
El sol es una gran fuente de energía que puede ser muy beneficiosa para las personas, pero también muy peligrosa si no se tienen los cuidados necesarios. Es importante conocer y prevenir los peligros que corremos si nos exponemos a sus rayos sin protección, tanto en los ojos como en la piel. En el verano pasamos muchas horas al aire libre y estamos más tiempo expuestos a los rayos ultravioleta (UV) y es crucial tomar medidas preventivas y proteger nuestra salud a largo plazo.
Normalmente solemos asociar los peligros del sol con sus efectos negativos en la piel, pero nuestros ojos pueden sufrir incluso más que la esa parte del cuerpo, si no los protegemos adecuadamente del sol. La mayoría de las personas recuerda proteger la piel aplicando protector solar o evitando exponerse a determinadas horas del día, pero se olvidan de que sus ojos también necesitan protección.
La exposición prolongada a los rayos UV puede causar graves quemaduras solares, ya que estos penetran las capas exteriores de la piel y pasan a las más profundas, en donde pueden dañar o matar las células epidérmicas. Existen varios trastornos dematológicos relacionados con exponerse al sol, desde quemaduras solares (especialmente en áreas expuestas) y envejecimiento epidérmico (en forma de arrugas, manchas y pérdida de elasticidad), hasta cáncer. Por ello, es primordial prevenir y examinar la piel periódicamente para detectar un posible desarrollo de tumor o lesión.
La doctora y dermatóloga Daiana Cincunegui (graduada en la UBA) explicó: “Uno de los riesgos más importantes es el cáncer de piel y es originado por el daño que causan las radiaciones solares; estas dañan las células y elevan la probabilidad de degenerar en cáncer de piel, como el caso del carcinoma basocelular, el epidermoide y el melanoma, que es el tipo de cáncer de piel más peligroso”. También especificó que, independientemente del tono, cualquier tipo de piel puede desarrollar cáncer debido a la fuerte exposición solar.
A su vez, Cincunegui resaltó la importancia de mantener una rutina de cuidado de la piel, la cual debe incluir la aplicación regular de protector solar y exámenes dermatológicos para detectar y prevenir problemas. Destacó la importancia de la prevención, comparándolo con la acción de fumar y dejar de hacerlo, puesto que en cierto periodo de tiempo se prueba que esto no hace daño. Sin embargo, el exceso de exposición solar “es acumulativo y no perdona” y agregó: “La salud de la piel no sólo es estética, sino también una cuestión de salud general”.
Por otro lado, la luz solar en demasía sólo es peligrosa para nuestra piel, sino que también puede provocar diversas enfermedades y problemas oculares si no se modera la exposición. La radiación de los rayos ultravioleta puede provocar daños en todas las capas del ojo, ya que es un órgano especialmente sensible al sol, incluso más que la piel. La mayoría de los rayos son absorbidos por las partes frontales del mismo (como la córnea y el cristalino), que son las que controlan la entrada de luz al ojo y actúan como filtro para proteger de daños otras partes del ojo.
Algunas de las enfermedades que se producen pueden ser pterigión, un crecimiento de la conjuntiva que puede bloquear la visión, cáncer de piel alrededor de los ojos, y degeneración de la mácula, la parte de la retina donde la percepción visual es más aguda. Sin embargo, estos problemas pueden reducirse con la protección adecuada para los ojos y hay que mantenerla todo el año, incluso en días nublados, como por ejemplo llevar gafas de sol homologadas; es decir, con un filtro solar adecuado y que cubra bien los ojos.
Si bien la exposición solar, de manera moderada y con la protección adecuada, puede generar beneficios para los ojos gracias a la vitamina D y debido a que la luz solar regula nuestro reloj interno, es crucial adquirir medidas preventivas y someterse a exámenes oculares. La oftalmóloga Lucía Oillataguerre expresó que “las consecuencias que ocasiona la exposición a los rayos UV son acumulativas, lo que quiere decir que el daño se va juntando a medida que pasa el tiempo. A ello se suma un factor clave, que es que las células sensibles a la luz de nuestros ojos no se regeneran”.
Oillataguerre resaltó la importancia de adquirir gafas de sol en un establecimiento especializado, dado que el filtro de protección UV no está presente en la mayoría de las que venden los comercios. Además, aclaró que las gafas no homologadas “pueden tener consecuencias negativas para la salud ocular”, dado que dañan aún más la vista. “Algunos casos de pacientes con cataratas, sequedad ocular y mareos se deben al uso de gafas que no fueron compradas en una óptica con la recomendación de un especialista”, agregó.
A la hora de elegir gafas de sol es importante que, además de estar homologadas, incluyan el tinte de la lente y el filtro, que son sus dos mecanismos de protección. Sofía Cal, trabajadora de una óptica de zona oeste, explicó que el tinte oscuro de la lente ayuda a filtrar la luz directa para que no moleste a los ojos. Sin embargo, esto no protege a la vista de los rayos UV, sino que para lograr esta protección, es necesario que las gafas de sol cuenten con un filtro en la lente. “Una cosa es la protección frente a los rayos UV y otra es filtrar la luz para evitar molestias”, especificó.
Comprender los riesgos de la exposición prolongada a los rayos UV es esencial para preservar la salud tanto de la piel, como de los ojos. Para lograr prevenir problemas a corto plazo, como quemaduras y a largo plazo, como cáncer de piel o problemas oculares, es primordial tomar medidas preventivas, como las gafas de sol homologadas, evitar la exposición solar en horas de alta radiación, el uso de protector solar, entre otras. La oftalmóloga Oillataguerre concluyó: “Todas las personas deberían sumar controles oncológicos y dermatológicos a sus rutinas, aún más si se exponen diariamente al sol, debido a que los daños son progresivos y es muy probable que no se den cuenta si algo peligroso se está comenzando a gestar”.