
Tras la publicación de la columna titulada “Nadie lee nada” en el diario Perfil, el pasado viernes 16 de Mayo, donde la periodista Leticia Martin denunció las condiciones laborales que padecía en ese medio, se dejó al descubierto no sólo cuestiones de tipo salariales y de precarización sino que también se hizo hincapié en la pérdida simbólica de la tarea intelectual del periodista. Teniendo en cuenta la lógica de las redes sociales que impera en la actualidad de los medios digitales, cabe analizar críticamente qué conlleva esto para la labor periodística y sus consecuencias para la sociedad en general.
“El periodismo tiene la obligación de informar, de analizar críticamente lo que sucede en un país, en una actividad particular, una organización y poder denunciar las irregularidades a través de investigación. Ese es el rol social fundamental del periodismo”, dijo Agustín Lecchi, periodista y secretario general del SiPreBA. Por su parte, Matías Cardone, delegado del diario Perfil y secretario de Actas del mismo sindicato, agregó lo siguiente: “Es una profesión social destinada a informar a la gente, yo creo que para que tome mejores decisiones”, y señaló que “esa profesión social hoy está contaminada por el periodismo digital de las redes, donde todo tiene que ser instantáneo, no hay mucha investigación y uno escribe o hace cosas para el algoritmo, no para informar, porque necesitas generar un estruendo, una interacción rápida”. En este sentido, manifestó que “eso y algunas otras prácticas están mancillando la calidad del periodismo que redunda después en una mala calidad del debate público y por ende de la democracia, porque la información pública es un valor fundamental para tomar mejores decisiones”.
Por otra parte, Bruno Massare, periodista y docente de la UNM y director de la agencia TSS, sostuvo que “la situación actual de los periodistas es difícil en términos laborales: el modelo de los medios tradicionales está en crisis, se paga poco, en general no se privilegia la calidad sino los clics, el trabajo en relación de dependencia es cada vez más escaso y entonces hay mucho pluriempleo y en general en malas condiciones”. Bajo esta mirada también expresó una preocupación por la incidencia de estas condiciones en el trabajo periodístico: “La precarización afecta mucho a la calidad, porque no es lo mismo quien tiene un tiempo razonable para hacer una investigación antes de abordar un tema, poder consultar diversas fuentes, chequear datos, etcétera, que quien tiene muy poco tiempo para hacerlo y, además, si el medio no le exige un mínimo estándar de calidad, los incentivos para hacerlo son todavía menores”.
Asimismo, Cardone apuntó a los empresarios de los medios de comunicación y al Estado que aprovechan estas condiciones desfavorables en su propio provecho. Expresó que dichos empresarios tienen gran culpa de lo que pasa por incentivar el periodismo barato, y detalló: “Si todo el tiempo opino, y lo único que hago es opinar, es barato porque no tengo que mandar a nadie a ningún lugar, no tengo que investigar, no tengo que estar semanas leyendo y viendo y escuchando fuentes para ver qué es lo que realmente pasa”. Señaló también que a esta forma de hacer periodismo “un tercer actor que es el Estado lo financió durante muchos años con millones de pesos de pauta oficial en algunos casos mal dada”. En esta dirección planteó que “eso es una discusión más difícil de dar. Lo que hace Milei hoy también está mal, que no haya pauta oficial, porque los actos de gobierno tienen que estar anunciados por la Constitución Nacional”. Con respecto a esta problemática propuso: “Lo que necesitamos acá es regular la pauta. Decir bueno, ¿cómo se reparte? ¿A qué medios y contra qué obligación? Que por lo menos los empresarios de medios paguen salario como la gente, paguen los aportes patronales, tengan a la gente en regla”.
El rol del periodismo en el tablero internacional
Por otro lado, Irene Haimovichi, periodista que fue delegada gremial de diario La Nación, perteneciente a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y quien también integró la Coalición por una Comunicación Democrática (CCD), organización que creó y luchó por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, dijo que “las nuevas tecnologías y la aparición de internet y de nuevos soportes de distribución de información crearon un escenario de crisis de la industria periodística”. Y subrayó: “Crisis de cambio y de adaptación, de cambio del formato del negocio, que pasó a ser muy competitivo y a tener del otro lado a empresas tecnológicas de dimensiones globales, sin reglas de juego claras, ni legislaciones que organicen y controlen su funcionamiento”.
También advirtió: “El primer punto es local, el segundo afecta al periodismo a escala mundial”. Con respecto al papel del periodismo a nivel social, expresó: “Si bien el periodismo se presenta como una actividad en crisis por la proliferación de información en las redes sociales y las plataformas, su rol no ha cambiado, es la muralla de contención frente a la catarata de información basura que ataca el sentido común, vulnerando la capacidad de las personas de discriminar qué es lo importante de lo secundario o lo descartable”. Y agregó: “En un mundo digital donde prima la infodemia, el trabajo periodístico de calidad toma relevancia, justamente para discriminar que es noticia, que es información, y que no lo es”.
En esta misma dirección Massare expresó: “Sigue siendo importante el rol del periodismo en estos tiempos porque quienes lo ejercen bien tienen herramientas, conocimientos y vocación para informar e investigar que quienes lo hacen de manera casual, espontánea o como un pasatiempo no tienen”, y aseguró: “El periodismo profesional, si bien está en crisis, tiene características propias que lo hacen valioso para las sociedades democráticas”. Por su parte, Lecchi sostuvo: “El desafío tiene que ver con revertir las condiciones laborales y con saber adaptarse a los tiempos que corren defendiendo la esencia del periodismo, que es ese rol social que te decía antes y, al mismo tiempo, poder aprovechar los recursos técnicos que, una era como la que estamos viviendo en la actualidad, nos permite”. Y añadió: “
Cambios, desafíos, amenazas
Con respecto a los desafíos que enfrenta el periodismo escrito ante los nuevos formatos, Massare comentó que “son grandes porque estamos frente a cambios fuertes en la forma de informarse en la población”, y explicó: “Temas que exigen dedicarle un tiempo para poder comprenderlos, que tienen muchas aristas, son difíciles de abordar en los formatos cortos de videos y posteos en redes, además de que no son privilegiados por estas mismas plataformas en su circulación, con lo que quedan un poco marginales”. Sin embargo, añadió: “Esto no significa que en algún momento no sean revalorizados porque justamente hacen algo que los otros formatos no pueden hacer”.
Cuando consultamos sobre las medidas que toman como sindicato frente a estas realidades, Cardone sostuvo: “Como gremio tenemos dos facetas, una es defender la libertad de expresión y por eso en el último tiempo sumamos también a medios autogestivos y cooperativos a la constitución del gremio y, por otro lado, defender el oficio profesionalmente y defender el salario, por eso que te decía, sin buenos salarios no hay libertad de expresión, entonces lo gremial es importante”. Así también nos contó: “El abordaje que hacemos es con capacitaciones, tenemos cursos mensuales de nuevas plataformas, de podcast, de nuevos formatos para comunicar que fueron surgiendo en los últimos años ya que muchos compañeros se tienen que mudar de un formato a otro porque el suyo va quedando débil y bueno, esa formación profesional también la tenemos en cuenta”.
Puntualizando un poco más en esta cuestión, Haimovichi explicó que “el SiPreBA está reorganizando la vida gremial en todas las redacciones, promoviendo elecciones de delegados y conformación de comisiones internas donde aún no existen y dando apoyo a las ya existentes, como tarea esencial para construir una representación legítima e incorporar a todos y todas las trabajadoras a los reclamos salariales y la defensa de derechos”, y agregó: “Frente a los cambios tecnológicos ofrece formación a sus afiliados y afiliadas, promueve la regulación de las nuevas plataformas y de las redes sociales, también la regulación de las nuevas tareas que tienen que asumir los y las trabajadores de prensa”.
Cuando se trata de desafíos, el periodismo enfrenta una gama variada y de forma exponencial en la era digital, como bien señaló Massare: “Otro de los desafíos está en el contenido generado por IA, que será cada vez mayor y en muchos casos indistinguible del producido por personas”, y sostuvo: “Esto seguramente será un problema para muchos medios, pero también seguramente conduzca a una revalorización del contenido “humano”, en el que se note la marca personal del periodista, su presencia en el lugar de los hechos, las preguntas y relaciones entre temas y problemáticas que, al menos todavía, una IA no aborda”.