
Aunque no lo creamos, la Estadística tiene mucha presencia en nuestra vida cotidiana. La utilizamos día a día, aún sin darnos cuenta. A partir de datos numéricos, que surgen de las observaciones, podemos interpretar y comprender mejor aquellas situaciones que nos afectan o benefician. A su vez, cumplen un rol fundamental en la toma de decisiones y en el diseño de las políticas públicas.
“Uno de los papeles más importantes de la Estadística como ciencia es que nos ayuda a tomar decisiones informadas de manera consciente. Cuando nos enfrentamos a múltiples opciones, contar con datos estadísticos confiables nos permite evaluar las diferentes alternativas de manera objetiva”, afirma María de las Mercedes Abril, profesora adjunta del Instituto de Investigaciones Estadísticas (INIE) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán. En ese sentido, destaca que a través de ella se puede obtener información lo más realista posible, eficaz y eficiente.
Esta disciplina, entonces, cumple un rol fundamental en las decisiones comunitarias, empresariales y gubernamentales. “¿Si cambio la fórmula, a la gente le seguirá gustando el producto X? ¿La implementación de una nueva política educativa generó un efecto en el desempeño de los estudiantes? ¿Los clubes barriales provocan una reducción en los índices de delincuencia en una comunidad? Tener algo de información es mejor que no tener nada. Y la Estadística nos permite hacer estimaciones con la mayor exactitud posible para la toma de decisiones”, comenta Juan Manuel Alonso, magíster en Metodología de la Investigación Social y docente de la Universidad Nacional de Moreno.
De esta manera, las estadísticas no nos brindan datos exactos, pero sí aproximaciones razonables y precisas. Para Walter Sosa Escudero, especializado en econometría y estadística aplicada a cuestiones sociales, “se trata de una cuantificación de la incertidumbre”. En ese sentido, menciona el ejemplo de cuando un médico le dice a su paciente que tiene el colesterol alto. Es importante para la persona mencionarle cuán alto está y cómo se puede monitorear eso. “Casi todas las discusiones relevantes de nuestra sociedad tienen que ver con esos números. Lo Importante de las estadísticas no es que sean buenas o malas, sino que sean útiles”, enfatiza.
Presente y desafíos
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) es el organismo referente a nivel nacional que unifica y ejerce todas las actividades estadísticas oficiales. Sin embargo, no es el único. “Los distintos gobiernos, ministerios o secretarías han avanzado mucho en el último tiempo para disponibilizar datos públicos que resultan muy valiosos. En este contexto nuestro país ha dado en los últimos años pasos muy importantes en el mejoramiento del sistema estadístico. Pero, sin lugar a dudas, quedan cuentas pendientes y desafíos por delante”, expresa Alonso, quien también es miembro de la Sociedad Argentina de Estadística (SAE).
Por su parte, Sosa Escudero, quien dirige la carrera de Economía en la Universidad de San Andrés y es docente en la Universidad Nacional de la Plata, coincide en que la producción de estadísticas en Argentina está bastante bien. “Sí se podrían hacer cosas que no se hacen. Por ejemplo, la medición de la pobreza en nuestro país, al igual que en gran parte de la región, es esencialmente urbana. Esto sucede porque es más barato medirla en términos urbanos que rurales, por eso ese es un gran desafío para todos los países de desarrollo intermedio”, dice.
Cabe destacar que la estadística siempre viene de la mano de la interpretación, es decir, no funcionan como un sustituto de las explicaciones, sino que las complementan. Además, no solo nos ayudan a estimar el presente, sino también el futuro. “Permite planificar el diseño de distintas políticas públicas en nuestra sociedad. Los datos estadísticos nos permiten cuantificar la realidad y disponer de los elementos que nos permitan un análisis adecuado de la misma”, afirma Abril, quien también es investigadora del CONICET.
Otro de los desafíos tiene que ver con preservar la credibilidad de las estadísticas. “La estadística en la que no se confía no se usa. Por eso es importante que existan instituciones que velen por la confiabilidad de esos números, lo cual implica velar también por su precisión”, concluye Sosa Escudero.