En un rincón del conurbano bonaerense, en General Rodríguez, se encuentra el Museo Ferroviario. Un tesoro cultural que rinde homenaje a una de las formas de transporte más emblemáticas de Argentina: el tren. Esta exhibición invita a las personas a sumergirse en un viaje al pasado, recorriendo la evolución de un medio de transporte que ha sido crucial para la vida cotidiana de los argentinos. Una visita al “Ferroviario” y una charla con Mirna Santillán, directora de dicho museo, permite descubrir más sobre la importancia y el impacto del ferrocarril en la comunidad y en el país.
En la estación de Moreno, un día soleado pero fresco, el ambiente está lleno de niños y madres que corren hacia los colectivos. Es mediodía, el tren se convierte en el medio elegido para trasladarse. Los pasajeros pasan el molinete y se distribuyen por los vagones buscando un asiento junto a la ventana.
El ferrocarril cierra sus puertas y comienza su trayecto, con el paisaje cambiando entre paradas, hasta llegar a General Rodríguez. Desde la estación, el camino sigue hasta cruzar las vías y girar en dirección a Intendente Manny, donde se encuentra una plaza de juegos.
Cerca de allí, se visualiza el museo. En su entrada, un cartel gigante da la bienvenida al centro cultural rodeado de árboles y arbustos. Como un guardián del tiempo, un camino de cemento lleva a la gran exhibición. Fundado el 12 de mayo de 2019, este sitio cuenta con distintas casas que solían ser utilizadas por los ferroviarios. El museo restaura los hogares deteriorados por el paso del tiempo para convertirlos en un ambiente amigable para el recorrido de las distintas salas. “En junio de este año cumplimos 4 años de estar oficialmente inaugurado”, aclara orgullosa Mirna Santillán, directora del establecimiento, que depende de la Municipalidad rodriguense.
La estructura del museo es una gran casa de chapa pintada de un verde militar desgastado. Siguiendo el camino gris y el techo de madera, las enredaderas reciben al espectador. El marco de la ventana principal y la puerta son de un tono oscuro. La conductora Mirna detalla: “La importancia radica en que este espacio es junto a la estación la piedra fundamental del origen de nuestro pueblo, creado el 12 de mayo de 1864.”
Los ferroviarios que vivieron en las casitas
Al ingresar a la primera sala, el verde disminuye para dar paso a un color amarillo como una mañana de verano, con paredes de grandes tablas de madera, que recuerda a una cabaña en un bosque. Este sector conecta varios cuartos que antes podrían haber sido una cocina, un living o un baño, ahora ensamblados en una gran pieza de la historia ferroviaria.
En las paredes se pueden observar diferentes fotos del pasado, marcadas por tonos grises, que hacen acordar a la gama utilizada por la televisión antigua, cada una contando una historia de las personas que vivieron en esos hogares y su importancia para el tren de General Rodríguez. Mirna desarrolla: “Yo, además, pongo en valor la historia de los vecinos, trabajadores ferroviarios, que aquí vivieron y trabajaron durante tantos años”.
Sala del Ferrocarril Sarmiento
El piso reluciente y brillante de marrón opaco, las paredes blancas y los bordes verdes dan una sensación de expansión. En el medio de la habitación, se encuentra una única ventana angosta que da al enorme parque. Colgados de las paredes hay grandes carteles con información sobre la primera locomotora bautizada “La Porteña”, también se luce un diploma de la inauguración del Ferrocarril del Oeste, amarillento que da cuenta del paso del tiempo pero conservado por su valor histórico. Esta sala ofrece una guía principal para ubicarse en el tiempo. Se exhiben desde los planos de construcción del Ferrocarril del Oeste hasta los primeros boletos obtenidos por los argentinos.
Sala Estación General Rodríguez
Esta sala se dedica a la historia local, presentando documentos históricos como carnets de identidad de los empleados de los ferrocarriles; mapas antiguos y objetos personales de los primeros pobladores y personajes destacados de la comunidad. El color que predomina en esta aula es un verde oscuro con un gran reloj antiguo en el centro de la habitación.
Sobre una mesa alargada blanca como la tiza, se encuentran distintos objetos como un resorte de bogie, bisagra de tranquera, un criquet, entre otros elementos. Cada pieza tiene un número asignado, y al costado en la pared se encuentran los nombres de cada uno de ellos.
Con la misma metodología también se encuentra la vestimenta que utilizaban los trabajadores, como camisa de guarda, botones de blazer de guarda, gorro de guarda y el clásico silbato de atención utilizados en aquella época. Todos estos elementos complementan visualmente la época, desde la ropa hasta los objetos marcados por el tiempo. Mirna indica: “Todas las piezas tienen su valor histórico en sí, desde piezas originales de las casas, elementos originales de la estación, herramientas hasta fotos originales de los trabajadores ferroviarios”.
La maqueta Estación General Rodríguez
Un lugar pintado de gris como el acero presenta una maqueta que representa el municipio y su tren. El prototipo es circular como la mesa que la sostiene, con una locomotora pequeña y las vías recorriendo la mesa haciendo un círculo, dentro están las réplicas de las casas ferroviarias. Sobre este tema Santillán apunta: “Es la sala favorita de los niños, que fue donada por un vecino ferromodelista, Juan José Carrer.” Además, dice: “Es el asombro de chicos y grandes cuando se prende y circula el trencito”.
Detrás de la maqueta, en la pared, parecido a un mural, se encuentra información referida al fogonero, actividad crucial en el ferrocarril ya que es el encargado de ser el empleador auxiliar del maquinista que tiene por obligación alimentar el fuego de la locomotora y en general en toda máquina de vapor. La directora señala: “Una puesta en valor de los diferentes oficios ferroviarios”.
El Museo Ferroviario no solo guarda una historia, sino que es un centro cultural activo que organiza eventos y actividades para la comunidad. “Todos los sábados que caen en 2 y 4 del mes realizamos la Feria del Libro, con venta, compra y canje de libros usados, antigüedades y vinilos. También tenemos un programa ‘Rock en el Museo’ con bandas locales donde se reciben alimentos no perecederos para los comedores barriales”, añade Santillán.
Estas iniciativas solo refuerzan el gran pulmón que es el museo para toda la comunidad de General Rodríguez. Además, diversos sectores municipales solicitan el sitio para llevar a cabo sus eventos. Mirna menciona: “Por ejemplo: Géneros y Diversidades, Migraciones, Entidades Públicas, entre otros.”
Es una gran salida familiar, que cuenta con distintos recorridos por el área ferroviaria: galpón, estación, viejo embarcadero, viejo tanque de agua y otros puntos importantes dentro del campo. Además de recibir al público en general, también es visitado diariamente por instituciones escolares. Se encuentra abierto de martes a viernes de 8 a 16 y los sábados con un horario especial de 15 a 18: 30 . La entrada es gratuita.