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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Chagas: entre el silencio y el estigma

Unas 8 millones de personas en el mundo poseen Chagas, de las cuales poco más de un millón son mujeres en edad fértil. En Argentina, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que hay 1 millón 600 mil infectados. ¿Cómo prevenir ese mal? Hablan médicos y pacientes.
La vinchuca es el principal vector del parásito Trypanosoma Cruzi y por lo general, viven en las grietas de paredes y techos de viviendas precarias, especialmente en áreas rurales. Fotos: Diego Weinberg, Fundación Mundo Sano.

Esta afección es una zoonosis, es decir que se encuentra en los animales, específicamente en los parásitos de estos. Luego, se transmiten a los humanos a través de un vector que en el caso de Argentina es el Triatoma Infestans. Daniel Darío Siciliani, médico infectólogo pediatra, resalta la importancia de saber que existen dos fases luego del contagio. “La fase aguda son los primeros tres meses y luego la enfermedad se cronifica. Durante la primera etapa no siempre se hacen visibles los síntomas, uno puede o no darse cuenta que la contrajo y durante la fase crónica es mucho más difícil porque rara vez produce sintomatología y se descubre por análisis de sangre”, advierte.

Blanca Lidia Rodríguez, de 81 años,  oriunda de Uruguay y que actualmente  vive en la localidad de La Reja, relata: “Una vez quise donar sangre y no me lo permitieron, ahí fue cuando me enteré que tenía Chagas”. La vinchuca es el principal vector del parásito Trypanosoma Cruzi y por lo general, viven en las grietas de paredes y techos de viviendas precarias, especialmente en áreas rurales. “Vivía en Nueva Esperanza que queda en Tucumán, en ese momento mi marido estaba haciendo el servicio militar y nuestra casa era de barro, nos alumbrábamos con lámparas de kerosene”, declara Blanca.

Salta, Catamarca, Chaco, Formosa, La Rioja, Jujuy, Mendoza y Santiago del Estero suelen ser las provincias con mayor prevalencia de casos, de acuerdo a los boletines epidemiológicos del Ministerio de Salud de la Nación. Desde la fundación Mundo Sano, el médico clínico infectólogo Favio Crudo advierte que, en aquellos lugares donde se da la transmisión vectorial el parásito “es un habitante más” y a los residentes no les resulta ajeno.

Actualmente, Mundo Sano se encarga de llevar a cabo distintos proyectos desde el área “Atendiendo Chagas”, como por ejemplo, el mejoramiento de la vivienda rural. “Este perfeccionamiento del hábitat produce que los ranchos sean más resistentes a la colonización por vinchuca”, afirma Crudo, quien también es coordinador del área médica para Chagas en zona endémica y coordinador del proyecto Triple Frontera. Otro de los objetivos que se busca desde la fundación es la vigilancia y control vectorial, se revisa cada una de las viviendas y se fumiga en caso de ser necesario.

Por otro lado, a diferencia de un contagio en edad adulta, los niños pueden infectarse de dos maneras. “Pueden contraerla por la vía vectorial, por la picadura de la vinchuca que a medida que pica defeca y el parásito ingresa en el organismo al, por ejemplo rascarse y causar una mínima lesión”, explica el doctor Siciliani, el cual trabaja en el Centro de Enfermedades Transmisibles del Municipio de Moreno (CET). Si bien este tipo de infestación se encuentra controlada, como se mencionó existe otra manera en la cual pueden contraer la enfermedad. “La forma de transmisión más usual actualmente es la vertical, es decir, de una madre infectada mientras está embarazada a su bebé dentro del útero”, agrega.

Asimismo, María Isabel Gómez, quien pasó su infancia en Santiago del Estero de donde son sus padres y que ahora vive en la localidad de Trujui, en Moreno,  comenta que también se enteró cuando fue a donar sangre a los 33 años. “Me dijeron que seguramente mi madre tenía y lo heredé”, relata María. La gran mayoría de los niños nacidos de madres con Chagas son asintomáticos, por lo que es importante tener el dato de que la madre tiene esta patología para poder identificarla. El doctor Siciliani advierte: “Se considera que dependiendo la región entre un 3 y 10% de los hijos de madres chagásicas nacen con el Chagas congénito, el resto nace sano”.  

Respecto al tratamiento se presenta una problemática encubierta;  si bien existen dos drogas que se utilizan tanto en niños como adultos, la industria farmacéutica ha desatendido esta patología. Rodrigo Esparza Iraola, médico especialista en cardiología del Hospital Universitario Fundación Favaloro cuenta: “Son drogas que surgieron hace muchos años, y no hubo gran avance en el último tiempo. Esto hace que la mejor forma de combatir la enfermedad de Chagas sea con la prevención y evitar el contagio”. Los medicamentos que se utilizan son dos, el benznidazol y nifurtimox, respecto a los cuales,  Crudo, de Mundo Sano,  señala que son gratuitos y entregados por el Ministerio de Salud nacional y provinciales respectivamente. Las fundaciones actúan como garantes frente a esta situación para respaldar el cumplimiento.

Salta, Catamarca, Chaco, Formosa, La Rioja, Jujuy, Mendoza y Santiago del Estero suelen ser las provincias con mayor prevalencia de casos de Chagas.

“Me dijeron que afecta al corazón, una vez al año me tengo que hacer estudios, como ecodoppler y ergometrías, solo de rutina porque no tengo síntomas”, comenta María Gómez. Si bien los síntomas cardíacos no son los únicos que se manifiestan luego del contagio suelen ser los más usuales. Esparza Iraola, quien también es jefe de residentes de cardiología en el Hospital General de Agudos Dr. Ignacio Pirovano, señala que “el compromiso va desde la aparición de arritmias malignas o de otro tipo que pueden requerir colocación de marcapasos, hasta deterioro grave de la función del corazón con insuficiencia cardiaca que puede llegar a requerir trasplante en ciertas circunstancias. En Argentina, es una de las principales causas de insuficiencia cardíaca”.

Desde la Asociación Civil Hablemos de Chagas, resaltan la importancia de ser consciente a la hora de hablar de la enfermedad, hay Chagas donde hay personas que tienen Chagas. Es necesario compartir, acompañar y tejer redes de información y contención, donde se pueda identificar la afección no solo con la condición social y/o el lugar de residencia de las personas sino con la referencia casi exclusiva de las vinchucas con la transmisión de la misma, advierten desde la asociación.

La desinformación y el estigma alrededor de la enfermedad, afectó a muchas personas en el país. Blanca Rodríguez afirma: “Nunca me hice atender porque antes no se trataba como tal, me avisaron que portaba el gen por medio de una carta que me llegó luego de un tiempo. Hoy en día no digo que tengo Chagas porque no quiero que me traten de enferma”. Para revertir esta situación a nivel nacional, desde el Gobierno se sancionó la Ley 26.281 que tiene como objetivo impulsar planes de control y prevención de la enfermedad, volviéndose una herramienta clave para abordar esta patología a través de políticas públicas y garantizar los derechos de los pacientes.

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