Es administrador de empresas por profesión y astrofotógrafo por vocación. De lunes a viernes, desde hace veinte años, Gonzalo trabaja en una fábrica de envases para alimentos. Un día, allá por el 2017, se encontraba con su familia de vacaciones en Córdoba, donde actualmente vive, y se vio asombrado por el cielo nocturno que tenía frente a sí. Esa gigantesca agrupación de estrellas y planetas, conocida como la Vía Láctea, llamó su atención y lo motivó a acercarse al mundo de la fotografía por primera vez.
Al principio retrató los cielos nocturnos con la cámara que tenía a mano, ayudándose con lo que veía y leía en foros especializados. Con el tiempo fue mejorando su técnica gracias al autodidactismo, la práctica y el contacto con otros aficionados del mundo. Esa pasión lo llevó a presentarse en distintos concursos de fotografía donde fue reconocido en numerosas oportunidades. Este año, por segunda vez consecutiva, ganó un espacio en el ”Milky Way Photographer of the year” (Fotógrafo del año de la Vía Láctea) del sitio Capture the Atlas, un reconocido blog que todos los años selecciona las veinticinco mejores imágenes de la Vía Láctea. “Fábrica de estrellas de Cafayate” se titula su última obra premiada y retrata el cielo de la zona de “La Ventanas”, en la provincia de Salta.
Pese a que para él la fotografía es un hobby que hace solamente cuando se va de vacaciones con su familia, es un trabajo que requiere de mucho esfuerzo y, sobre todo, constancia. Detrás de cada instante que retrata hay una planificación previa y minuciosa del escenario y, una vez tomada la fotografía, hay un complejo tratamiento y procesamiento de la imagen. En esta entrevista Santile nos comenta sobre estas cuestiones, brinda consejos para quienes se encuentran interesados en iniciar esta actividad y cuenta cuáles serán sus próximos destinos.
¿Cuándo fue la primera vez que un cielo nocturno te impactó y te despertó el interés por empezar a acercarte a la práctica de la astrofotografía?
Coincidieron las dos cosas porque yo no sabía nada de fotografía nocturna. En el año 2017 estaba de vacaciones con mi familia en Córdoba, en un lugar donde no había nada de luz. Salí a ver el cielo y era increíble, había como un arcoiris de estrellas que no sabía lo que era, después supe que se trataba de la Vía Láctea. Así que en ese mismo momento descargué un tutorial rápido de internet que explicaba cómo configurar la cámara para hacer esas fotos. Así fue como arranqué y saqué mi primera foto.
¿Cómo fue incursionar en un mundo que desconocías y ser autodidacta?
No tenía un conocimiento previo sobre cómo sacar fotos, solamente sacaba las típicas fotos familiares cuando iba de vacaciones, pero nada más. Entonces enseguida me puse a buscar tutoriales en Youtube y a leer foros de fotografía. Ingresé a un foro que se llama “El Iconista”, que es de España, donde empecé a participar y a mandar mis fotos. Sobre todo traté de aprender de los profesionales. Después fui probando y haciendo muchas fotos en la noche, en la montaña. Yo vivo en la ciudad de Carlos Paz, cerca de una zona que se llama Los Gigantes y Altas Cumbres, entonces cuando no había luna me iba a la montaña a practicar.
Empecé tomándolas directamente en la noche subiendo mucho la función ISO de la cámara para controlar y captar toda la luz ambiente. Después ya cuando vas aprendiendo empezás a tomarlas en la luz azul, que es cuando aparecen las primeras estrellas pero el paisaje todavía se puede ver y la cámara lo capta. Esta forma ayuda mucho a lograr una mejor calidad fotográfica.
¿Cuándo fue la primera vez que decidiste presentarte en un concurso?
Fue en 2017, llevaba siete meses haciendo fotos. En los foros donde participaba otros colegas me decían -Che, tus fotos están buenas, ¿por qué no las mandás a un concurso?- A partir de ahí empecé a presentar las fotos, primero en el Certamen 35 Awards, un concurso de Rusia, donde luego fui elegido fotógrafo del año por unas imágenes que había tomado de las sierras de Córdoba.
Recientemente fuiste seleccionado, por segundo año consecutivo, como uno de los mejores retratistas de la Vía Láctea, según el sitio Capture the Atlas. ¿Cómo fue esa presentación y qué representa este reconocimiento para vos?
Esto inició el año pasado cuando empecé a tener más difusión porque salí segundo en el Sony World Photography Awards, que se organiza todos los años y es considerado como uno de los premios más prestigiosos en el mundo de la fotografía.
Entonces, a partir de ahí, me animé a mandar mis fotografías al portal Capture the Atlas, que es un blog especializado en fotografías de la Vía Láctea, donde todos los años eligen a los 25 mejores fotógrafos del mundo. El año pasado mandé una foto de Vinchina, una ciudad de La Rioja, y me eligieron. Este año mandé una foto de una zona del Desierto de Cafayate, Salta, conocida como “Las Ventanas” y también fue elegida entre las veinticinco.
Elegí Salta porque voy casi todos los años con mi familia, son cielos muy oscuros y podés hacer todo tranquilo, no hay peligro. Es una zona desértica donde el cielo es tremendamente oscuro, donde salen muy bien las fotografías por los accidentes geográficos que hay y por las formaciones de las rocas.
¿Alguna vez te imaginaste que ibas a estar en los portales y a ser reconocido entre los veinticinco mejores fotógrafos de la Vía Láctea?
No, jamás lo imaginé, yo veía fotos de otros fotógrafos conocidos y decía “mirá qué lindo”, pero nunca lo pensé. Me inspira muchísimo a seguir creciendo porque uno quiere que las fotos tengan cada vez mejores detalles, mejores colores, o ir a lugares que no hayan sido fotografiados. Me ayuda mucho ver el trabajo de otros colegas a nivel mundial y sacar cosas de cada uno para ir mejorando. Ya es un feedback porque ahora estamos en contacto, hablamos por teléfono sobre las distintas técnicas y avances sobre la fotografía nocturna.
¿Cómo es la planificación previa a la captura de ese instante?
La planificación es fundamental, tengo que hacer viajes largos a lugares bastante alejados, tengo que fijarme como va a ser el clima esa semana, el nivel de humedad, la temperatura. Es importante que esté lo más despejado posible y que no haya luna. Además, para planificar la escena tengo que ir de día y luego volver a la noche a ejecutar la foto.
Sí o sí me tengo que alejar de la contaminación lumínica de las grandes ciudades porque si no los colores de la Vía Láctea o las nebulosas no se ven. Tiene que estar muy oscuro el cielo para poder tomar este tipo de fotos.
¿Por qué es importante que no haya luna para tomar las fotografías?
Porque la luna se mete en el sensor y opaca los colores de las nebulosas y de la Vía Láctea. Entonces tengo que ir cuando está la luna nueva, que viene a ser un período de entre siete y ocho días donde podemos fotografiar. Por eso se hacen muy pocas fotos en el año, dependés de eso y de que la noche esté despejada también.
¿Hay riesgos a la hora de hacer las fotos teniendo en cuenta que se trata de una práctica nocturna?
Los peligros son mínimos, o que si te puede pasar entre tanta oscuridad es tropezarte. Sobre todo porque vas a lugares descampados o desérticos. También puede pasar que se te caiga el lente, pero más allá de eso se puede estar tranquilo, nadie te molesta, al menos en los lugares donde voy.
¿Hay algún secreto o tip a la hora de sacar las fotografías que quieras compartir con aquellos/as que recién están arrancando?
Por un lado, es importante tomarse el tiempo porque esto no es hacer un click, son jornadas que pueden durar muchas horas en un mismo lugar. Además, es importante utilizar mucho los ISO que trae la cámara y subirlos por lo menos a 6400, porque en muchas fotos que yo veo en internet los paisajes se ven muy oscuros, entonces de esta manera se permite que resalte más la luz.
Por último, recomiendo mucho aprender a procesar las fotografías. Mucha gente saca la foto y no se toma el tiempo para procesarlas, resaltar las sombras, extraer los colores. Están ocultos y nosotros no los vemos. Una vez que vos empezás a procesar utilizando herramientas de software avanzados podés aplicar todo esto.
El trabajo posterior a la captura es muy importante y representa casi el 40% de la fotografía porque se usan los mismos conceptos que utilizan quienes apilan fotografías con los telescopios espaciales, que es sumar muchas fotos y apilarlas. A mayor cantidad de fotos más luces extraés. En cambio, si tomás muy pocas los detalles no salen.
Lo del software lo fui aprendiendo de otros fotógrafos, preguntándoles, yo veía las fotos mías y no tenían muchos colores, no había mucho para destacar. Al principio, por más que intentaba procesarlas con Photoshop y demás, no parecían reales. Cuando empecé a hablar con colegas me recomendaron sacar un filtro y utilizar estas técnicas para que los colores resalten. El equipo que utilizo es importante, pero cualquier cámara digital que nos permita manejar tiempos de exposición, llevarlo a 10, 15 segundos, es suficiente para arrancar, yo empecé de esa manera.
¿Cuáles son tus próximos objetivos y destinos para tomar este tipo de fotografías?
Tengo dos objetivos. Uno es ir de noche a Laguna Brava, La Rioja, a 4600 metros de altura, para fin de año. Ahora es muy riesgoso ir por la nieve.
Por otro lado, me interesa ser promotor del astroturismo en Argentina. Colegas me comentan que en otros países este campo está muy desarrollado y acá hace falta un impulso a nivel nacional. Hay provincias que ya lo están haciendo, San Juan se declaró recientemente como capital del astroturismo, pero hay muchos lugares donde el cielo es muy oscuro, y donde se podrían hacer este tipo de fotos.
Hace poco hablé con el español Dan Zafra, director de “Capture the Atlas”, y me comentaba que nosotros en Argentina tenemos unos cielos tremendos y lugares espectaculares, y que deberíamos desarrollarlo más porque genera mucho turismo, tanto local como extranjero, con todo lo que eso significa. Las fotos del espacio profundo están bárbaras, pero una cosa es eso y otra cosa es marcar ese espacio con los paisajes nuestros, con las Cataratas de noche, por ejemplo, que cambia totalmente.
