
¿Puede la música capturar la esencia de una época? ¿Y si viajar en el tiempo fuera cuestión de poner play a la banda correcta? The Omelettes es un grupo de rock argentino que se presenta como una ventana al pasado desde el presente, encapsulando en sus canciones el alma de los ‘60 y ‘70. Con 15 años de trayectoria volvieron a presentarse en vivo para festejar el lanzamiento de su primer álbum el mes pasado en Club Shake, emblemática fiesta para el nicho vintage en La Tangente.
The Omelettes se formó en 2008, en el sur del conurbano bonaerense, por Ariadna Cejas (cantante y compositora) y Diego Pérez (guitarrista y compositor). Su primer álbum homónimo fue lanzado en 2010 con una impronta rupturista para la escena musical de la época: rock cantado en inglés que recuerda al pasado que se lucía por su componente orgánico, desprolijo, que sonaba exactamente como quería sonar.
Entre el capricho y el toque humorístico que se despliega desde el título, The Omelettes amplió su repertorio con la publicación de los álbumes “The Drawing & The Traveller” (2012), y “A otra Dimensión” (2016), con los cuáles recibieron el reconocimiento de parte de la prensa especializada y el público. A partir de su segundo lanzamiento The Omelettes consiguió el sueño del artista en ascenso: una gira internacional por España y Reino Unido.
Con canciones en inglés y español The Omelettes nos dejan en el oído un gusto a The Beatles, The Kinks y a los inicios de Spinetta y Tango pero con la potente voz de Ariadna Cejas dando un giro femenino, brillante y armónico. En 2022 y 2023 el grupo dio un giro musical hacia sonidos más modernos como en su sencillo “Tips”, explorando una nueva faceta y tomando inspiración de otros géneros musicales. Desde ANUNM dialogamos con Diego para conocer el recorrido de esta banda única en el país, su experiencia en el último recital y sus proyectos a futuro
¿Por qué el nombre “The Omelettes”?
Mirá, salió como amantes del humor bizarro. Estábamos buscando en ese momento nombre para la banda y yo tenía ese nombre dando vueltas desde hacía mucho. Algo muy de comedia, ¿viste? Pensando también cómo salieron los dos primeros discos en inglés, sobre todo el primero que era un inglés como el de Roberto Kennedy, el de Capusotto. Muchos otros artistas componen primero así como un método. Después en una segunda etapa le pasan como último, el método Cerati —palabra mayor— que era un arquitecto de palabras y buscaba palabra por palabra que suene y que encima diga algo, lo más difícil. Pero nosotros no, nos quedamos en la primera etapa.
Influenciados por esas bandas que nos gustaban las primeras composiciones fueron así, en un inglés como atado con alambre. Pasó el tiempo y quedó así, a tal punto que el primer disco y segundo disco fueron en ese en ese inglés del conurbano y lo más loco fue cuando tuvimos que ir a Inglaterra a cantarles en ese inglés. Entonces, el nombre de la banda creo que resumía un poco de eso. Sonaba a esas bandas sesentosas en esa cosa fonética y visual de la doble T al final. Sí. Y era un sinsentido, es un Omelette, no tenía sentido pero nos gustaba como sonaba.
¿Cómo vivieron su primera gira internacional?
Fue 2010. O sea, el primer disco sale en abril y en noviembre estábamos de gira. Ahí no más. Y en 2013 se hace la otra gira que ahí ya tuvimos más shows, tocamos en el Cavern Pub de Liverpool. Grabamos un single en Liverpool con un productor de allá. Ahí la banda es como que estaba ya un poquito más armada, más sólida. Y cuando volvimos de esa gira fue que dijimos: “Che, el sueño del pibe ya está realizado”. Para un fan de los Beatles tocar donde ellos tocaron, grabar donde ellos estuvieron. Hasta tocamos en lo que fue un estudio donde los Stones grabaron el primer disco. Como que hacíamos 20 metros y algo que te pasaba por arriba.
Y cuando volvimos dijimos: “Che, ya está, vamos a empezar a componer en español”. Como esa fase del juego ya había terminado, había concluido. El idioma arrancó como un juego y cuando volvimos acá dijimos “hicimos todo, incluso lo que nunca nos planteamos hacer, lo que salió. El tema del inglés ya está”. Así que el tercer disco fue en español.
¿Cuáles son sus principales influencias tanto nacionales como internacionales?
Bueno, siempre arrancamos por Los Beatles, que fue tal vez lo primero que nos llegó de estar en casa y agarrar un vinilo, un cassette, ya de nuestros viejos. Después fuimos indagando, creciendo, escuchando y están Los Kinks, está el Pink Floyd de Syd Barrett. Después seguís y seguís y del rock nacional tenés Almendra de esa primera época y Tanguito que es alguien que siempre nosotros tomamos. Decimos que es el Syd Barrett argentino porque eran contemporáneos y estoy seguro que ninguno de los dos sabía de la existencia del otro, pero cada uno con su cultura estaban en el mismo mambo. Para mí es increíble eso. Y está Vox Dei, al punto del otro día estar viendo Divididos y sube Ricardo Soulé y llorando cuando canta el tipo y reconocés esa voz que escuchabas cuando tenías 12 años. Era el mismo que estaba ahí con la guitarrita.
Las influencias un poco fueron esas en el momento de componer. Y encima todo lo que uno atravesó ya que vivió los ‘80, los ‘90, hasta los hasta el principio de 2000 que todavía aparecían bandas como Keane o no sé, el primer disco de Coldplay, cuando hacían música…
Teniendo un recorrido en la música como el que tuvieron con The Omelettes, ¿cuál es tu perspectiva de la escena musical actual?
Cuando nosotros arrancamos había un ahí como un resurgir de lo retro. Estaba Banda de Turistas, que el primer disco era muy sesentoso igual que La Perla Irregular y dijimos, “Oh, ¿viste? Tiene que ver, hay un público.” Y en ese momento lo había, había muchas fiestas. Pero después nos pasó a nosotros también con el tercer disco por querer expandir un poco y entrar en la escena indie te empezás a desvirtuar y empezás a ir por otros caminos.
Es totalmente válido, porque si ves a las grandes bandas todas fueron mutando y encontrando otros colores, ¿no? Pero a nosotros nos pasó de querer pertenecer a la escena indie y de repente éramos sapos de otro pozo. Y ahí es donde pasa el tiempo después de estar 8 años sin tocar en vivo donde decir “Che, estábamos mejor en este primer disco. Bueno, vamos por ahí, ya está”. Que en realidad está buenísimo porque es el camino que hace el músico, el artista. Vas viendo y de repente si no me sentía mejor con aquello, me vibraba más eso y listo, ya está.
En la escena hoy, la verdad, es como que todo el rock se concentra en el indie y después hay pequeños nichos como el punk, o lo que respecta a nosotros casi no hay nichos. Pero el punk, el metal, todo eso todavía tiene su público y sus lugares pero después es todo indie y música urbana, ¿no? Que sería el 99% de la música.
También hay un tema generacional. La gente que conoce ese estilo es gente de mi edad, que ya está llegando a los 50 y que de repente ya no sale mucho o esas cosas. Entonces de repente tampoco hay público o cuesta mucho. Cuando volvimos después de 8 años tocamos en La Tangente en esta fiesta Club Shake que justamente reúne a toda la gente que le gusta eso. Y claro, está buenísimo. Estaba llena La Tangente, no sé cuánta gente había, y decís “Uh, tengo ganas de tocar y que vuelva a pasar esto”, pero no sabés si va a ser así. Ojalá que sí. Ojalá que haya un resurgimiento de esta estética.
¿Cómo vivieron este show en la Tangente por los 15 años de su primer álbum?
Fue muy movilizante desde que empezamos. El organizador de la fiesta nos dice “recopilen material y pásenmelo” y de repente empezar a sacar videos, CDs y decir: “Mirá todo lo que habíamos hecho”. Fue muy lindo encontrarse ahí 15 años después, reunir a la banda y decir “Che, vamos a hacer esto, vamos a tocar este disco, sacar de nuevo los temas porque estaban olvidados”. Fue hermoso. Tocar ahí es muy lindo y tocar en un contexto de mucha gente también es muy motivador para lo que va a venir. Así que fue el mejor regreso que podíamos tener. Y, como le pasa a todas las bandas cuando vuelven a tocar, pegaste una vuelta. Es como que decís: “Es una familia esto”. Sacaste un montón de aristas y te quedás solamente lo bueno y decís “Sí, hagamos esto, sigamos, continuemos”.
¿Qué proyectos tienen por delante?
.Vamos a grabar un cover y video de un tema que siempre hacemos en los shows de Los Beatles como para ir compartiendo algo mientras vamos trabajando en un nuevo disco. Recién estamos en la pre, pero bueno, eso ya va a ser para inicios del 2026 el lanzamiento. Pero sí, estamos trabajando, ahí tenemos todo para seguir.
La banda siempre fue muy activa en eso de generar material. Y ahora ante esta nueva manera que te presenta lo virtual a veces, antes de salir a tocar muy seguido como hacíamos antes, tal vez conviene hacer un buen show cada un mes, dos o tres meses y entre de tanto ir generando material para las redes. Esa creo que es la nueva forma que tienen las bandas y que estaba bueno: podés tener más exposición sin exponerte tanto.