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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Granja Andar y su apuesta por la economía social y popular

La histórica entidad de La Reja tiene diversos emprendimientos productivos, que van desde una panadería hasta un servicio de catering.
La huerta y el vivero son dos de los espacios de producción de la entidad. Foto: gentileza Granja Andar

En el país hay unos 200 talleres protegidos, a los que asisten aproximadamente 8000 personas, en su mayoría  con discapacidad. Dentro de estas instituciones se encuentra Granja Andar. ¿Qué actividades productivas realiza y qué necesidades tiene?

Se trata de una organización no gubernamental ubicada en La Reja, Moreno,  con más de 35 años en la zona y está conformada por 48 personas que trabajan día a día para lograr que los jóvenes con discapacidad tengan la misma experiencia de vida que cualquier otra persona. En Andar se realizan actividades deportivas, culturales y artísticas, con el fin de promover la inclusión en la comunidad. Y uno de sus ejes es el de los emprendimientos productivos.

Juan Rivas, director de la liga de fútbol inclusivo y uno de los referentes de la entidad, cuenta que se desarrollan tres iniciativas de producción que son fundamentales para sustentar su economía. “Tenemos el área de huerta y vivero, el área de visitas educativas con instituciones de la comunidad y el área de panadería y gastronomía, con un servicio de catering”, explica.

Además plantea: “En este último  espacio tenemos varios jóvenes que participan de acuerdo a la característica del servicio contratado, dependiendo claramente de quienes nos solicitan. Así,  nos piden un presupuesto, planteamos el servicio y nos contratan”.

Rivas menciona que tienen emprendimientos productivos que son servicios tercerizados: “Hay empresas que nos traen su materia prima y nosotros nos encargamos de hacer la elaboración. Por ejemplo, elaboramos granola, barritas de cereal, manteca de maní, entre otras cosas, sustentando una actividad laboral para los jóvenes y generando un ingreso diario”.

Él describe la misión de la Granja Andar como una manera de buscar “distintos ejes para la persona con discapacidad”. Y agrega: “Uno de los focos principales es lograr que los jóvenes puedan tener autonomía a través del empleo. El trabajo dignifica. Por eso, generar empleo es un gran logro para que las personas puedan desarrollarse como tales”.

La panadería Pan de Esperanza es otro de los eslabones de la cadena productiva de Granja Andar

Por otro lado, Fernando Bustos (30), operario del taller de Andar hace 6 años, cuenta cómo es la experiencia de trabajar en la parte de producción de la granja y lo que vive día a día.

“Hago de todo un poco. Desde la producción de barritas de cereal hasta participaciones en eventos con nuestro catering gastronómico; la parte gastronómica es una de mis favoritas. Cuando salimos a ofrecer nuestro servicio en los eventos, la gente siempre se pone contenta con nuestra presencia y la atención que brindamos”, revela.

Fernando agrega: “Trabajar en la granja es algo muy lindo, muy valioso y estoy muy contento con lo que hago. Allí, aprendí muchas cosas que antes no hacía. Andar es un lugar muy armónico para conocer y trabajar donde las puertas están abiertas siempre”.

Siguiendo esa línea, Martín Cáceres, también trabajador de la Granja desde sus 17 años dice que el trabajo dignifica y el salario que cobra mensualmente sirve para cumplir sus proyectos. “Mi sueño es tener una cafetería para seguir aprendiendo con los chicos dentro de este oficio gastronómico, en el cual aprendemos y nos perfeccionamos día a día”, cuenta.

Por último, Martín Lucero, representante del área de comunicación de la asociación civil, afirma la importancia de los emprendimientos productivos que nacen en la Granja. “Promovemos la inclusión laboral de personas con discapacidad, con los distintos tipos de discapacidad, ya sea sensorial, motriz e intelectual. con el fin de desarrollar diferentes unidades productivas para seguir promoviendo el desarrollo social y económico de las personas con discapacidad”, aclara.

Andar se ha fortalecido en la elaboración de alimentos, con las diferentes unidades productivas. Asimismo, desde el año 2006 la panadería es un emblema de la Granja. Hasta el inicio de la pandemia donde fue proveedora del consejo escolar de Moreno, dando trabajo a más de 30 jóvenes con discapacidad. Ellos, a través de su formación y participación en este espacio producen  pan y derivados.

“En la actualidad, seguimos desarrollando y ampliando unidades de negocio, permitiendo generar emprendimientos productivos que están integrados por personas con discapacidad. Lo que genera este emprendimiento se distribuye a través de un incentivo a los jóvenes con discapacidad”, destaca Martin y agrega que “cada uno de los jóvenes que forman parte del taller protegido de producción cobran un incentivo por parte del Estado por ser parte de un taller protegido”

Lucero sostiene que para las personas con discapacidad “es muy difícil acceder al mercado laboral, ya que los espacios laborales no están preparados” para ellas. “Por eso nosotros nos enfocamos en esta propuesta, para generarles espacios formativos y laborales fortaleciendo aspectos de la vida como es la autonomía, la toma de decisiones personales, el trabajo en equipo y actividades que tienen que ver con la formación y con el desarrollo autónomo de una persona más allá de su condición”, añade.

En definitiva, como sociedad es crucial escuchar las voces de las personas con discapacidad, conocer sobre sus derechos, sus desafíos y sugerencias.. Martín Lucero y todo el equipo de Granja Andar, invitan a las empresas a conocer sus diferentes espacios productivos para seguir, según el encargado de comunicación, “fortaleciendo y contratando a personas con discapacidad, para que todos seamos parte de esto y se pueda llevar adelante un mundo más inclusivo y justo para todos”.

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