Tener memoria y conocer nuestro pasado es un ejercicio permanente. Hacer que la historia como disciplina sea un contenido entretenido para el público no especializado y que además tenga difusión en distintos formatos, puede ser una tarea compleja. La divulgación como práctica se enfrenta a varios desafíos, entre ellos, ofrecer contenido de calidad pero entendible, no caer en la banalización en pos de la simplificación, lograr que algo genere interés y comunicar información rigurosa de forma clara y precisa. En Argentina, muchos historiadores encontraron la forma de difundir y popularizar la historia a través de las redes sociales. Esta tarea requiere de un esfuerzo mayor, ya que los algoritmos de las plataformas posicionan de forma arbitraria contenidos cada vez más irreflexivos.
La docencia como motor
Pablo Borda es historiador, egresado de la Universidad de Morón y divulgador. En 2020 creó Historia Para Millenials, un canal de YouTube que luego se transformó en El Profe Borda. Su canal cuenta actualmente con 71 mil suscriptores y todos sus videos publicados tratan sobre temas históricos. Sus consumidores tienen edades muy variadas, pero mayormente se concentran entre los 20 y 40 años.
“Basé mi trabajo en transmisiones en vivo. Son videos que tienen la dinámica de una clase: pueden durar 2 horas o incluso más. En ese sentido, creo que lo que yo hago es bastante singular, de hecho, es contra-intuitivo y anti-algoritmo”, cuenta Borda. Su cuenta nació por su incesante necesidad de volver a los tiempos de la presencialidad en un contexto de enseñanza virtual, establecido por la pandemia COVID-19. “Mi trabajo de docente fue la pasión de mi vida, dar clases es lo que me llenaba. Compartir la historia es mi gran motor, de hecho una fuente de líbido central en mi vida”, enfatiza emocionado.
Instagram anunció en febrero de este año que no iba a mostrar proactivamente contenidos políticos a sus usuarios. La lógica algorítmica difunde masivamente una industria del entretenimiento vacía, superficial e irreflexiva. Borda entiende que la relación entre divulgar historia y posicionarse políticamente es prácticamente indivisible. Se asume como “zurdo, de izquierda nacional”, de formación marxista pero poco convencional. Sabe que su identidad está asociada a otros sectores ideológicos, porque no adhiere a la izquierda trotskista. “Cuando se persigue tanto el algoritmo para buscar la viralización convirtiendo totalmente lo que uno hace en un producto, me hace mucho ruido, es subordinar todo a la sociedad de mercado”, señala Borda y agrega: “Mi suerte y mi mérito es haber encontrado la manera de vivir de la divulgación histórica, pero manteniendo lógicas que son genuinamente las que reivindico”.
¿Mujeres visibles?
En 2019 Florencia Pupina Plomer empezó a trabajar para el medio Filo News en la creación de contenidos para redes sociales. Desde 2020 produce contenido por su cuenta. Es historiadora, docente e investigadora. Actualmente tiene 153 mil seguidores en Instagram donde comparte su vida y conocimientos sobre acontecimientos históricos y la invisibilización de las mujeres en la construcción histórica. Eligió estudiar historia cuando estaba en el secundario, con la inquietud de querer ser “profe de algo”. Plomer dice que “lo más desafiante de comunicar historia es lograr que sea divertido, porque es una disciplina que no cuenta con la mejor de las publicidades. Es un equilibrio entre calidad y entretenimiento”.
Las ciencias sociales son ramas del conocimiento mayoritariamente feminizadas, sin embargo, el lugar de las mujeres en la historia es pocas veces reconocido. “Parece que existe la historia universal de la humanidad y un capítulo aparte de la historia de las mujeres. Yo creo que la gran deuda es lograr hacer una historia interseccional, atravesada por el género donde no haya que separar, donde se nos incorpore en el relato histórico como agentes de cambio social, como siempre se consideró a los varones”, sintetiza Plomer.
Lo nacional y lo político
Historias Destacadas es una cuenta de Instagram que tiene 30 mil seguidores y que también fue creada en pandemia. Facundo Saya es uno de los administradores, en conjunto con Hernán Morlino. Se conocieron cuando cursaban en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Ambos son licenciados en Historia. Saya está maestrando Historia en la UNSAM. Antes de eso, estudió periodismo en TEA lo que le proporciona una formación extra en la creación de contenidos. La forma de organizar los posteos está guiada por la agenda de medios y se centran principalmente en la historia argentina.
Crear cada publicación lleva su tiempo. Saya sabe que en un contexto de consumos rápidos la comunicación tiene que ser condensada y rápida, también visual. Muchas veces, antes de escribir algo, se toma el tiempo de releer un paper académico y lo sintetiza en pocos caracteres, suma emojis y deja las fuentes citadas para quien tenga mayor interés. Eso le resta en profundidad, pero le gana en difusión. Para Saya, las redes sociales “no son un paper científico” y por ende, tienen otras lógicas de escritura.
Saya se define como peronista, no titubea en afirmarlo. El contenido que realiza trata principalmente sobre temas relacionados con ese proceso político que vivió el país y está situado ideológicamente. En gran parte, construyó su audiencia retroalimentándose de seguidores de cuentas afines al peronismo o con interés en temas políticos. Sabe que posicionarse políticamente en los tiempos que corren es asumir un riesgo que está dispuesto a correr. Algunas críticas o agresiones que recibe vía redes se relacionan con la necesidad de despolitizar la historia. Al respecto, Saya señala: “La historia la escriben los seres humanos y los seres humanos tienen ideología, por lo tanto, no existe historia sin ideología” y agrega: “El ejercicio de la memoria es fundamental, por esta concepción que yo tengo del mundo. Si supiéramos un poco más de historia, tendríamos una conciencia distinta. Divulgar se trata de acercar todo lo que aprendimos en la carrera y que eso le sirva a la gente para poder expresar lo que está pasando en la actualidad”.
El lado artístico de la historia
La Historia y su Música (LHYSM) es un canal de YouTube muy particular: cuenta la historia argentina con un encuadre más artístico. Tiene 20 mil suscriptores y la idea también surgió en el contexto pandémico, a partir de un podcast homónimo. Minco, la cara visible de este proyecto, tiene 35 años, es músico y divulgador de historia. En el año 2021, LHYSM formó parte de País de Boludos, un medio alternativo humorístico que se transmite también por YouTube. En el año 2022, cada proyecto continuó por separado.
La producción de los videos destaca por sus animaciones y dinámicas presentaciones, como estrategias pedagógicas y comunicacionales. Minco cuenta que esto lleva un trabajo extra para el equipo que difícilmente el algoritmo y el pago de YouTube les retribuye en su totalidad. Además de eso, también realiza presentaciones en vivo que implican, a diferencia de otras presentaciones con dinámica de charla o clase, la complejidad de la puesta en escena teatral. En estos encuentros, toca instrumentos y canta. La selección de los temas que se tratan en esta cuenta tienen que cumplir con la condición de ser algo que genere interés y que a su vez pueda ser entrelazado con la música. Esto para Minco es lo más desafiante del proyecto que encaran. “En las redes sociales hay mucho contenido sin contenido. La Historia y su Música es un intento de acercar a la gente un contenido más reflexivo, pero de una manera más entretenida”, concluye el artista
Un mundo medieval
Pedro Pagliero es profesor de Historia, graduado en la UNC y divulgador en redes. Su cuenta, Medievalizados, tiene 50 mil seguidores en Instagram y fue creada en 2020, también en pandemia. La particularidad del contenido que realiza es el recorte histórico: aborda específicamente el periodo medieval y lo hace con un enfoque singular. Evita contar la historia desde una mirada centrada en la “historia de lo bélico o de los grandes hombres”, como es habitual en otros divulgadores que trabajan con un periodo similar. El principal desafío para él es lograr contar la historia medieval en el marco de la problematización de las sociedades pre-capitalistas. “La falta de compromiso de los espacios más profesionales y académicos de la historia ha llevado a que las redes sociales se llenen de gente que no está formada o no está capacitada para hablar de historia”, cuestiona Pagliero y enfatiza: “Noto un retorno con mayor fuerza de discursos que uno consideraba en la historia ya superados, como puede ser el caso de la proliferación de discursos negacionistas en Argentina, por ejemplo”. Pese a eso, la contrapartida de ese contexto es que “hay una importante porción de la población que consume historia porque es algo que es cotidiano e importante, transversal a todos”, sintetiza el historiador
