La Universidad Nacional de Moreno recibió su primera patente por haber desarrollado un dispositivo junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para evaluar la compactación del suelo de forma rápida y precisa. A partir de este desarrollo, se podrían evitar pérdidas económicas en el sector agrario, ya que la degradación de la estructura del suelo y el desconocimiento del mismo afecta el crecimiento de los cultivos.
Actualmente existe un dispositivo medidor de compactación edáfica llamado “penetrómetro”, el cual cuenta con una varilla que al ser clavada en la tierra puede dar a conocer si el suelo está muy compacto o no. Sin embargo, este producto es importado y su valor rige en dólares. Por lo que los investigadores de la carrera Ingeniería en Electrónica de la UNM, en colaboración con el INTA, decidieron crear dicho instrumento con piezas que se consiguen en el país y le incorporaron un GPS. “Por la combinación de esas dos cosas se dio algo nuevo que se podía patentar a nivel nacional”, comenta Lucas Knaupp, ingeniero en Electrónica graduado en esta casa de estudios.
“Con este dispositivo el productor puede tener la información para tomar la decisión de realizar o no una descompactación mecánica, es decir, labrar el suelo. Si el suelo se encontrase muy compactado no se podrían desarrollar apropiadamente las raíces de los cultivos”, expresa Natalia Jewgeniuk, estudiante de Ingeniería en Electrónica en la UNM e investigadora del proyecto que creó el dispositivo.
¿Qué es la compactación del suelo?
Se utiliza el término compactación del suelo para referirse a la densidad del mismo y cómo afecta al crecimiento del cultivo. Si el suelo está muy comprimido, las raíces no pueden pasar correctamente entre la tierra para absorber el agua y los nutrientes y tampoco reciben el oxígeno suficiente. “Si esto sucede, la planta se desarrolla muy poco y tiene menos rendimiento”, explica Moltoni, ingeniero y docente en la carrera de Ingeniería Electrónica de la UNM y. agrega: “Entonces, cuando el agricultor desconoce esta información tiene grandes pérdidas financieras”.
Para que esto no suceda, se utiliza el penetrómetro, que brinda información certera acerca de cuándo tomar la decisión de remover la tierra. Esto se debe a que preparar el suelo no se suele hacer siempre porque se requieren muchos recursos, tales como entrar con un tractor al campo, gastar gasoil, tiempo y usar máquinas para descomprimir el mismo. Por lo que el instrumento es necesario para los momentos claves previo a la siembra y tomar decisiones importantes que amortiguan los gastos económicos.
Historia de una idea
La investigación y creación del dispositivo tuvo dos instancias. Desde el primer momento, los investigadores tenían como objetivo el desarrollo de un instrumental para agricultura de precisión. “Para saber qué íbamos a desarrollar, realizamos una búsqueda de cuáles eran los instrumentos más utilizados y cuáles no había en Argentina”, explica Moltoni, y agrega: “En el primer proyecto se hizo algo más simple, debido a que duró un año, entonces cuando se generó el segundo proyecto y se llegó a un desarrollo superior, se pudo solicitar la patente”. La misma fue solicitada en el año 2019.
Como resultado de la investigación se logró avanzar con un penetrómetro que tiene un GPS, el cual le indica al agrónomo en qué partes aleatorias del terreno debe tomar muestras de la tierra para saber si está lo suficientemente compactada o no.
Esto es muy significativo debido a que si se toma una muestra de una sola parte del territorio no se llega a tener una buena representación. “Por ejemplo, desde la computadora se puede planificar a partir de una imagen satelital dónde tomar las muestras en un campo. Esos puntos se bajan al dispositivo y cuando estás en el terreno te guía desde la pantalla hacia donde ir y realizar el muestreo”, explica Knaupp. Conocer esos datos evitaría pérdidas económicas en el sector agrario.
Gracias al convenio de investigación conjunta con el INTA, los estudiantes pudieron utilizar el laboratorio de agroelectrónica de dicho establecimiento para poder realizar las tareas prácticas. Asimismo, Jewgeniuk remarcó la importancia de la UNM: “La Universidad nos brindó el espacio, proporcionando becas, materiales y por supuesto el conocimiento propio de la carrera”. Entre las tareas generales, ensayos a campo e informes, Natalia logró desarrollar una placa de uso general, es decir, una placa prototipo para futuros proyectos de investigación de la orientación en Aplicaciones Agropecuarias.
La patente de la invención del instrumento entre el INTA y la Universidad Nacional de Moreno es hasta el año 2039. Al ser un proyecto en conjunto y en base al convenio de investigación junto al Instituto, la misma es compartida. Respecto a cuáles son los pasos a seguir, Moltoni sostiene que hay que buscar una empresa nacional que quiera fabricar este dispositivo en masa. “Cuando te dan la patente, se aseguran de que no haya otra empresa que lo esté fabricando, entonces nosotros le podemos entregar la potestad de fabricación a una empresa por el tiempo que dura la licencia”, concluye.