Gladys del Valle Nucci y Dora Aquino se jubilaron a través de ANSES, con la Ley 25.944 que lleva el nombre de “Prestación previsional anticipada” implementada por el presidente Néstor Kirchner en 2004. Esta ley, que estuvo vigente desde entre el 2005 y 2007, permitió a las personas que no tenían los años de aportes necesarios para jubilarse, puedan hacerlo mediante “la compra” de años, que luego se les iría descontando de su haber jubilatorio en una determinada cantidad de cuotas.
Gladys tiene 69 años, vive en Moreno y se jubiló hace nueve años, luego de haber trabajado como empleada doméstica no registrada. Dora Aquino tiene 76 años, vive en Merlo y se jubiló hace 15 y dedicó toda su vida a las tareas de cuidado de su propia familia. Ambas, a través de la Ley implementada, lograron jubilarse a pesar de no haber llegado a los años de aportes necesarios.
Acerca del trámite jubilatorio, Gladys destacó: “Fue un proceso sencillo, estaba en vigencia la moratoria que nos permitió a muchos jubilarnos con una “deuda” de aportes”. En relación a eso, Dora contó: “Yo me jubilé con Néstor Kirchner. Como mis aportes no eran suficientes, tenía que ir aportando todos los meses para que esa jubilación llegue a completar los años que me faltaban”.
Entre 2003 y 2016 se jubilaron por la moratoria previsional de la mencionada ley, un total de 1.796.439 mujeres de entre 60 y 65 años, más del 80% que accedieron al beneficio del Plan de Inclusión Previsional. En junio de 2016 se aprobó la normativa 27.260 de “Reparación Histórica” que buscó terminar con los juicios previsionales y ordenó el pago de las jubilaciones con sentencias a su favor y creó la Pensión Universal para el Adulto Mayor. En 2017 el gobierno de Mauricio Macri reformó algunos artículos legales, perjudicando a miles de personas que no pudieron acceder a la jubilación. En marzo de 2023 por medio del Decreto 132/2023 el gobierno de Alberto Fernández volvió a poner en vigencia la ley de Reparación Histórica en vigencia.
Hasta el mes de mayo de este año, la jubilación mínima era de 70.938,23 pesos; en junio, entre aumento por movilidad, refuerzo y medio aguinaldo, el monto de bolsillo fue de 121.400. Y desde septiembre el haber menos es de 87.489 pesos.
Sobre la situación económica, Dora destaca que al percibir la jubilación mínima la situación “es muy complicada debido a la escalada inflacionaria que existe”. Por su parte, Gladys señala que “la situación económica no es buena para nadie en este momento; por lo tanto, tampoco para los jubilados”. Acerca de la cobertura social contó: “Tengo medicación por mí obra social IOMA, totalmente gratuita, y gozo de los descuentos en los supermercados porque además de mi jubilación tengo la pensión de mi marido”. En relación a la situación de la medicación, Dora plantea: “Hay beneficios con PAMI pero no es completo, pago bastante de medicación, así que es relativo: las personas que tienen poca medicación gastan menos y quienes necesitamos una mayor cantidad de medicamentos tenemos que invertir más”. Ambas sostienen que es necesario mejores salarios y Gladys remarca: “Es fundamental que haya moratorias prolongadas para que todos puedan jubilarse”.
Un caso distinto es el de Cristina De Vita, quien tiene 70 años y se jubiló como docente a sus 55 años, luego de más de 25 años de aportes a la caja jubilatoria de la Provincia de Buenos Aires, el Instituto de Previsión Social (IPS). Respecto a su jubilación, destacó: “Mi jubilación es una jubilación de docente, que se va incrementando conforme se aumente el sueldo docente de la provincia”.
En relación a la situación económica señaló: “Vivo con mi esposo, somos dos los jubilados y no estamos atravesando problemas económicos. Por supuesto sufrimos los aumentos como todo el mundo, pero no me puedo quejar de la jubilación que tengo”. Por último, sobre el acceso a beneficios como jubilada, comentó: “Hay descuentos en teatro, cines, librería y viajes”.
Como se observa de los casos mencionados, la situación de las y los jubilados en Argentina es dispar, dependiendo de los aportes realizados y la caja jubilatoria que les corresponda. Los contextos económicos inflacionarios también complejizan la organización económica de esta población, que muchas veces se ve obligada a hacer malabares para lograr adquirir los bienes y servicios básicos para poder vivir; y -en muchos casos- deben elegir entre cosas tan básicas como alimentos o medicamentos.