Esta ONG trabaja desde hace 21 años en la labor de garantizar una mejora en la situación sanitaria del país. Una iniciativa hija de la necesidad que asegura, hasta que el Estado se haga cargo, la llegada de medicación a comunidades en riesgo e identifica, junto a los médicos de la zona, a aquellos pacientes con enfermedades crónicas y prevalentes.
Farmacéuticos Sin Fronteras Argentina logró posicionarse como principal referente tanto en América Latina como en el mundo como la única organización farmacéutica en el país vinculada al trabajo solidario. Sobre esto, Daniel Alvarado, presidente de la asociación, señala: “Nuestra proyección global se debe a la calidad de nuestro trabajo y la colaboración con organizaciones afines. Creamos una red global de Farmacéuticos Sin Fronteras Iberoamericana para compartir experiencias y motivar a otros colegas a iniciar sus propias ONG”.
Melina Leonelli, farmacéutica comunitaria y socia activa de la asociación, atribuye este reconocimiento mundial a la manera en la que se trabaja y la responsabilidad con la que toman la labor solidaria. En FSFA no solo creció la red de profesionales comprometidos con la tarea, sino que además mejoró la calidad. Dentro de la ONG hay farmacéuticos que se desarrollan en todos los ámbitos, desde una farmacia comunitaria hasta una de hospital, pasando por las áreas técnicas de laboratorios. “Cada uno desde su lugar aporta conocimiento y de esta manera logramos el objetivo principal que no es solo llevar el medicamento a quien lo necesita, sino también es asegurarnos la calidad, seguridad y eficacia del mismo”, explica Leonelli.
Una asociación nacida en zona oeste
Moreno fue el municipio en dónde nació la idea de crear un grupo de farmacéuticos que contribuyan a mejorar la situación sanitaria. Cristina Perugini, quien es parte de la comisión directiva como revisora de cuentas en el órgano de fiscalización, cuenta: “El fundador de la asociación fue un farmacéutico de Moreno, Carlos Gurizatti. La iniciativa partió de él junto con quien es el actual presidente Daniel Alvarado, ambos farmacéuticos de farmacias comunitarias, llamadas así a las que se ubican en barrios y ciudades, pero sí, el gran Carlos Gurizatti fue el mentor de todo esto”. Además de los farmacéuticos mencionados, hubo dos fundadores y organizadores más, Ricardo Segura y Andrea Paura, todos (salvo Gurisatti que falleció en 2014) siguen siendo miembros activos de la comisión directiva.
Leonelli cuenta: “Tuve el privilegio y la suerte de poder hacer los últimos años de mi práctica profesional junto a Carlos Gurisatti. Quien era una persona muy respetada dentro de la comunidad farmacéutica, no solo por su profesionalismo sino por la calidad de persona que era. Podemos decir orgullosamente que el creador y mentor de esta organización fue nada más y nada menos que un farmacéutico que ejerció en el partido de Moreno”.
Respecto a esto Alvarado explica que la organización no posee un manejo verticalista. “Todos los participantes aportamos de la misma manera en nuestro tiempo libre. En este contexto, se fomenta la participación activa, permitiendo que todos puedan expresar sus opiniones y llevar a cabo acciones que contribuyan a la misión en común”. Por otro lado, Perugini, que es farmacéutica comunitaria en Moreno, relata: “Luego de ver que más del 50% de la población no podía acceder a los medicamentos y que había comunidades sin asistencia médica, post crisis del 2001, se comenzaron a hacer trabajos de campo entre farmacéuticos y médicos para determinar qué enfermedades existían en cada zona del país”.
Las acciones
Poco se conoce sobre la labor que llevan a cabo desde la asociación. Alvarado aclara: “Nuestro trabajo se enfoca en llegar con medicamentos y atención farmacéutica a áreas vulnerables sin acceso a servicios médicos. Se lleva a cabo a través de proyectos como ‘Crónicos’, ‘Botiquines’ y capacitaciones en emergencias y catástrofes”.
Desde FSFA se resalta la manera en la que se despliegan estos proyectos. Por ejemplo, en el de ‘Crónicos’ se envía medicación junto a atención profesional farmacéutica quien trabaja en conjunto con el o los médicos zonales. Se tratan dos patologías en especial que resultan ser las más comunes entre los habitantes: hipertensión y diabetes. Sobre esto, Alvarado cuenta que los medicamentos que envían se centran en Enalapril, Losartán, Amlodipina, Metformina y Glimepirida.
Resulta importante resaltar que, como se mencionó anteriormente, desde la ONG impulsan capacitaciones en emergencias y catástrofes, a través de convenios con universidades públicas y privadas para estudiantes y graduados sobre la actuación del farmacéutico en estas situaciones.
Una de las últimas labores que se hicieron fue proveer repelentes de insectos a la población de Entre Ríos luego de las inundaciones que tuvieron lugar a principios de noviembre. Según Perugini, realizaron repelentes tanto para niños, a base de citronela y otros a base de químicos y un poco más fuertes, para adultos. Por otro lado, Perugini recalca: “También se repartieron botiquines a escuelas muy aisladas en Rio Negro, aunque además se comenzó a entregar a bomberos voluntarios de todo el país. Se les da una lista con lo que contiene cada botiquín y después se va proveyendo o reemplazando según sea necesario. Esta misión se extendió mucho con los incendios que hubo en varias regiones del país”.
La organización trabaja en base a estadísticas, ya que en ellas se observa qué lugares de Argentina son los más necesitados y qué medicamentos o asistencia requieren con más urgencia. Alvarado cuenta: “Nos concentramos en regiones aisladas y marginadas, como Santa Victoria Este, Misión Chaqueña, Tres Isletas, El Sauzalito, y El Impenetrable, entre otras localidades del norte del país”. En base a esto se llegó a la conclusión que actualmente las zonas más carenciadas en materia salubre son: Santa Victoria Este en Salta y El Sauzalito en Chaco. Sin embargo, Leonelli advierte: “De todas maneras nuestra labor no tiene una región geográfica única o un límite, es dónde se necesite y podamos llegar”.
Perugini agrega: “Todo el país compete a FSFA. Cada provincia tiene un representante, que pueden ser farmacéuticos comunitarios u hospitalarios, que tiene el trabajo de ver qué necesita la población”. El presidente de la ONG, explica que estos representantes siempre se encuentran acompañados por la Comisión Directiva.
La labor de esta asociación sin fines de lucro es un trabajo en equipo principalmente entre farmacéuticos, médicos y enfermeros que son quienes no solo se encargan de la recolección de medicamentos sino de la logística para su correcta distribución. Si bien la entrega de fármacos se concentra en enfermedades como las que se mencionaron anteriormente, siempre están atentos a las necesidades de las personas. “Hubo un grupo muy pequeño de 20 mujeres y 7 hombres de una comunidad wichis en Chaco con artritis reumatoidea y se preparó medicación para abarcar el tratamiento por 6 meses, yo me dediqué a esta parte”, relata Perugini.
Trabajo en equipo
FSFA se sustenta gracias a donaciones de distintas entidades como por ejemplo de los Colegios de Farmacéuticos de cada provincia y región del país, organizaciones, laboratorios, droguerías, cooperativas farmacéuticas y personas que aporten medicamentos con una fecha de vencimiento mayor a 6 meses. Entre los colaboradores se encuentran Nutricia Bagó, laboratorio Monserrat & Eclair, Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de Chaco, FSF Suecia Farmacenter utan Granser (FuG), Fundación Andreani y Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), entre muchos otros.
“La sociedad puede colaborar difundiendo nuestras iniciativas, participando como voluntarios, realizando donaciones y, lo más importante, manteniendo una conciencia activa sobre la importancia de la atención farmacéutica en comunidades vulnerables”, menciona Alvarado. Se puede colaborar directamente, asociarse como voluntario desde la página oficial, realizar donaciones financieras o de materiales, y difundir iniciativas.
Perugini señala que además de distribuir las donaciones actúan como intermediarios para que los laboratorios provean productos específicos. “Santa Victoria del Este en Salta es una comunidad muy pobre, hay muchos niños desnutridos. Con FSFA trabaja una nutricionista, que considera necesario el consumo de leches o alimentos especiales para estos niños, entonces nosotros intercedemos con los laboratorios para que provean el tratamiento”, cuenta.
Es importante destacar que no reciben ayuda del Estado pero que tampoco la quieren.
Son un grupo totalmente independiente que no espera a cambio de su contribución a la sociedad, nada más que revertir la crisis sanitaria que atraviesa el sistema de salud en Argentina y por la cual muchas regiones del país se encuentran sin un acceso acorde a ella. Perugini advierte que “hay que reorganizar toda la salud pública”. Leonelli, por su parte, aporta que “para que esto se de, se deben derribar las barreras culturales y geográficas que muchas veces hacen que se dificulte el acceso a la salud”.
En relación a esto, Alvarado declara: “Para mejorar la situación sanitaria en el país, se requiere una política de estado acorde, considerando la heterogeneidad de las distintas zonas”.
Pensar en un futuro con un sistema de salud equitativo es posible gracias a esta asociación, un grupo cada vez más grande de profesionales que buscan dar a todos los habitantes de Argentina las mismas condiciones sanitarias. “Los objetivos futuros de FSFA incluyen la expansión de proyectos continuos, la colaboración con facultades de farmacia, y la creación de una red nacional de intercambio de experiencias y recursos”, cierra Alvarado.
