La inflación es una constante que acompaña diariamente a la sociedad argentina. En esta situación, algunas personas tienen que empezar a priorizar algunos gastos por sobre otros. Esos cálculos suelen dejar afuera los gastos imprescindibles relacionados a la salud, como pueden ser los exámenes médicos o los remedios. Sin embargo, debido a que los grandes aumentos de precios no fueron acompañados por los salarios, desde hace meses que los farmacéuticos notan una caída importante en las ventas de medicamentos.
A pesar de que este año hay una tendencia a la baja de la inflación mensual, el ámbito de salud está en problemas hace meses. Edgardo Brasmurg, farmacéutico en la farmacia Mighetti de Ituzaingó, señala: “Desde diciembre del año pasado hay una baja del 20% en la venta. Esto es algo que no se vio nunca. Los medicamentos históricamente tienden a subir o mantenerse, nunca bajar”.
En el período de noviembre y diciembre del año pasado, según datos del INDEC, el área de salud fue la que sufrió los mayores aumentos. Los precios de los medicamentos y las cuotas de las empresas de medicina prepaga llevaron a que este rubro se encuentre entre un 3% y 7% por arriba de la inflación general.
Una de las razones para que esto pase fue el hecho de que el año 2023 estuvo marcado por el período electoral, que se desarrolló en los meses de agosto, octubre y noviembre. A los diez días de su asunción, el recientemente electo presidente Javier Milei sancionó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023, vigente hasta el 31 de diciembre del año que viene. Este decreto indica que se dará de baja cualquier norma o restricción que “distorsione los precios de mercado, impida la libre iniciativa privada o evite la interacción espontánea de la oferta y de la demanda”. Una medida que llevó a la desregulación y, en consecuencia, al aumento indiscriminado de precios en varias áreas (entre ellas la de la medicina prepaga).
Después de la sanción de estas medidas, los usuarios se vieron afrontando grandes aumentos en sus cuotas de los servicios de medicina. “Mucha gente que tenía prepaga optó por cambiarse a planes más económicos o bien, obras sociales no tan conocidas que nosotros no trabajamos, lo cual afectó negativamente a nuestras ventas.”, advierte Nicolás Ezequiel Palma, farmacéutico de “Farmacia Moreno”, ubicada en Hurlingham.
Según los últimos números del INDEC, el área de salud tuvo una inflación en el mes de abril del 9,1% y en el mes de mayo del 0,7%, siendo en este último el rubro que menos aumentos percibió. A pesar de que la variación de precios no fue grande en estos meses, el panorama general muestra una imagen negativa. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sobre los medicamentos más consumidos por personas mayores, durante los años 2021 y 2022 los precios de venta al público estuvieron debajo del nivel general de inflación, pero esto cambia de manera radical durante los últimos meses del año 2023. Para que se pueda ver claramente el cambio, se mencionan precios de diferentes medicamentos. Por ejemplo, el ibupirac de 600 mg pasó de valer $1395,30 a valer $8853,42 (precios de febrero de 2023 y febrero de 2024).
Frente a estos cambios, la gente empezó a dejar de comprar algunas marcas e incluso dejó de comprar ciertos medicamentos. La farmacéutica Marcela Ruscelli, que trabaja en la farmacia Ruscelli de Haedo, comenta: “La mayoría de gente que no tiene obra social se vuelca por los medicamentos genéricos. Se venden mucho. También hay gente que, por ejemplo, si traen una receta del médico de tres remedios piden solo dos o te preguntan si no hay alguna marca más barata que la que el médico les puso”. Por su parte, y en línea con esto, Brasmurg agrega que “la gente lleva lo mínimo indispensable y siempre busca el producto más barato, no importa de qué marca”.
Un hábito de los clientes que también empezó a verse más seguido en el último tiempo es el de comprar medicamentos sueltos. Sobre esto, Palma indica que “actualmente el poder adquisitivo del cliente está disminuido si lo comparamos con años anteriores. Ahora son de preferencia los medicamentos genéricos, sueltos o por blister, siendo los más económicos y accesibles para el cliente. Solo compran medicamentos de marca (que son más caros) quienes pueden permitírselo. Años anteriores, eran de preferencia estos medicamentos de marca”.
Todos estos cambios y caídas en la venta de medicamentos son el reflejo de las decisiones y políticas públicas que fueron tomadas en el último tiempo. No solo no presentaron ningún beneficio para los clientes, sino que tampoco presentaron una mejora ni para los laboratorios ni para los servicios de medicina prepaga. Sobre estos últimos, a mediados de abril el gobierno tuvo que dar marcha atrás con la desregulación. Se les indicó que debían retrotraer los precios y se los denunció por supuesta “cartelización”. Con respecto a los clientes y laboratorios, Edgardo Brasmurg comenta que las medidas que se tomaron resultaron perjudiciales para la gente (sobre todo para los jubilados) y que, en el caso de los laboratorios, no hubo ninguna mejora.
Sumado a esto Brasmurg explica que, con el avance de la medicina, los medicamentos disponibles se amplían y la calidad de vida de la gente mejora. Es por esto que la venta farmacéutica siempre tiende a subir y esta caída que están viendo es histórica. Señala, además, que no hay medidas actualmente para beneficiar a los clientes y que todavía hay lugar a que la situación y los ajustes sean aún peores.
