“Éramos muchísimos trabajadores los que en en 2012 quedamos desempleados. nos habían quitado todo. Las familias no podían vivir de cheques sin fecha de pago, no podían vivir sin cobrar su sueldo mensual”. El relato pertenece a Facundo Bramuel, uno de los 12 integrantes de Mastercheese, empresa recuperada ubicada en la localidad de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires. Tras la situación de desamparo y abandono de la patronal ante la crisis de la firma, sus obreros apostaron a una forma de organización solidaria para sacarla adelante y seguir produciendo lo que mejor saben hacer: quesos para los habitantes de zona oeste.
Los inicios de esta historia se remontan a abril de 2012, cuando los dueños de la empresa en ese entonces conocida como Milita SA comenzaban a llevar a los trabajadores a una situación de precariedad. “Pasaban los meses y se notaba el vaciamiento de la empresa, la escasez de materiales y sueldos”, relata Facundo.
La empresa láctea Milita SA, tenía a su mando fábricas ubicadas en Marcos Paz, Villars, Mercedes, Tandil y Mar del Plata, y contaba con una plantilla aproximada de cien trabajadores, quienes desde hacía largo tiempo se encontraban con dificultades para cobrar sus salarios. Luego de una clausura realizada por la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo, los integrantes del directorio comenzaron a desaparecer.
A fines de 2012, la empresa cerró sus puertas. “Ningún trabajador estaba preparado para eso. Parte de los dueños se acercaron y nos dijeron que iban a encontrar la forma de inyectar capital para poder reactivarla”, dice Braumel y agrega: “Los meses pasaban sin noticias ni posibilidades de trabajo a la vista”. Los trabajadores, junto a dirigentes sindicales, decidieron hacerse cargo de la planta y gestionar la conformación de una cooperativa, “ya que los empresarios no supieron administrar y nosotros no queríamos que se cierre la fuente laboral”, afirma.
En ese camino, recibieron la colaboración de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) y del Estado, para buscar una salida al conflicto. “Las pequeñas y medianas industrias de nuestro sector en zona oeste estaban bastante abandonadas y lo que hicimos fue empezar a recorrer las empresas y tratar de regularizar la situación”, cuenta, por su parte, Heber Ríos, secretario gremial del sindicato
Lo que había sido una empresa pujante se había convertido en una firma en estado de coma. Se oían rumores sobre una posible quiebra, pero los trabajadores pensaban que nunca les iba a tocar.
“Se llevaban las herramientas de trabajo. Estuvimos varios días acompañando, estando ahí en la empresa, porque decíamos: ‘El primer paso es desaparecer y el segundo paso el cierre’”, dice Heber y recuerda: “Habremos estado entre 20 o 25 días durmiendo. Fue ahí donde nos dimos cuenta que el único eslabón que faltaba era el dueño, toda la cadena estaba completa desde el maestro quesero hasta los compañeros de carga”.
“Después de tanto tiempo de haber sido defraudados por la patronal, empezábamos a creer que había otras alternativas y que dependía de nosotros”, cuenta Heber. “No solo buscábamos que ellos estén trabajando dentro de la fábrica y que estén contentos por eso, sino darles un beneficio y que los productos puedan llegar al común de la gente”, subraya.
Desde ese momento, la fábrica es gestionada por los ex trabajadores de Milita, hoy Mastercheese, quienes se consideraban capaces de producir por sus propios medios, sin la necesidad de tener a alguien que los guie o lideré durante el proceso. Estaban acostumbrados a trabajar más de lo permitido y en condiciones precarias. Con la organización y apoyo de ATILRA, lograron poner la fábrica en pie de nuevo.
Por otro lado, la cooperativa articula actividades con la Universidad Nacional de Moreno, en el marco de un proyecto de vinculación tecnológica de esa casa de estudios, financiado por el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. A través de esa iniciativa, se busca desarrollar e implementar un plan de mejoras progresivo, colocando especial énfasis sobre los procesos productivos, ambientales, de seguridad e higiene y gestión organizacional.
El proyecto contempló la compra y entrega de ropa de trabajo y matafuegos y se realizó el arreglo del teflonado de una máquina amasadora de muzzarella. Además, se llevó adelante el diseño de un plan de negocio cooperativo y una asistencia técnica sobre buenas prácticas en el proceso productivo.
“En Mastercheese trabajamos unidos, hacemos de todo un poco entre los compañeros. A diferencia con Milita SA, que cada uno tenía un papel especifico y seguía las ordenes de un jefe, en Mastercheese trabajamos de forma genérica, tratando de que las cosas se hagan bien y que el producto siempre salga lo mejor posible”, cuenta Maximiliano Suárez, encargado del área de ventas.
Actualmente se producen quesos cremosos, sardo, pategras, mozzarella, y ricota. Dentro de la fábrica se desarrolla todo el proceso, desde la elaboración de la materia prima hasta la comercialización. Y gracias a la ayuda del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, lanzaron un nuevo producto de comercialización, el dulce de leche. Así, Mastercheese lucha para estar viva aún en contextos de vacas flacas.
*Para contactarse con Mastercheese, puede llamarse al 11 5506-9658