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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Energía solar: transición energética y la experiencia del INTA

Tal como señaló ANUNM el 21 de junio pasado, con motivo del Día Internacional del Sol, ese tipo de recurso energético es fundamental para un futuro sustentable. Ahora contamos la experiencia del INTA y el testimonio de una usuaria.
Si bien está en segundo lugar detrás de la eólica, la generación de energía proveniente del Sol crece sin pausa en Argentina, tal como lo muestra el gráfico de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA).

El cambio climático afecta al mundo sin discriminar, altera las economías nacionales y extrema los fenómenos meteorológicos poniendo en riesgo la vida en la Tierra. Ante esto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), subraya que es esencial comenzar ahora a reducir de forma radical, rápida y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores.

La energía solar es uno de los recursos limpios con los que la humanidad cuenta para producir energía y reducir las emisiones de carbono y otras sustancias tóxicas al medio ambiente. ¿Qué sucede en Argentina sobre el uso del recurso solar, los beneficios de utilizar este tipo de energías en nuestros hogares y los desafíos que  demanda la actual transición energética?

Energía solar a gran escala

En los últimos años se ha ampliado la utilización de energías renovables en nuestro país, “en primer lugar la eólica, y en segundo lugar la solar, y luego bastante más lejos las bioenergías y las minihidroelécticas, alcanzando actualmente el 14% de la generación eléctrica nacional”, destaca el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET) y docente de la Universidad Nacional de Moreno (UNM), Ignacio Sabbatella. “El objetivo es llegar al 2025 con un 20% de participación total de esas energías”, añade

La energía solar tiene la particularidad de ser intermitente y tiene la necesidad de ser respaldada por otras fuentes de energía cuando el sol no brilla. En Argentina la podemos encontrar en grandes parques solares en las zonas de Cuyo y La Puna.  “El proyecto más grande del país de energía solar se encuentra en Cauchari, provincia de Jujuy, actualmente con más de 300 mega watts de potencia instalada apuntando a ampliarse a más de 500 mega watts. Podría convertirse en el parque solar más grande de Latinoamérica”, destaca Sabbatella, docente de la carrera de Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de Moreno (UNM).

Una de las estaciones solares del INTA. Foto: gentileza Andrés Fernando Moltoni.

Un sistema para la energía solar

En 2014 se desarrolló en nuestro país el Sistema Argentino de Evaluación de Energía Solar (EnArSol). Entre sus metas se encontraba estimar el rendimiento de las cosechas. El investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Andrés Fernando Moltoni, explica que el proyecto “fue puesto en marcha gracias a una convocatoria FONARSEC, Fondo Argentino Sectorial, del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Esta convocatoria propiciaba la creación de consorcios público-privados para proyectos de energía solar”.

Moltoni, que también es docente en la UNM, en la carrera de Ingeniería Electrónica, menciona que la iniciativa del proyecto EnArSol “surgió como demanda de la gente de Repsol-YPF en el año 2010, en aquel momento YPF era enteramente privada, ellos se contactaron con investigadores de la Universidad Nacional de Luján y ambos finalmente contactaron al INTA y especialmente a nosotros, al Instituto de Ingeniería Rural”. El objetivo fue “crear una red de estaciones de medición de radiación solar de orden nacional, 30 estaciones en todo el país, para poder evaluar el recurso solar, teniendo en cuenta que para poder aprovechar este recurso es importante previamente cuantificarlo”, agrega el investigador.

“El recurso solar se cuantifica a través de la medición de la radiación solar que llega a la superficie terrestre. Esta medición se realiza mediante sensores que se llaman genéricamente radiómetros”, explica Moltoni. Agrega que la medición no es compleja, pero debe ser precisa y los sensores son importados y costosos. “En el laboratorio de Agroelectrónica del INTA se desarrolló la estación medidora con su almacenamiento de datos y transmisión vía celular, y los sensores se compraron a una empresa holandesa”, cuenta el especialista en medición del recurso solar.

Moltoni subraya que “el proyecto EnArSol terminó en el año 2015 y el consorcio público-privado se disolvió, cada institución se quedó con las cosas que había adquirido y en el INTA quedó la red. EnArSol fue el precursor de la actual Red Nacional de Medición de Radiación Solar del INTA, la cual se siguió expandiendo”. Actualmente el mantenimiento lo realiza el INTA en su totalidad ya que las otras dos instituciones involucradas inicialmente ya no participan del proyecto.

¿Cuáles son los beneficios del uso de energía solar en el hogar?

Miriam Yahari es vecina del barrio de La Victoria, ubicado en el partido bonaerense de Moreno. Utiliza energía solar en algunos artefactos chicos donde todos son independientes y tienen su propio panel solar. “Uso artefactos como la radio, focos para la iluminación externa, lámparas y cargadores de batería de celular. A futuro pondré alimentación para todo el hogar por medio de paneles solares, también pondré un termotanque solar para el agua caliente”, comenta Miriam.

La vecina de Moreno ve en el uso de energía solar una forma autosuficiente de producción y consumo. “Genero mi propia electricidad de forma gratuita al 100%, no dependo de las empresas que distribuyen la energía eléctrica, me alejo cada vez más de ellas, me olvido de las facturas y de los cortes de energía”, destaca Miriam. “La mayoría de los artefactos que uso cubren entre diez y doce horas de consumo. Es importante que tengan una buena batería que almacene correctamente la energía para cuando te tocan días nublados”, añade la usuaria.

Desafíos de la transición energética

Sabbatella, doctor en Ciencias Sociales y docente en la carrera de Gestión Ambiental de la UNM, explica que la actual transición tiene la particularidad de que el mundo enfrenta una crisis climática que obliga a salir del paradigma energético de los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. “Se propone pasar a un paradigma donde predominen las energías limpias, o de bajas emisiones como la hidroelectricidad, la energía eólica, la solar, las bioenergías, pero también la energía nuclear que en este contexto es revalorizada”, añade el investigador.

Habitualmente se considera que hay cuatro dimensiones para entender los desafíos que demanda la transición energética, explica Sabbatella, “la dimensión ambiental que es la descarbonización de la matriz; la dimensión de la eficiencia energética vinculada al abastecimiento; la dimensión socio-económica, esto es que el consumo de energía no se vuelva costoso para hogares e industrias; y la dimensión tecnológica que implica incorporar nuevas tecnologías que solo algunos países producen”, amplia el investigador.

“La gran dificultad que atraviesa nuestro país para adquirir energías renovables, y específicamente energía solar, es la falta de acceso a financiamiento barato para grandes proyectos de energías limpias, pero también lo que llamamos la restricción externa, la falta de dólares para afrontar importaciones de equipos que provienen fundamentalmente de China”, subraya Sabbatella. La barrera macroeconómica es hoy la principal limitante para una mayor inserción y participación de energías renovables en nuestro país.

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