Netflix, la empresa líder de servicio de streaming, lleva más de veinte años desde su creación y más de quince ganando terreno ininterrumpidamente como distribuidor de contenidos audiovisuales. El modelo de consumo se ha modificado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el período 2016-2021 la importación anual de servicios audiovisuales digitales en la Argentina pasó de 171 a 342 millones de dólares. Existen muchos debates sobre el lugar que ocupa el cine dentro de la industria del entretenimiento a partir de la irrupción de las plataformas. Más aún después de la pandemia de 2020, que condenó al confinamiento a gran parte de la población mundial sin posibilidad de asistir a las salas de cine.
En este sentido, Argentina es un actor más dentro del esquema global que se sumerge sin aportes ni propuestas a este sistema. Ezequiel Rivero, doctor en Ciencias Sociales (UBA), docente e investigador, entiende que “los actores más pesados del complejo audiovisual argentino han adoptado una postura pragmática y ejercen el seguidismo de las tendencias que se observan a nivel global”. De esta manera la industria limita la soberanía cultural y el federalismo de las producciones: “De esta relación (sector audiovisual argentino-plataformas) se favorecen un puñado de agentes audiovisuales de gran porte y basados en el AMBA”, agrega.
Como en toda área dentro de un país periférico, es fundamental el rol que ocupa el Estado en cuanto al grado de intervención. Rivero cree que el futuro de la industria audiovisual argentina será de subordinación y alta dependencia de los actores globales y esto se debe a la poca intervención por parte del Estado: “No tiene agenda propia y asume un rol subsidiario/asistencial de las demandas de las plataformas”, explica. Además, la proyección de la situación es menos optimista bajo estas circunstancias: “No es descabellado pensar en una relación meramente extractivista entre la trama audiovisual local y las grandes plataformas si el Estado no aborda una agenda amplia para calibrar mejor los términos en que se dan esos intercambios”, concluye.
Nuevos modelos de consumo
Conrado Canzani es periodista de gaming y, por su profesión, mantiene un estrecho vínculo con los avances tecnológicos de la industria del entretenimiento, pero, a su vez, es un gran aficionado al cine, aunque en este caso se coloca distante con respecto a la industria: “Suelo consumir mucho cine de forma tradicional, voy a salas, compro DVD´s y VHS por coleccionismo y nostalgia. No suelo utilizar plataformas digitales ya que el contenido se apega mucho al fast food, producciones para masas, y no me parece atractivo”, cuenta Conrado.
Se autodefine como admirador del cine independiente: “El cine que no es comercial es difícil de conseguir de ‘manera legal’, por eso suelo descargar y compartir mediante un servidor de Plex para tener acceso desde cualquier sitio”, agrega. De todas formas, y a pesar de las distancias con los servicios de streaming, reconoce que estas plataformas colaboran de alguna manera con el cine independiente por fuera de las grandes productoras.
Estas nuevas características de producción y consumo que aportaron las nuevas distribuidoras generaron todo un nuevo sistema dentro de la industria audiovisual encabezado por las plataformas, pero aún se mantienen ciertas dudas sobre si la democratización de contenidos, la igualdad de oportunidades para productores, distribuidores y consumidores es la deseada. En este sentido, Martín Chávez es un comunicador de la ciudad de Moreno que fue parte de un proyecto que creó una plataforma de contenidos audiovisuales independiente en el conurbano bonaerense. A partir de su experiencia, cuenta las dificultades que el nuevo sistema mantiene para ser parte de este: “Para todo lo que es el circuito independiente es muy difícil entrar al sistema profesional del entretenimiento audiovisual, incluso de lo que impulsa el Estado, por trabas burocráticas y administrativas excepto para las cuatro o cinco productoras que ya son parte del sistema”, explica Martín.
Sobre las posibilidades reales de ofrecer una alternativa a las grandes plataformas, Martín agrega: “Promocionar y promover una película por una vía alternativa es muy difícil tanto en cine como en plataformas. De hecho, nuestra experiencia de crear nuestra plataforma nace de la imposibilidad de poder estrenar una película nuestra y distribuirla por plataformas nacionales”. Esta idea pudo concretarse en un principio, pero sostenerla en el tiempo tiene sus dificultades: “Todos los gastos los absorbimos nosotros, es difícil conseguir quién te financie, en un momento entonces se complicó sostenerla y perdimos el dominio”, cuenta Chávez. Sobre la situación actual del proyecto, Martín aclara: “La página está caída, aunque tenemos la idea de recuperarla y restablecerla. Si bien existen políticas de Estado para el desarrollo de este tipo de proyectos, es muy complejo poder acceder, tenés que tener una estructura muy grande”.
Dentro de este circuito conformado por el cine, la televisión y las plataformas en el que se mueven las películas y series quedan envueltos todos los recursos humanos que lo llevan adelante: técnicos, asistentes, actores, etcétera, que son parte de esta reconfiguración del sistema. Fernando Pérez, actor en largometrajes, al respecto cuenta: “Para nosotros se nos abre una posibilidad de trabajo grande, se hace más visible. Antes se hacía un cuello de botella en favor de las grandes producciones y los tanques de Hollywood donde además el contenido, el guion y el talento no eran los mejores”. Sobre el estímulo y la promoción de las plataformas, Pérez sostiene: “Hay más posibilidades de trabajo sobre todo después de la pandemia donde las plataformas tomaron un impulso que será difícil que se frene”.
Desde la mirada económica, Fernando cuenta su punto de vista: “La recaudación para las producciones de las películas que son vendidas a las plataformas es alta y, por ende, mejora los cachets de los actores ya sean largometrajes, documentales, series o miniseries”. Y con respecto al futuro dentro del esquema cine/plataformas agrega: “Para el actor no hay diferencia, se toma de la misma manera y entusiasmo, independientemente de donde se proyecte. Las plataformas ofrecen muchas comodidades, pero la magia del cine no la encontramos en el living de una casa ¡Larga vida al cine!”.
