El Museo, ubicado en el distrito de Moreno, cerró sus puertas en 2019 ante la falta de visitantes y las condiciones inadecuadas de su infraestructura. En febrero de 2021 la Fundación Florencio Molina Campos, de quien depende el establecimiento y la tutela de la colección del pintor, dio a conocer la puesta en venta del inmueble. Sin duda, la medida generó preocupación en los distintos actores de la comunidad y dio lugar a distintas acciones tendientes a evitar el traslado a otro lugar y la pérdida del patrimonio local. En ese sentido, una iniciativa superadora surgió en 2021, cuando la UNM y la Fundación suscribieron una Carta de Intención para sentar las bases de la compraventa del predio por parte de la Universidad. En tanto, en marzo pasado fue presentado el proyecto elaborado por esta institución universitaria para mantener el funcionamiento del museo y, a su vez, conformar un importante espacio cultural. A continuación, los detalles de la propuesta.
“El proyecto consiste en rehabilitar la mayor parte de la construcción existente y adecuarla a las condiciones que requiere un espacio público de esa naturaleza. Esto se complementará con la sustitución de dos sectores que se encuentran muy deteriorados donde se hará una construcción nueva”, cuenta Eduardo Faierman, Secretario de Infraestructura y Plan Maestro de la UNM.
La ejecución de estas obras dará lugar a la configuración de nuevos espacios y usos. La iniciativa contempla la creación de una sala de exhibición de originales y objetos personales de Molina Campos. A su vez, habrá distintos sectores donde se desarrollarán diferentes actividades propias del proyecto cultural de la UNM. Por ejemplo, el salón del antiguo museo será utilizado para la exposición de reproducciones, shows de artistas locales, experiencias inmersivas y muestras itinerantes, entre otras. La propuesta también incluye el aprovechamiento de aquellos espacios semicubiertos para realizar acciones al aire libre.
Por otro lado, se proponen áreas de bibliotecas, sala de lectura, aula de informática y sectores destinados al desarrollo de talleres y cursos. “Se trata de un trabajo conjunto entre las necesidades que plantea el proyecto institucional de la Universidad, los contenidos y las posibilidades que nos brindan los recursos disponibles”, afirma Faierman.
Una vida desde Capital a Moreno
El dibujante y pintor Florencio Molina Campos nació en Buenos Aires el 21 de agosto de 1891 y es recordado por sus famosos dibujos costumbristas de la pampa argentina. Sus obras lo convirtieron en uno de los artistas más populares de nuestro país debido a su difusión de la cultura gauchesca y campestre.
Inspirado en los paisajes que veía en la estancia de General Madariaga, donde solía vacacionar cuando era chico, empezó a dibujar sus primeros gauchos. Alcanzó la popularidad cuando fue contratado por la Firma Argentina de Alpargatas, la de los famosos almanaques, para pintar 12 obras, una por cada mes. Allí pudo imponer su sello característico en los distintos afiches que se solían pegar en las estaciones de trenes, almacenes y hogares.
Por aquellos años estableció su atelier y realizó la mayor parte de su obra en un solar recibido de su tío, en la zona ribereña del Río Reconquista, en Moreno, donde vivió hasta 1959, año en que falleció. La calle de esa vivienda lleva el nombre del artista y su numeración es 364. Los restos de Molina Campos descansan en el cementerio local. Por eso, para la Universidad, preservar el museo también es fortalecer la identidad colectiva. “Asegurar la protección de este legado tiene que ver con cumplir la función social de la Universidad y que el pueblo de Moreno conozca ese patrimonio cultural que le pertenece”, asegura Hugo Andrade, Rector de la UNM. Esta institución además organizó recientemente un concurso de ensayos sobre la vida del artista en la zona, en el marco de la puesta en valor de su trayectoria.
Huellas a seguir
La Secretaría de Extensión Universitaria de esa institución fue la encargada de formular el plan de desarrollo del centro cultural. “Este proyecto es una oportunidad para articular con instituciones de la zona y extender la presencia en el territorio”, dice su responsable, Esteban Sánchez.. Actualmente, la UNM se encuentra gestionando los fondos para la compra del inmueble y valorizando tanto la obra como los costos de operación.
“Creemos que esta es una propuesta factible y debería materializarse. La Universidad tiene un enorme arraigo en el partido de Moreno y por eso toda la comunidad se mostró sensible ante el riesgo de perder a uno de sus íconos culturales”, sostiene Sánchez. Por su parte, Olga Barrios, integrante de la misma Secretaría, expresa: “La función de la Universidad con el entorno social, productivo y cultural es fundamental. Es una función sustantiva tanto como la enseñanza y la investigación”.
En relación a los pasos que se necesitan de ahora en adelante para poder concretar el proyecto, Andrade afirma: “En primer lugar el Tribunal de Tasaciones de la Nación debe determinar el valor del inmueble y, si las partes están de acuerdo, se inicia el proceso de la compra. Esto se encuentra supeditado a un acuerdo con la Fundación Molina Campos para que comparta el patrimonio histórico, es decir, la colección que tienen bajo su resguardo”. Desde la Fundación tienen la intención de hacer su sede y museo en la ciudad de San Antonio de Areco; por eso se espera establecer una cláusula para que la universidad pueda mantener una muestra permanente y rotativa de obras originales del pintor.
Una de las anécdotas que muchos recuerdan de Molina Campos es cuando se negó a seguir trabajando para Walt Disney como asesor de la estética gauchesca en tres películas. El argentino encontró errores que nada tenían que ver con la representación del gaucho pampeano y eso lo hizo dar un paso al costado. Esta muestra de sentido de pertenencia es la que propone continuar este proyecto, aparte de mantener vivo ese legado y asegurar la permanencia de este ícono en Moreno.
