
Fue uno de los programas actualmente más vistos de la televisión argentina. Ayer hubo un nuevo ganador, Bautista Mascia, y la vigencia de GH lleva a preguntar qué le atrae a la sociedad de ese género. El sociólogo Ezequiel Garófalo, un televidente, Alejandro Ríos, y Martina Lipari, que pertenece al fandom de “Furia”, una de las protagonistas más famosas de esta edición, ofrecen respuestas.
El reality show, mejor conocido como Big Brother, es un programa creado por John de Mol que tuvo sus inicios en 1999 en Países Bajos. Garófalo, sociólogo y profesor, explica que el nombre del formato surge de la novela 1984 de George Orwell. “Tenía que ver con una crítica al comunismo y planteaba, en esa novela de fantasía, que el comunismo era una sociedad de control”, dice.
El programa consiste en que un grupo de personas vivan un determinado tiempo dentro de una misma casa, totalmente aislados y siendo observados las 24 horas del día por una gran cantidad de cámaras, algunas visibles y otras ocultas detrás de espejos o ventanas. Garófalo relaciona este formato con la realidad de todos respecto a las nuevas tecnologías. El sociólogo detalla que “el formato es someterse a estar observado. O sea, aceptar por lo que sea, como un premio, estar en esas condiciones. Estar vigilado, controlado, escuchado las 24 horas. De alguna manera la sociedad con las tecnologías que tenemos hoy, el celular, etcétera, estamos controlados las 24 horas. Una forma de naturalizar algo que ya se está dando.”
El horario en que es transmitido el programa es una hora estratégica para que jóvenes y adultos puedan mirarlo, guste o no el formato. Alejandro Ríos cuenta:”Por ahí no había nada en la tele para ver y miraba el programa, en ese horario no hay mucho para ver en la tele”.
Para muchas personas la televisión no solo es entretenimiento, sino que también es un acompañante. Martina Lipari es estudiante, forma parte del fandom de Juliana, alias “Furia, y expresa que “el programa sirve como acompañamiento de quienes lo consumen, ya que es 24 horas, si no tenés nada que ver, entrás y siempre encontrás algo que ver y no pensar en la realidad”. Ella también dice que con este formato 24 horas miraba el programa en vacaciones y así logró conectar con “Furia”.
Las razones por las cuales los espectadores apoyan a un participante pueden ser diversas, ya sea porque le gusta el juego, les parece divertido o comparten algunos valores. Y de aquí surge el debate ¿el programa es un reflejo de la sociedad o no? Alejandro piensa: “Cada uno tiene su personalidad, ellos son un grupo de gente, y en la sociedad somos todos diferentes, no somos todos iguales a ellos. De cierta manera siempre va a haber alguien parecido, que va a pensar lo mismo, que por ahí está de acuerdo con sus actitudes, pero todos somos diferentes”.
Para algunos, la estrategia de Gran Hermano a la hora de seleccionar participantes puede recaer en la sociedad de la época en el que transite el show. Martina menciona: “Creo que siempre está vigente los programas como Gran Hermano debido a que siempre representa a personajes estereotipados de la realidad y estos estereotipos pueden ir cambiado a través del tiempo, por ejemplo, en un Gran Hermano del año 2000 no creo que haya un estereotipo como Furia sino más bien es un estereotipo de esa generación.”
Otra parte de la sociedad cree que las personas más llamativas para el medio son las que generan polémica. Garófalo declara: “De este ciclo nuevo, hoy casualmente escucho comentarios, por ejemplo, de ‘Furia’, que la estaban comparando con Milei”. Esto tiene relación con la edición anterior y con las personas que adhieren a ese pensamiento, o incluso aquellos que opinan lo contrario. El sociólogo también comenta: “Anteriormente, en el ciclo anterior, también había un tipo de derecha que yo creo que es una construcción mediática. Se vende eso y hay público que lo compra.”
A pesar que la opinión política suele ser importante a la hora de seguir o no a una persona, alguien que generó una grieta en el reality show fue Juliana. Al mismo tiempo que generaba fans mucha gente se ponía en contra de ella. Martina, como fanática, observa: “Sé que el personaje de ‘Furia’ tiene tanto fanáticos como odiadores, pero creo que eso es lo que impulsa su personaje. Ya que durante todo el programa se estuvo debatiendo su accionar y había gente que la defendía y otra que no.”.
El personaje de ‘Furia’ fue uno de los más debatibles, así como que provocó que muchas personas la sigan, vean el programa todos los días, también hizo que otras dejen de mirarlo. Alejando exclama: “No me gusta porque después de que empezó ‘Furia’ con los gritos era muy cansador escuchar siempre gritar, gritar, gritar, siempre repetitivo el programa, siempre lo mismo.”
Gran Hermano, desde la edición anterior, ha incorporado el streaming, que consiste en que una o varias personas no sólo transmitan la gala que está en vivo, sino que también den su opinión mientras leen y responden comentarios de espectadores a través de Youtube. Martina dice que “la incorporación del streaming al formato ayudó bastante ya que abre la puerta a un nuevo público, los más jóvenes, que tal vez no tienen la costumbre de agarrar el control y prender la tele.”
Las redes sociales son un medio presente en muchas personas para opinar sobre el reality show. Martina expone que “las redes sociales como X (Twitter) o Instagram ayudaron a debatir sobre el programa. También gracias a las redes se pueden conectar personas que se fanatizan con el mismo personaje. En mi caso pude conocer gente que también le gustaba Furia y que compartían el mismo humor que manejo yo.”
Es verdad que actualmente las redes sociales son una de las principales formas de comunicar, pero también el boca a boca sigue siendo uno de los canales de comunicación primordiales que tiene el ser humano. Gran Hermano al ser uno de los programas más consumidos por las personas que, aunque no lo miren, una persona es capaz de enterarse de lo que ocurre gracias a otros. Como es el caso de Alejandro, quien revela: “Me entero porque en el trabajo comentan, hablan a veces, cuando hay algo más o menos interesante que les resulta a mis compañeras”.
Big Brother se originó en una época donde las redes sociales no existían y para muchos hoy son ellas las que nos hacen estar en un Gran Hermano en la vida real, no muy alejado a la novela 1984. El formato de televisión difiere de la realidad en el momento en que uno es consciente que hay una producción que maneja el programa, y las personas elegidas pasan por un proceso de selección pensado para un formato mediatizado. Si bien las redes sociales son manejadas por nosotros mismos, siendo quienes decidimos qué y cómo mostrar nuestra realidad, también al usarlas accedemos a visibilizarnos frente a los demás.