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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Magas de Argentina: mucho más que partenaires

Como en otros ámbitos, la mujer también gana espacios en el mundo de la magia, que en la práctica parecía casi inaccesible. Dan su testimonio una maga profesional y otra amateur.

Abril Kaniucki comenzó en la actividad a los 13 años.

Durante siglos los espectáculos han fascinado y deleitado al espectador, el cine, el teatro y la música fueron y son expresiones artísticas de la inmensa industria cultural que sostienen la cordura de la humanidad; tan solo un escape por algunas horas de sus problemas y obligaciones. Pero hay un arte que aún hoy en la era de las tecnologías de la información, las redes sociales y en un mundo donde pareciera que ya todo está visto e inventado, sigue resistiendo: el de la magia.

Hablar de esa actividad, así a secas, llevaría varias páginas y varios años. Es mejor y más práctico poner el ojo en lo que sucedía y sucede en nuestro país, también se puede hilar más fino y nos podríamos preguntar sobre el rol que de las mujeres en este ambiente, ¿Dónde están las magas en la historia? ¿Qué sucede hoy? Delia Ingenieros, hija de José Ingenieros, doctora en Ciencias Naturales e investigadora del quechua entre otras lenguas, fue, a mediados del siglo XX, una de las primeras ilusionistas

Pero ahora hablemos del presente, ¿Qué sucede con las magas hoy? El sentido común o quizás un falso preconcepto nos lleva a suponer que el lugar de la mujer está en el rol de asistente del mago. La realidad es, por lo menos en nuestro país, que el espectáculo de magia hechos por mujeres está más presente de lo que la mayoría piensa, y no hay que buscar mucho para hallarlas.

Una de ellas es Abril Kaniucki, más conocida como Maga Abril. Comenzó en el ambiente artístico desde muy pequeña, cuando su familia llevaba de gira al reconocido Circo de Moscú. “Comencé cuando tenía 13 años, o sea, hace más de 20 ya en la escuela de un campeón mundial argentino que se llama Henry Evans, comencé ahí, estuve como seis años estudiando en escuela.  Luego dejé y seguí estudiando por mi cuenta, leyendo vídeos y conectándome con todo el ambiente de la magia”, expresa Abril.

Hoy es una maga reconocida que trabaja profesionalmente hace 10 años especialmente en eventos privados, pero con una larga trayectoria por teatro y televisión, además de ser semifinalista de Got Talent Argentina. La artista recuerda cómo se abrió camino en el ambiente: “No fue muy difícil hacerme un lugar dentro del ambiente porque, digamos ya al ser la única mujer que estaba en los congresos, ya era un diferencial, era como sorprendente. Siempre tuve muy buena onda con todos, la verdad que por ese por ese lado no había problema”. Si bien no tuvo complicaciones, sí tuvo que escuchar algunos comentarios como “¿qué vas a hacer? Porque sos mujer…”, pero Abril cuenta que hoy la realidad es distinta: “Hoy no es lo mismo, pero hace 20 años sí, era como…te tengo que ver qué tan buena que sos, porque sos mujer; ya la vara está bajísima, pero la verdad que yo era muy buena, de hecho he tenido comentarios tipo sos muy buena para ser mujer, literal, lo escuché”.

En la actualidad el panorama es diferente. “Cada vez fueron apareciendo más mujeres dentro de la magia, las conozco a todas y la verdad que el nivel de Argentina es excelente”, comenta la maga. No solo hubo un cambio en la forma de ver a mujer haciendo magia, sino que además la forma de brindar un espectáculo, lo que hace que el arte de la prestidigitación, está en constante transformación, “Últimamente veo el ambiente de la magia que se ha renovado en el sentido de mucha gente nueva, muchos efectos modernos supervisuales, se renovó también eso los efectos de magia se han convertido en efectos muchos tecnológicos se metió mucho el celular y la tablet”, explica Abril.

Cecilia Layus empezó en 2016 en el mundo de la magia. “Como artista trabajo con mi propio material, creando números y shows originales”, dice.

En otra vereda no muy distinta, se encuentran las artistas amateurs que sostienen el arte de la magia desde su propia trinchera y con sus propias herramientas. Cecilia Layus es una de ellas, además de abrazar la magia su talento se expande hacia otras artes y habilidades. “Me dedico a diversos servicios relacionados al inglés, como profesora, intérprete y escritora de contenido digital. Como artista trabajo con mi propio material, creando números y shows originales”, comenta Cecilia,  que emprendió este camino hace relativamente poco: “Empecé con la magia en el año 2016 en un período en que trabajaba como animadora infantil; un día entré a una tienda de magia para comprar gags y trucos automáticos para público infantil. Le encontré el gusto a hacer magia y empecé a indagar más bajando libros por internet”.

El común denominador de ambas historias  es la comunidad que se va tejiendo entre magos y magas. Layus comenta cómo se fue acercando: “Un día me invitaron a un club de magia llamado la Red de Magos Solidarios (Red MASO) donde el mago Merpín hacía un show con conferencia a un precio extremadamente económico. Estaba cerca de mi casa y fui. Me gustó el espacio, y entonces me hice socia.  De a poco fui participando más en la comunidad mágica”.  Con respecto a esto ella agrega: “Por lo general la comunidad es muy unida. Como si la magia fuera una entidad en sí misma. Se sostiene una idea de ‘hermandad” y “solidaridad’.  En ese sentido, es una comunidad unida”.

 Otro punto en el que ambas coinciden para estos tiempos que corren, es sobre la dificultad de entrar en el ambiente de la magia. En este sentido Cecilia expresa que “las mujeres suelen ser muy bienvenidas en el ambiente, por lo general. Siempre me sentí muy cuidada y apreciada desde el punto de vista afectivo y social, no fue difícil encontrar mi lugar. Sin embargo, en el ambiente profesional, es más difícil. No considero que yo tenga un lugar en el ambiente profesional de magia. Mi lugar en la magia, por ahora, es como maga aficionada y amateur (y lo disfruto mucho)”. Por otra parte, la artista comenta sobre la cantidad de mujeres que se dedican a esta profesión: “Yo trabajo como asistente de la maga Ceci Zen, también conozco a la maga Eugenia Palacio. Luego, magas aficionadas como yo, está la maga Hilda, Mariana Meri Potter. Solo de nombre conozco a Dolly Kent y La Maga Caro. Hay muchas”.

El mundo de la magia es un mundo en sí mismo, con sus reglas, sus pros y contras. En sentido Cecilia comenta que por diversas cuestiones de la vida, le toca ver de lejos ese mundo, pero describe cómo lo vivió: “Puedo afirmar por lo que vi es que el ambiente de la magia se divide entre magos que trabajan en eventos corporativos, magos que son aficionados y les gusta compartir un hobby apasionado, magos que trabajan exclusivamente para cumpleaños infantiles, algunos magos más ‘outsiders’, que no se involucran tanto con la comunidad, magos que son maestros en la magia pero se dedican a otra cosa, otros magos que se dedican más a viajar, etcétera, etcétera.”

Ya sea de manera profesional o de manera amateur, buscando un maestro o siendo autodidacta; las magas están presentes en el mundo mágico sorprendiendo y manteniendo viva la llama de la ilusión que comenzaron las pioneras de este maravilloso arte.

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