Nuestro derecho, nuestro lugar, nuestro futuro…

Texto:

Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Día Mundial de Prevención del Suicidio: ¿qué alertas hay que atender?

Este domingo 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio y las cifras actuales posicionan a esta problemática como una emergencia epidemiológica que se vive en el país. Los datos oficiales exponen que en Argentina se suicida una persona cada tres horas.
“La principal forma de prevención de suicidio es hablar y educar”, dice la doctora Cintya Castañeda, de la Asociación Empesares.

La problemática del suicidio se presenta como un asunto de salud pública que afecta a los individuos, familias y comunidades en conjunto y que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) resulta una cuestión prioritaria tanto a nivel mundial como regional. Está alejado de ser un problema individual que solo afecta a la persona que padece de ideación suicida o que lo lleva a cabo, sino que resulta de un conflicto multicausal en el convergen factores psicológicos, biológicos, socioculturales y ambientales. El suicidio es una fenómeno que afecta de forma silenciosa al estar influenciado por el tabú y el estigma social que empeoran el panorama para la población de riesgo ya que el aislamiento y la soledad es uno de los principales agravandes.

Según el último boletin epidemiológico publicado por el Ministerio de Salud entre 2010 y 2019 se produjeron 31.847 muertes por suicidio, equivalentes a una cada tres horas. Estos datos son obtenidos por la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), que relevó en su informe de Estadísticas Vitales que fallecieron 2865 por suicidio en el país en el año 2021. Esta es una cifra significativa si la ponemos en comparación con la cantidad de suicidios a nivel mundial que se estima son cerca de 700.000 al año. Si bien los datos nos pueden aproximar a un entendimiento acerca de la magnitud de la problemática, la misma OMS ha declarado que los datos sobre suicidio e intentos de suicidio son deficientes en todo el mundo. Esto es debido a la delicada situación de notificarlos y al estigma que rodea a esta tragedia.

Factores de riesgo: aislamiento, trastornos psiquiátricos y duelos

Nora Fontana, licenciada en Psicología y voluntaria del Centro de Asistencia al Suicida (CAS), llama la atención sobre los factores de riesgo que puede presentar una persona que padece de ideación suicida y llegar a sufrir un intento de suicidio. “Las principales señales de alerta que pueden existir son que la persona sufra de trastornos psiquiátricos. Si está transitando un duelo o una pérdida económica también aumenta el riesgo. Si tiene demasiado tiempo libre después de haber quedado sin trabajo. Si transita por una depresión o se sufre de una adicción. El haber quedado solo luego de una relación, ser una persona mayor y vivir sola. La soledad en sí es un factor de riesgo importante. Enfermedades terminales y enfermedades neurológicas. La historia familiar de suicidio o en el entorno cercano, y si hay una tentativa previa de suicidio esa persona presenta un riesgo mayor”, expone Fontana. Otros factores de riesgo son situaciones de bullying y abusos físicos, psicológicos y sexuales.

Alberto Fernández Mateos es miembro de la asociación civil Hablemos de Suicidio, una organización que acompaña a las personas que atraviesan una situación de duelo, sufren de ideas suicidas o son familiares sobrevivientes de suicidio. Siendo él parte de este grupo de personas que padecen el suicidio y desde su experiencia trabajando como voluntario en el CAS, Fernandez Mateos cuenta que “todas las personas que sufrimos un duelo por suicidio o tenemos ideas suicidas necesitamos integrarnos, además del tratamiento con profesionales. El pensamiento suicida genera aislamiento en dos niveles diferentes. Por un lado uno llega a pensar que a nadie le importa lo que le está pasando. Por el otro, los pensamientos te absorben a tal punto que tampoco te das cuenta de los sentimientos de las personas que tenés a tu alrededor. Realmente estás aislado del mundo y esto genera un círculo vicioso que refuerza el pensamiento suicida”.

Pandemia y suicidios: un agravante a nivel social

Estos factores de riesgo pueden verse influenciados por el contexto social. Según la OMS, los países con ingresos medianos y bajos acumularon el 77% de los suicidios en el año 2019. Otro agravante a nivel social fue la pandemia del covid-19. Al respecto, la psicóloga y coordinadora de la asociación Empesares -una organización de sobrevivientes al suicidio de familiares- Cintya Castañeda expone: “Las consecuencias de la pandemia se empiezan a ver ahora. Baja la edad de las personas que se suicidan y la cantidad de suicidios aumenta. En ese sentido pasa lo peor que puede llegar a pasar. Tiene que ser un efecto de la pandemia que nos aisló, nos encerró. Vos pensa que si estás padeciendo un dolor de este tamaño es muy difícil. Hubo gente que llevaba un tratamiento adelante que se vio interrumpido. Además la pandemia nos dejó esta sensación de muerte inminente, de que no sabíamos qué iba a pasar, algo muy fuerte que tiene consecuencias y hoy las estamos viendo”.

Fontana explica que “en la pandemia hubo un aumento en casos de suicidio porque la gente al estar más aislada, sumado a la tragedia del covid y al mal manejo que hubo de esta enfermedad en el país desgraciadamente, la persona que estaba angustiada paso a estar deprimida. Los cuadros psicológicos y psiquiátricos se agravaron. A esto le sumamos la soledad a la que muchos estuvimos expuestos”. Con respecto a las consecuencias puntuales que atraviesan los jóvenes en el contexto de post pandemia, Castañeda agrega: “Una de las primeras funciones que cubre el colegio es la socialización. Hay chicos que perdieron años de hacer grupos de amigos, hablar con compañeros, se manejaron únicamente por zoom. El afuera te muestra una vida donde todo el mundo se está enfermando, se lo llevan y no lo podés ver más, no podés ver la cara del otro, no podés tocar al otro. En un aislamiento grave y va a presentar muchos problemas que lo vamos a seguir viendo tanto nosotros que trabajamos con suicidios como profesionales que se dedican a otras áreas de la salud mental”.

Después del suicidio.  El duelo

El suicidio es una tragedia no solo individual, sino que afecta al círculo de la persona que lo padece. Fonseca expresa que este duelo es catastrófico para quien lo atraviesa. “Nadie piensa que se puede matar un familiar, alguien tan cercano a nosotros y que queremos. El duelo por suicidio es el peor de los duelos. Por este motivo recomiendo que esté acompañado por profesionales, tanto psicólogos como psiquiatras. A veces son tantos síntomas orgánicos que la persona no puede transitar sola y es necesaria la medicación”, explica Fontana. Esta vivencia se ve reflejada en los grupos de acompañamiento sobre el suicidio. Castañeda describe que “la familia de una persona que se suicida pasa a ser pacientes de riesgo. La dinámica en nuestra asociación está dividida por grupos: las madres y padres están marcados por el sentimiento de culpa, de no haber hecho más. Para los hermanos la vivencia es de un dolor no transitado, un dolor que no se pudo expresar porque el centro de atención está puesto en los padres y en su sufrimiento. Para los hijos de personas que se suicidaron lo que los marca es el abandono, ese es el sentimiento predominante”.

Para Fernández Mateos el duelo por suicidio se ve marcado por la culpa y la vergüenza. “En el grupo hay madres que perdieron un hijo a causa del suicidio y hay personas que tuvieron o están teniendo en este momento pensamientos suicidas. Realmente nosotros no sabíamos cómo iba a funcionar eso y funcionó muy bien porque las historias y las experiencia se retroalimentan. Las madres que han perdido hijos a causa de suicidio tienen una sensación de duda, de tratar de entender lo que paso. No llegan a entender cómo su hijo tomó esa decisión y no tienen oportunidad de hablar con él para preguntarle, pero sí tienen oportunidad de hablar con otras personas con pensamientos suicidas. A su vez, esa persona que a lo mejor no se anima a hablar con su madre, sí se anima a hablar con una persona que está en el grupo como un participante más”, relata Fernandez Mateos quien también reflexiona que en Hablemos de Suicidio es mediante esta relación que una persona con ideación suicida puede llegar a medir las consecuencias de sus acciones.

¿Cómo prevenir el suicidio? Una respuesta social

El aislamiento y la soledad son uno de los principales factores de riesgo. No solo la problemática del suicidio es multifactorial sino que al ser un tabú para la sociedad, la temática se rodea de un silencio que puede agravar la situación para las personas que lo padecen. Castañeda sostiene: “La principal forma de prevención de suicidio es hablar y educar. Debemos educar a alguien que se está sintiendo mal y explicar por ejemplo “tenés una depresión, esto con medicación, con terapia se arregla”. También le tengo que enseñar a la familia que no puede decir “le tenés que poner onda, mirar al sol”. Todo eso es cierto pero viene después de la terapia. Primero necesita ese apoyo. Para educar tienen que haber charlas, en los colegios, en el trabajo y yo creo que debería ser parte de la educación. Como existe la Educación Sexual Integral debería haber una Educación en Salud Mental con campañas que no solo eduquen a los chicos. La educación tiene que ser para los chicos, los padres y los docentes”.

En estos puntos coinciden diversas instituciones y profesionales de la salud mental. Fonseca expone que para prevenir el suicidio “tendrían que haber charlas en los colegios para explicar que los adolescentes son una población muy vulnerable. Tendrían que haber talleres para explicar toda la guerra de neurotransmisores que suceden en el cerebro a partir de la cual se generan depresiones y otro tipo de enfermedades en los adolescentes. Para los docentes también tendría que darse charlas y capacitaciones para que conozcan todo lo que enfrentan los jóvenes con los que trabajan y que estén advertidos y puedan colaborar con ellos, sería fundamental”. Además, la licenciada Fonseca agrega que todo lo que se pueda hablar y comunicar acerca del tema previene. “Esto ayuda a que la gente se de cuenta que en realidad la persona no se quiere quitar la vida sino lo que quiere es salir del enorme dolor que está pasando por una cuestión existencial, o porque perdió el trabajo, o por un duelo, etcétera”, sostiene Fonseca.

Comparte esta nota 

otros artículos
relacionados

Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Moreno

Av. Bme. Mitre N° 1891, Moreno (B1744OHC), provincia de Buenos Aires.
Edificio Histórico – Ala Oeste P.B. – Interno: 3771
Teléfonos:
0237 460-9300 (líneas rotativas)
011 2078-9170 (líneas rotativas)
Correo electrónico: anunm@unm.edu.ar

UNM_bicentenario_blanco
Ingresar usuario y contraseña
Logout