En Argentina la Ley 27.350, a partir del nuevo decreto de 2020, reglamentó el cultivo y uso medicinal de cannabis así como la importación de productos derivados. Además, reglamentó la formación y el registro nacional de pacientes con indicación médica para que adquieran especialidades sobre el uso curativo de la planta.
A partir de la nueva reglamentación nuestro país se propuso superar los prejuicios históricos construidos alrededor de la planta de cannabis. Quizá su logro más notable fue permitir que pacientes con diversas afecciones encuentren en el cannabis un tratamiento medicinal, terapéutico, o paliativo del dolor.
Según el Mapa Federal de Organizaciones Cannábicas Argentinas, nuestro territorio cuenta con aproximadamente 229 organizaciones de este tipo. Botica de Cannabis es una de estas organizaciones y se encuentra en el partido bonaerense de Moreno. En esta nota te contamos cómo surge, cuáles son sus objetivos y contribuciones a la comunidad.
Los orígenes y compromisos de Botica de Cannabis
Botica de Cannabis es una asociación civil sin fines de lucro con un notable compromiso social. Su grupo humano nuclea un espectro diverso de especialistas y funciones. Su existencia hace posible la puesta en práctica de la ley 27.350. La Botica promueve acciones que garantizan el derecho a la salud y concientiza a la población sobre el potencial terapéutico de la planta de cannabis.
Elsa Eleonora Erdelysrky es la presidenta de Botica de Cannabis y cuenta a ANUNM que la asociación se crea por el interés del equipo en armar un proyecto que piense en soluciones terapéuticas basadas en cannabis. El punto de partida fue pensar en la posibilidad de realizar productos terapéuticos orientados a aliviar el dolor de las personas.
“Nuestra labor se divide en la parte terapéutica, de relevación de consultas y producción de aceites; la parte química de análisis y control de resultados; la parte de cultivo; la parte legal y la parte administrativa. Comenzamos hace aproximadamente tres años cuando finalmente pudimos registrar la asociación”, cuenta Erdelysrky.
“Nosotros empezamos a trabajar cuando todo estaba prohibido, en soledad y comprometidos, hasta que finalmente nos asociamos. Empezó la Expo Cannabis, los congresos de cannabis, la apertura de acción desde el Estado que nos dio nuevas oportunidades para trabajar con la planta madre”, destaca la presidenta de Botica de Cannabis. Hoy la asociación nuclea el trabajo de distintas disciplinas: Psicopedagogía, Abogacía, Química, Enfermería, Ingeniería Rural, y otras.
“Si algún paciente no puede pagar un aceite de cannabis que necesita se lo damos igual y el que puede lo paga. Algún rebote de dinero necesitamos para sobrevivir”, subraya Erdelysrky. En general, la Botica se financia con el dinero del propio equipo que la lleva adelante. También ofrece charlas y capacitaciones “a la gorra”.
“Las capacitaciones que damos abordan los factores terapéuticos de la planta, cómo se divide, cómo obtenemos los productos, cómo cultivarla y las reglamentaciones legales como lo referido al Registro nacional de personas autorizadas al cultivo controlado con fines medicinales y/o terapéuticos (REPROCANN)”, explica Erdlysrky, quien también es licenciada en Psicopedagogía.
Las capacitaciones que brinda la asociación se solicitan vía su cuenta de Instagram, se acuerda la fecha y la demanda dependiendo de si es para informarse sobre cultivo u opciones terapéuticas. Dieron charlas a madres de hijos con trastornos del espectro autista (TEA) en Cuartel V en Moreno e Ituzaingó, y también a cultivadores dedicados a la agroecología en Francisco Álvarez.
Botica de Cannabis también es parte del Consejo Consultivo Cannabico de Moreno. “Estamos abiertos a quienes necesiten ayuda. Nuestro objetivo principal es concientizar que el cannabis, o ‘la marihuana’ llamada como droga descalificatoria, es una planta madre que hace muy bien a muchas personas y eso nos pone muy felices”, concluye Erdlysky, quien también está diplomada en Cannabis Medicinal por la Universidad Nacional de San Luis.
Fibromialgia y cannabis: la experiencia de una paciente
Las personas que padecen el síndrome de fibromialgia (SFM) se describen en lo general como aquellas que tienen un dolor “de pies a cabeza”. En comparación con los demás, son personas mucho más sensibles al dolor. Mónica Bedetti tiene 65 años y es vecina del partido de Moreno a la que le diagnosticaron fibromialgia hace cinco años. Cuenta: “Es un dolor generalizado, terrible, que da mucho cansancio. En mi caso me costaba dormir y cuando lo lograba me despertaba del dolor. A eso sumale la ansiedad”.
“Mi traumatólogo me indicó tomar pregabalina y calmantes que no modificaron demasiado mi espectro del dolor. Tuve una temporada muy mala y por medio de una vecina que también tiene fibromialgia conocí a la Botica. Me comuniqué con Manuel que es el secretario técnico de la asociación, me hizo algunas preguntas y ese mismo día me trajo el aceite de cannabis a mi casa”, explica la vecina de Moreno.
La usuaria de aceite cannábico comenta que toma dos gotas a la mañana y dos gotas a la noche, y que el cambio fue notable en poco tiempo. Puede caminar sin sufrir y conciliar un sueño tranquilo. “En mi caso me dio muy buen resultado. Ya había consumido aceite de cannabis en otras oportunidades pero los que me lo vendieron no me preguntaron nada sobre mi enfermedad, ni la razón por la que lo quería y finalmente no resultó. En la Botica me consultaron, me asesoraron y me dieron una variante que alivió mi dolor”, subraya Bedetti.
Acción terapéutica de la planta madre: patologías y beneficios
Rosana Lares del Huerto es técnica superior en Enfermería recibida en la Cruz Roja Argentina y parte del sector de consultas y preparados de derivados de cannabis del equipo de la Botica. “Me encargo de las consultas de los pacientes para luego disponer qué tipo de genética o tipo de planta debería usar la persona de acuerdo a un formulario que responde. Finalmente también indago en la cuestión emocional”, cuenta Lares del Huerto.
“En general, las preguntas al paciente son si tiene presión alta, qué medicación toma, si tiene alguna insuficiencia cardiológica, si tiene problemas renales, si tiene problemas hepáticos, si está anticoagulado, si usa corticoides. Son varios puntos a tener en cuenta antes de tomar decisiones”, explica Lares del Huerto, integrante de la Botica.
“Me capacité en congresos de la Fundación Daya en Chile y también aprendí mucho trabajando con médicos con posgrados en cannabis. A esto hay que sumarle mi experiencia empírica y los registros de las bitácoras de los pacientes con el recorrido de las genéticas y las formulaciones que en mi caso son ‘magistrales’ porque adecuo el preparado del aceite según la patología del paciente”, subraya Lares del Huerto.
“En la Botica las patologías más comunes que se tratan con cannabis son dolores asociados a reumas, artrosis, artritis; la inflamación de algún nervio. También el problema de estrés o ansiedad. También los niños con TEA que tienen problemas conductuales”, explica la técnica en Enfermería. La especialista también menciona que el aceite de cannabis funciona muy bien para enfermedades autoinmunes porque al regular el sistema inmunológico reduce la agresividad de la enfermedad. También ayuda a personas que se sometan a un trasplante, dado que el aceite refuerza el sistema inmunológico y ayuda al cuerpo a no rechazarlo.
Lares del Huerto, quien también es especialista en producción de bancos de genética de plantas de cannabis madre, explica que una particularidad de la asociación es que sus aceites están analizados cromatográficamente en los Laboratorios IACA. Esto permite conocer el nivel de concentración de cada aceite. Los aceites se realizan por medio de una técnica de macerado ácida, es decir que no están expuestos al calor. También combinan el macerado ácido con un macerado con una leve descarboxilación.
“Los preparados son muy variados. Puedo sacar hasta cuatro o cinco preparados de una misma planta. Hay muchas técnicas, RSO, Full Spectrum, No Full Spectrum, de primera extracción, de segunda extracción, de tercera extracción. Según la que use obtengo distintas cosas. Jugando con temperaturas y descarboxilados puedo obtener del aceite una mayor relajación o una mayor activación para el paciente”, cuenta Lares del Huerto. El paciente siempre sabe que esto es prueba y error, de acuerdo a su evolución la especialista ajusta la potencia o la genética del preparado.
La Botica cuenta con un banco de más de 50 genéticas. “Las plantas son distintas en sus fenotipos, son de distinta genética. Por ejemplo, para personas con problemas respiratorios se les da un aceite alto en tetrahidrocannabinol (THC) para que permita la broncodilatación. Para una persona con artrosis o artritis, que son procesos inflamatorios, se les da un aceite de ‘ratio 1-1’ o ‘ratio 1-2’ dependiendo de la situación: si la persona es hiperactiva se le da una ‘ratio 1-2’, si la persona está más decaída se le da una ‘ratio 1-1’ para sostener la parte emocional ya que es más alta en cannabidiol (CBD).”, explica Lares del Huerto, encargada de la preparación de derivados de cannabis de la Botica.
La técnica en Enfermería cuenta que los consultantes llegan a la asociación por medio de las experiencias que les cuentan pacientes a los que les funcionó el tratamiento. “El resultado es muy favorable con el consumo de muy pocas gotas por día, lo máximo suelen ser seis gotas. Contamos con un químico que controla la trazabilidad, la seguridad y la higiene del producto para garantizar su calidad”, explica Lares de Huerto. Subraya: “Pocas personas manifiestan miedo a la planta aunque las hay, pero con la explicación que damos se van seguras de iniciar el tratamiento. Aún preexisten los prejuicios, pero por suerte son cada vez menos”.