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Docente. Estudiante de la Licenciatura en Educación Secundaria (UNM).
Noelia Merialdo Docente. Estudiante de la Licenciatura en Educación Media (UNM).

Aprender con memes: ¿misión imposible?

Producto de la cultura de la convergencia y de la nueva discursividad digital, el meme irrumpe como género popular en las aulas. Esas imágenes-textos virales, que ya son parte de la cultura masiva, podrían convertirse en una herramienta educativa, tanto en situaciones de enseñanza como en instancias de calificación.

“Es maestra, corrigió las pruebas con memes y se hizo viral”. La noticia se replicó en numerosos medios de la prensa escrita y de la televisión argentina. A la par de los elogios, surgieron las críticas de los horrorizados, que consideraban que la utilización de memes le quitaba “seriedad” al trabajo docente. Lo cierto es que la misma profesora, al ser entrevistada luego de su video viral, aclaraba que no era ni la primera ni la única educadora que utilizaba esta estrategia, prueba de que los memes se han vuelto populares también en la escuela.

¿Qué es un meme?

La palabra meme proviene del griego mimema, término traducible como “cosa imitada”. El término fue acuñado por Richard Dawkins en su libro The Selfish Gene, en el cual plantea que los genes, unidades de replicación básicas en los organismos biológicos, deben tener algún equivalente en el proceso de evolución cultural. Para el autor, lo distintivo del meme es la replicación, el ser utilizado por distintas personas reiteradas veces.

Esther Bueno Olivera plantea algo muy interesante sobre los memes, y es que estos solo pueden ser entendidos dentro de una cultura en particular, un meme solamente puede ser entendido cuando se cuenta con conocimiento de la cultura donde se originó. Por ejemplo, un meme con características culturales asiáticas podría no ser entendido por una sociedad latina a menos que los individuos cuenten con conocimiento previo de dicha cultura. Aun así, los memes que circulan en otros contextos culturales son reapropiados por usuarios de otras partes del mundo, adaptándose a su propio entorno.

Los memes tienen ciertas características particulares. La fuerza de la imagen es definitoria, pueden ir acompañados de un texto, pero este generalmente es corto. La imagen es la que sobresale. La replicación y viralización que se generan en el ámbito de las redes sociales es su forma de propagación y aquello que lo convierte en un acto de comunicación. Otra de las características centrales del meme es la variación, este puede modificarse y alterarse en un nuevo meme. Y, finalmente, la contextualización, como se planteó anteriormente, estos responden a contextos sociales y temporales específicos.

La cultura del meme

La irrupción de las nuevas tecnologías ha modificado la forma en que los seres humanos nos relacionamos y el aula no permanece ajena a este nuevo paradigma. Los memes han forjado nuevas discursividades entre los jóvenes, “¿Profe vio este meme?”, “Esto me hace acordar a tal meme”, o directamente diálogos conformados con frases de estos, se han vuelto una forma comunicacional cotidiana. Cada gran evento, hecho o noticia desata una lluvia de memes que hasta se vuelven más importantes que el hecho mismo.

Los memes son representaciones de lo que el académico estadounidense Henry Jenkins denomina como cultura de la convergencia, “Con «convergencia» me refiero al flujo de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre varias industrias mediáticas, el comportamiento migratorio de las audiencias, dispuestas a ir casi a cualquier parte en busca del tipo deseado de experiencias de entretenimiento”. La convergencia representa un cambio cultural en los consumidores de los “media”, que ya no buscan la información en un solo canal, sino que intentan generar conexiones entre los diferentes “media”, para formar su propia opinión y percepción de la realidad.

Dentro de este cambio cultural al que se refiere Jenkins, quien actúa es la inteligencia colectiva, y el autor asegura que nadie puede saberlo todo, pero que cada persona sabe algo, conectándose los recursos y las capacidades. Los memes son un claro ejemplo de la colaboración de las comunidades virtuales. Sería difícil lograr identificar al creador original de un meme, ya que estos son apropiados, reapropiados, modificados y difundidos, la autoría se vuelve difusa en la gran comunidad virtual. Es decir que ya no nos hallamos frente al espectador pasivo de los viejos medios, sino como un miembro de una cultura participativa, en la que los individuos no actúan solo como consumidores, sino también como contribuyentes o productores.

El meme llega a la escuela

La escuela, hija de la Modernidad, se ha consolidado históricamente como un baluarte de la alta cultura. En sus aulas se difundían los antiguos filósofos, el arte renacentista, las grandes obras literarias. Del otro lado de sus paredes, quedaba lo popular, los usos y costumbres de los jóvenes que asistían a ella, el mestizaje del que habla el teórico de la cultura Jesús Martín Barbero. Es en las últimas décadas cuando se evidencia un giro significativo en lo concerniente a esta dicotomía, ahora se produce un novedoso acercamiento a la cultura popular con la incursión masiva de las nuevas tecnologías. Proyectando la mirada de Barbero sobre la cultura hegemónica nacional respecto a la escolar, esta debe salir de su pedestal y aceptar la nueva cultura digital, la cual ya está incorporada a la sociedad actual, por lo que la escuela no puede estar ajena a estos cambios.

La utilización de memes con fines pedagógicos, como el caso de corrección de exámenes, es un ejemplo de cómo en la tarea docente se abandona esta idea de alta cultura con la que fue fundada la escuela y se toman elementos de la cultura popular buscando que los estudiantes puedan identificarse.

El humor en función del aprendizaje

El humor nos atraviesa y aún más en la era digital. Es un contenido que nos interpela generando una complicidad con el otro. Entonces, por qué no brindarle un espacio dentro del aula. Incluir recursos digitales como los memes dentro de la planificación de nuestras clases, que demanden una actividad cognitiva puede implicar aprendizajes significativos en los estudiantes. El meme puede ser tomado como un concepto digital, del que se desprendan habilidades como la contextualización, interpretación, búsqueda de información y síntesis. También pueden convertirse en instrumentos para acompañar la tarea docente en su dimensión más cotidiana, como vimos con el caso de la docente que corrigió exámenes utilizándolos. Es posible pensar que poner el humor al servicio de una situación tan estresante como un examen, permite vincularse dentro del aula desde un lugar más cálido.

Utilizar memes en el aula es una gran oportunidad, tanto como disparador de un concepto o una propuesta de actividad, como para ser incorporados a la corrección de evaluaciones, construyendo un aprendizaje significativo y generando un vínculo más cálido dentro del aula. Una escuela cercana a la cultura popular, con docentes decididos a abandonar esa representación de la escuela como expresión de la “alta cultura” para así romper los antiguos modelos de educación exógena, como analiza Mario Kaplún o educación bancaria, tal como denuncia Paulo Freire, y pensar en una educación participativa e inclusiva, cercana a las subjetividades, cultura y opiniones de sus estudiantes y que el conocimiento fluya en las aulas de manera recíproca y significativa.

*Trabajo realizado en el marco de la materia Comunicación y Educación, a cargo de la licenciada Natacha Misiak.

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