propio funcionamiento”, explica la puestera.

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