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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Fracking: ¿qué hacer?

El 11 de octubre es el Día Internacional contra el Fracking, una técnica para obtener combustibles en zonas poco habituales. Riesgos reales y potenciales. Hablan especialistas.
La explotación minera genera inquietudes por posibles problemas ambientales. Foto: Anccom.

Para la extracción de petróleo y gas en yacimientos no convencionales se debe inyectar agua, arena y productos químicos que ejercen gran presión para romper la roca que abrirá grietas por donde puedan fluir estos hidrocarburos. Con este objetivo se diseñó el método de fractura hidráulica, más conocido como fracking, que, si bien se utiliza en muchos países, también cosecha detractores.

Alrededor de esta técnica se abren dos tipos de debate; uno en torno a sus beneficios y otro sobre sus consecuencias socioambientales. Por una parte, nos provee de recursos para la generación energética de uso diario como la calefacción e iluminación, el transporte, la energía industrial y la industria petroquímica que genera abonos, plásticos, detergentes, entre otros. Esto sugiere la generación de recursos, empleo y ganancias para el desarrollo de los países donde se practica.

Por otro lado, surgen sus consecuencias socioambientales sobre los usos excesivos de arena de sílice, agua y químicos y sus efectos en la salud (respiratorios, reproductivos e inmunológicos). Además de los sismos provocados y la contaminación en el aire, como producto de emisiones de gases. Por eso mismo, activistas ambientales toman al 11 de octubre como Día Internacional contra el Fracking.

En el Observatorio Petrolero Sur (OPSur) donde se investiga, divulga e incide sobre políticas públicas, acerca de la producción y consumo de energía, usan el concepto de “energía extrema” para referirse tanto a las características de los hidrocarburos como al contexto en el que la explotación de gas, crudo y carbón entraña cada vez mayores riesgos geológicos, ambientales, laborales y sociales. Y, por si fuera poco, tiene una alta accidentalidad.

Al respecto, Fernando Cabrera, investigador y coordinador de OPSur dice: “Estas energías extremas implican mayor riesgo, complejidad técnica, inversión y por tanto, toda la gran infraestructura hidráulica que logra mayor ocupación territorial debido a la gran cantidad de pozos que se realizan”.

El gran problema de fondo

Desde OPSur comentan que no existe una oposición férrea y masiva contra el fracking, por parte de las poblaciones afectadas. Aclaran que hay que tener en cuenta siempre que buena parte de la energía que se usa proviene de esa técnica. Entonces, definen que la contaminación es grave, pero se puede detener su avance. En cambio, el eje debería estar en el mal control ejercido sobre la explotación energética y la falta de información pública acerca de ella.

Para el licenciado en Geografía Roberto Ochandio, quien trabajó en empresas petroleras como Hughes Services e YPF, donde se usa el fracking, la constante es la corrupción que le permite a las empresas hacer lo que quieran sin supervisión responsable del gobierno. Muchos problemas podrían evitarse si no se usaran los hidrocarburos como mercancía sino, como bienes públicos sin fines de lucro“, asegura.

Además aclara que, por ser una técnica experimental, las industrias petroleras no están obligadas a declarar todos los productos usados o generados en el proceso de fractura: Ocultan los datos de los compuestos más controversiales y se desconocen los efectos combinados de las sustancias y sus riegos; junto con el funcionamiento de los elementos del ambiente que pueden resultar afectados”.

Por último, apunta al mal estado de las infraestructuras hidráulicas. Problemas técnicos de diseño y resistencia de materiales impiden que se garantice la integridad estructural a perpetuidad. Como consecuencia,  todos los pozos desarrollan pérdidas de fluidos que contaminan los acuíferos y que llegan a la superficie”, afirma.

La solución: ¿terminar con el fracking?

Para Ochandio, la población demanda un suministro siempre creciente de energía que sólo puede proveerse, en la cantidad y calidad necesaria, mediante combustibles fósiles: Sería muy difícil cambiar toda la estructura de la sociedad y sus medios de producción”.

Entonces, lo que proponen diferentes especialistas y organizaciones ambientales es repensar otras fuentes alternativas de gestión de energía, con una fuerte participación popular y con un replanteo de los usos y consumos de aquella.

La idea no es quedarnos sin energía, pero si empezar a usarla de otra forma, tener más lógica de eficiencia, distribuir mejor,  usar má equitativamente la energía generada y replantearnos los sistemas de transporte, consumo e industrial”, explica Cabrera.

Ochandio sostiene que para explotar los hidrocarburos racionalmente, protegiendo al ambiente y a la sociedad, se deberían construir pozos piloto de monitoreo de acuíferos: Se hacen alrededor del pozo de petróleo para determinar si existen fugas subterráneas que contaminen los acuíferos. Ayudarían a detener la explotación hasta que se hagan las reparaciones correspondientes, en caso de detectarse pérdidas”, explica.

Sin embargo, implican mucho dinero, aunque ya hay ejemplos que demuestran su efectividad. “En Australia se les dio a empresas la concesión para proyectos piloto de combustión subterránea de carbón. Alrededor de esos proyectos se hicieron los pozos de monitoreo y efectivamente, ayudaron a determinar fugas de gases peligrosos que contaminaban los acuíferos. Como consecuencia se les canceló el contrato y suspendieron esos proyectos”, concluye Ochandio.

Situación legal del fracking en Argentina

En Argentina, el foco está puesto sobre las irregularidades que cometen las empresas petroleras, la contaminación de los basureros petrolíferos generados por el fracking y el Estado, al que se le reclama por su falta de respuestas y accionar.

Al respecto, desde la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (AAdeAA) han denunciado a la Compañía de Saneamiento y Recuperación de Materiales (COMARSA), de la provincia de Neuquén. “Tenemos una denuncia penal contra el basurero petrolero COMARSA por todos los derechos ambientales que se fueron infringiendo, dirigida a todos los funcionarios públicos y al director de residuos peligrosos”, cuenta el abogado Enrique Viale, fundador de AAdeAA.

OPSur también denunció la misma situación. “Denunciamos inspectores que llegaban a certificar el basurero y estaba prendido un horno que, según la Secretaría de Ambiente, debería estar cerrado”, suma Cabrera. Sin embargo, hasta la fecha siguen sin respuestas. “Ahora están en plena investigación, hay peritos participando en el proceso. Están avanzando, pero sin grandes respuestas de la justicia”, añade Viale.

Finalmente señalan al Estado porque, de no haber un reclamo contundente, no da respuestas. Como ejemplo, OPSur menciona a los habitantes de Sauzal Bonito en Neuquén, quienes cortaron la ruta en reclamo por los sismos que derrumbaban sus casas. Dijeron que el problema era que las casas eran viejas y no estaban construidas bajo las normas de un arquitecto”, afirma Cabrera. También dice que, si bien el Estado fue construyendo casas, aún sigue sin reconocer los sismos e instalar sismógrafos.

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