La Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, dio a conocer recientemente los resultados de la convocatoria 2021 a Proyectos de Investigación en Ciencia y Tecnología (PICT). Como resultado, fueron seleccionados tres proyectos de la UNM que recibirán subsidios para continuar potenciando las líneas de investigación y fortalecer los centros de esta universidad.
A su vez, cada uno de estos proyectos ha tenido que pasar por una serie de evaluaciones muy estrictas realizadas por evaluadores externos y anónimos. “Tener acreditados proyectos de esta naturaleza da cuenta de que se están investigando temas con rigurosidad y calidad”, dijo Laura Henry, doctora en Ciencias Sociales, investigadora asistente del CONICET y directora de uno de los proyectos. A continuación, uno por uno, los seleccionados.
Naciones vulnerables y falta de dólares
Uno de los proyectos adjudicados se titula “Crecimiento económico y distribución del ingreso en países pequeños y abiertos a los flujos financieros” y se encuentra radicado en el Centro de Estudios de Economía Política y Desarrollo (CEEPYD). Su directora es Florencia Médici, doctora en Ciencias Sociales, investigadora asistente del CONICET y docente de la UNM. Esta línea de investigación se centra en estudiar uno de los desafíos más importantes que enfrentan las economías periféricas para crecer y desarrollarse: la restricción externa.
“Cuando hablamos de restricción externa nos referimos a la escasez de dólares y lo que nos cuesta obtenerlos para importar, producir, generar trabajo y disminuir la pobreza”, explica Médici. Además, hace hincapié en la importancia de abordar esta temática desde una perspectiva integral, donde sea posible analizar “los aspectos distributivos, las consecuencias, las dinámicas estructurales y sectoriales”. Este abordaje, a su vez, les permite no sólo entender el problema sino también pensar y evaluar aquellas políticas económicas que podrían constituirse como una solución.
Este proyecto es codirigido por Agustín Mario, docente y Coordinador de la Licenciatura en Economía de la UNM. Además de docentes externos, participan otros profesores de esta casa de estudios, como Eduardo Crespo, Alejandro Fiorito y Ramiro Álvarez. “También contamos con la participación de los estudiantes Melissa Rojas y Ramiro Giménez García y de jóvenes economistas que están iniciando sus doctorados o que se han doctorado recientemente”. En cuanto a lo que implica este subsidio para el CEEPYD, Médici resalta: “Es importante para conformar un grupo de investigación profesional que pueda intervenir en el debate académico y público sobre los principales problemas de la economía argentina”.
Nuevas tecnologías en el ámbito laboral
Otro de los proyectos lleva el nombre “Riesgos Psicosociales en el Trabajo (RPST) emergentes en contextos de innovación organizacional y de cambio tecnológico. Un estudio en actividades industriales y de servicios seleccionadas” y es dirigido por Henry, quien también se desempeña como docente en esta universidad. “Su objetivo es identificar innovaciones asociadas a tecnologías en organizaciones tanto de la industria como de la rama de servicios. Nos interesa ver cómo eso ha modificado los procesos y las condiciones de trabajo y de qué manera han impactado en la salud de los trabajadores”, menciona su directora.
El interés por desarrollar esta línea de investigación surge principalmente porque en los últimos años se han detectado grandes cambios tecnológicos en el ámbito laboral. “En el caso de los servicios se puede ver cómo a partir de la pandemia muchos trámites pasaron a hacerse de forma virtual. Hay nuevos procesos de atención al público mediados por tecnologías, y eso es una veta a explorar”, indica Henry. Además, menciona que, partiendo del hecho de que las tecnologías no son neutras, “pueden tener efectos beneficiosos o perjudiciales para las condiciones laborales de los trabajadores”.
El proyecto es abordado desde una mirada interdisciplinaria, donde sociólogos, economistas, licenciados y estudiantes de Relaciones del Trabajo y licenciados en Ciencias Políticas trabajan a la par. Entre los investigadores participantes se pueden mencionar al reconocido economista Julio Neffa, a su colega Ramiro Bertoni, a la Coordinadora de la Licenciatura en Relaciones del Trabajo de la UNM, Lara Yepes y a la trabajadora social Máxima Guglialmelli, Además, los estudiantes del grupo son Claudia Fernández y Victoria Vilte.
“Para el Centro de Estudios para el Desarrollo Territorial (CEDET), lugar donde se radica esta investigación, este reconocimiento es un aporte muy valioso. Nos interesa generar nuevas preguntas que nos permitan pensar en nuevos proyectos. Se trata de poner en funcionamiento una rueda virtuosa de siempre ir indagando más y sostener la curiosidad que es la ciencia de quienes investigamos”, concluye Henry.
Enzimas, ADN y soberanía tecnológica
El proyecto titulado “Una estrategia novedosa para la selección de DNAzimas”, dirigido por el doctor en Química, Juan Ángel Bisceglia, es otro de los adjudicatarios de este subsidio. Las DNAzimas, explica el investigador, “son catalizadores, sustancias que pueden acelerar una reacción química al punto de volverla útil en la práctica”. El nombre es producto de un neologismo formado por DNA, siglas inglesas del ADN, y zima, que deriva de la palabra enzima, la cual refiere a un catalizador de origen biológico.
En cuanto a sus funciones, Bisceglia explica que las DNAzimas forman parte de una clase de polímeros que llevan el nombre de Oligonucleótidos Funcionales, es decir, “ácidos nucleicos con funciones distintas del almacenamiento y transmisión de información genética”. En ese sentido, se destaca la importancia de estudiar esta temática ya que el desarrollo de catalizadores es fundamental para la química y todas las ciencias que derivan de ella. “En particular, las DNAzimas son promisorias particularmente en análisis complejos de todo tipo: desde la detección de contaminantes ambientales sencillos, como metales, hasta el laboratorio clínico en el diagnóstico de enfermedades”, sostiene el investigador.
Esta investigación se encuentra en sus fases iniciales y es abordada desde una perspectiva interdisciplinaria. Entre los integrantes que trabajan en la UNM se pueden mencionar a Marcos Ceniquel, docente e investigador, Aylén Robles, becaria doctoral del CONICET y biotecnóloga por la UNM, y Agustina Duarte, becaria del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Además, se trabaja en conjunto con el doctor Adolfo Iribarren, docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes y Lautaro Maidana, becario doctoral del CONICET. “Se trata de una ramificación de un proyecto más general dedicado al desarrollo de oligonucleótidos funcionales que dirige el doctor Adolfo Iribarren en la UNQ”, señala Bisceglia.
En principio, y a medida que avance la investigación, esperan “desarrollar una estrategia competitiva de selección de DNAzimas para extenderla en el futuro a otras actividades catalíticas y poder aplicarla a otros problemas”. A su vez, la extensión de esta metodología tiene el potencial para generar productos con alto valor agregado, “aportando a la soberanía tecnológica de nuestro país, que tiene una sólida comunidad científica y tecnológica, así como una industria biotecnológica en crecimiento”, concluye Bisceglia.