Cuando hablamos de bandas icónicas de la música internacional se nos vienen a la mente Queen, Kiss, The Who, The Rolling Stones y otras tantas que marcaron la historia con sus canciones. Si trasladamos esta lógica al plano nacional tendríamos que mencionar a Soda Stereo, Serú Girán, La Renga, Los Piojos, Viejas Locas y todos los conjuntos que dejaron su huella en la juventud de su época.
La mayoría de estas bandas, consideradas por los melómanos como clásicos, no sobrevivieron al paso del tiempo por distintas circunstancias. Otras se mantienen en la escena de la música en la actualidad reversionando sus canciones o presentando esporádicamente nuevos trabajos. Sin embargo, estos clásicos tienen en común la capacidad de despertar en sus públicos diversos sentimientos que, guiados por la admiración, potencian la aparición de bandas que tributan a sus ídolos.
Sergio Del Duca,Dukke, es baterista de Kiss My Ass, tributo a Kiss, y se caracteriza como Catman en los escenarios. “En los shows tratamos de que la gente entre en la película para fantasear como lo hacemos nosotros”, explica Dukke. Para esto la banda debe trabajar en todos los aspectos característicos del conjunto formado en Nueva York. “Los trajes están hechos al detalle. Están tomadas las medidas y contadas las tachas. Nos fijamos hasta donde ponen las manos en el diapasón, la altura a la que usan los platillos y el hi hat”, repasa el baterista sobre la profesionalidad y el esfuerzo con las que hacen sus presentaciones.
Master Stroke, tributo a Queen, revive la experiencia de la icónica banda que se presentó en el estadio Vélez en 1981. A pocas horas de tocar nada menos que en el Teatro Gran Rex, Emanuel Caradoso, vocalista de Master Stroke, cuenta: “Trabajamos con un compromiso muy grande. Brian Morua, el guitarrista de la banda, tiene una Red Special como Brian May, con el mismo seteo. Nuestro batero, Agus Albertini, tiene una réplica de la batería de Roger Taylor y estudió el mismo toque, la misma pegada. Así trabajamos con cada instrumento”. Esta formación inició con Ema y Brian tocando covers que subían a las redes en 2016. Por el feedback que recibían decidieron armar la formación que se presenta actualmente.
Otra banda que tiene su propio tributo es La Renga. Este grupo liderado por Chizzo mueve miles de personas en cada show y se convirtió en un clásico nacional. Javier Sanseverino es la voz de Rencor Rock y explica: “Cuando tocábamos en vivo hacíamos nuestras propias canciones y mechábamos algún cover. Hacíamos alguna de La Renga y la gente venía a decirnos que nos salía bien la canción. Después otro venía y nos decía que tenía la voz parecida a Chizzo. La gente misma nos llevó a hacer el tributo”. Rencor hoy cuenta con un repertorio tributo completo que, entre banderas con el nombre de “La Renga”, cerró el 6 de agosto de este año el evento Festival de Tributos 3F que convocó a cientos de personas.
Ivana Carino, licenciada en Comunicación Social, explica que “hay cierta tendencia actual en la producción de objetos culturales que se encuentra atravesada por el sentimiento de nostalgia”. Con los años aumentó la aparición de bandas tributo que buscan reproducir fielmente el estilo musical, la estética y las experiencias propias de las formaciones originales. “Hay una teatralización en la que son todos cómplices. La gente sabe que es un tributo y que no está viendo a Paul Stanley, pero aun así lo vive como si fuera real. El verosímil juega un papel muy importante, sino no entrás en el cuento” afirma Ivana, quien presentó su investigación “Bandas tributo: la construcción de reescenificaciones en el contexto de pandemia” en el Congreso XXIII de la Red de Carreras de Comunicación.
Cada banda tributo tiene su propio recorrido profesional y un vínculo particular con el conjunto que admira. “No hay otra para esto que ser un fan. Kiss es parte de mi vida, es un fanatismo sano y lindo”, cuenta Duke. Kiss My Ass fue formado en 2007, actualmente tienen miles de seguidores en redes sociales, se presentan en escenarios de todo el país y también dan shows internacionales. Una medalla que llevan con orgullo es haber tenido el reconocimiento de Kiss como uno de los mejores tributos del mundo y haber tocado con Bruce Kullick. “Tocar con el tipo que tuviste en el poster toda la vida las canciones que amas es tremendo y que el mismo Bruce nos diga que está bueno lo que hacemos no es poco”, agrega el baterista.
Los artistas ponen en juego muchas emociones al interpretar canciones tan emblemáticas. “Las canciones de Queen al cantarlas empezaron a adquirir algo muy especial, sumado a que la banda te emociona con la interpretación de Freddie Mercury”, explica Emanuel Caradoso. No solamente se ponen en juego letras o arreglos musicales, sino que cada persona vive una experiencia personal al escuchar, por ejemplo, ‘Bohemian Rhapsody’. Con más de 38 mil seguidores en redes sociales, Master Stroke logra recuperar parte de las experiencias que se vivieron desde los ´70 con la banda británica. Emanuel explica: “Después de los shows en los teatros escuchamos las devoluciones. Nos dicen que los hicimos emocionar y que pudieron recrear con el show un gran momento de sus vidas.”
Javier cuenta sobre los shows: “Nosotros bajamos del escenario, hablamos con la gente y si nos piden una púa la damos, la humildad la tenemos”. Además, agrega que “la gente que nos sigue es copada. Se toman un bondi, un auto y hacen de todo para estar aunque no somos La Renga. Eso se recontra valora”. Rencor no sólo se reconoce como banda tributo, sino que intenta articular sus trabajos propios, como el disco Tiempo de Triunfar, con canciones populares, como por ejemplo Corazón Fugitivo.
“Vivimos en medio de una cultura plagada de nostalgia. Este sentimiento es sobre un pasado reciente en el que fuimos protagonistas, somos nostálgicos de los ´80 por ejemplo”, explica Ivana. El fenómeno de las bandas tributo es una movida que creció en los últimos años y que genera un público específico ávido de retomar experiencias que vivió en el pasado. Kiss My Ass, Master Stroke y Rencor Rock cumplen la función de interpretar a sus ídolos al mismo que impregnan su música con su impronta.