La semana pasada se conocieron las cifras de inflación del Instituto Nacional de Estadística y Censos, las cuales pusieron bajo la lupa los notables aumentos que en el día a día sufre la población argentina a la hora de efectuar compras y cubrir gastos. Según el INDEC, el nivel general del índice de precios al consumidor registró un alza mensual de 7, 7% en marzo de 2023,
Carnes y derivados, leche, otros, productos lácteos y huevos, como también las frutas, los servicios de telefonía e Internet, prepagas, cigarrillos, combustibles y tarifas de electricidad y agua, entre muchos rubros, no paran de aumentar.
Detrás de estos números se encuentran decenas de miles de familias que intentan llegar a fin de mes, realizando diversas estrategias según sus condiciones y posibilidades y eliminando los mayores gastos, inclusive si se trata de necesidades básicas.
Así lo afirma Belén Ponti, estudiante de secundaria, que vive en Luján: “Mi mamá no está muy bien de salud y la medicación es muy cara, para que las pastillas le alcancen una semana son diez mil pesos, entonces ella las raciona y toma una cada tanto”. También explica la obligación de dar de baja servicios como el cable y el wifi, al ser impagables para su bolsillo. En cuanto a la comida, Belén explica: “Se intenta cocinar comida que pueda durar por lo menos dos días; somos cuatro. A veces mis papás no comen o se toman un té o algo, para que alcance para mi hermana y para mí”. Una frase que se va repitiendo en el interior de los barrios.
A su vez, Cecilia Cascio, estudiante del Profesorado de Artes Visuales de Luján, pero que vive en Moreno, da a conocer las dificultades para conseguir materiales para su carrera, su precio elevado y la carencia de opciones a la hora de elegirlos. Ante eso, recicla de años anteriores o emprende una búsqueda hasta encontrar el precio más accesible. Asimismo, Cecilia aclara que tiene una dieta vegetariana, por eso, opta por no comprar los reemplazos de carne que venden en los supermercados. En cambio. ella afirma: “Me dedico a hacerlos caseros con diferentes legumbres para abaratar costos”, y no compra ciertas frutas o verduras según su estación y demanda.
Siguiendo con otras estrategias para combatir la inflación, Ivon Escot, también de Moreno relata: “Mi mamá tiene tres trabajos diferentes para poder pagar todas las cuentas y obviamente se restringen los gustos personales”. Otra de las cuestiones más frecuentes que aplican a la hora de reducir los gastos es elegir segundas marcas en todos los productos que se utilizan, y dejar de realizar actividades físicas, como el gimnasio, además de tener que cambiar los planes de los celulares.
Hay varios métodos que se repiten en los testimonios; algunos se centran en utilizar menos los automóviles y trasladarse en transporte público o caminando. O en restringir salidas de ocio, como a restaurantes o cines, y no comprar ropa a menos que sea necesario, y si lo es, ir a ferias de barrio para lograr conseguir un mejor precio. No pedir delivery y cocinar comidas caseras, o viandas en el caso de tener que comer fuera del hogar, es otro de los rebusques.
La incertidumbre y la planificación de estrategias para sobrevivir mes a mes se vuelven moneda corriente en la sociedad Argentina, la creatividad para el ahorro se transforma en casi un arte para poder manejar la economía doméstica de las personas.