Es la primera profesional formada íntegramente en la UNM en recibir la beca CONICET 2021. Ella , biotecnóloga, indaga, a través de técnicas novedosas, una manera de combatir a las moléculas no deseadas. Para ello sintetiza las estructuras de las DNAzimas (cadenas de ADN, formadas por letras), interviniendo y modificando aquella región que contiene su función. El trabajo de Aylén se inscribe en el Programa Académico para la Investigación e Innovación en Biotecnología (PAIIB), donde se ejecutan actividades divididas en dos grupos: uno que estudia Aptámeros y el otro, en el que ella participa, las DNAzimas. ¿De qué se trata todo esto?
¿Qué estás haciendo en el presente y cuál fue tu recorrido hasta llegar a ello?
Actualmente, mi trabajo es hacer investigación y además, soy auxiliar docente de Química Biológica en la UNM, por la carrera de Biotecnología. No todos los saben, pero tener una beca CONICET implica un trabajo. No es que aparte puedo desempeñarme en otra cosa, porque la beca te exige cuarenta horas semanales que tengas que trabajar en investigación y aparte es exclusivo. Con el único trabajo que es compatible es con un cargo docente.
El lugar donde cumplo mis actividades becarias se radica en la Universidad Nacional de Moreno. Sin embargo, como mi tesis la realicé en el Laboratorio de Biotransformaciones y Química de Ácidos Nucleicos, ubicado en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), sigo ahí, porque aún no puedo trasladar mi trabajo.
Arranqué en 2017, por lo que cursé la carrera en el tiempo estipulado por el plan de estudios. Hice dos años en otra Institución privada, pero por cuestiones económicas y otras personales, no seguí ahí. Cuando me enteré de que en Moreno (siendo que soy de la localidad) había una carrera que me gustaba y era una Universidad pública, me cambié. Me di cuenta de que hice bien, porque mi experiencia como estudiante fue muy amena.
¿Cuál es tu línea de trabajo en la beca doctoral y cómo se conecta con tu formación?
Mi trabajo consiste en sintetizar las DNAzimas. Pero primero tenemos que hablar de las enzimas, que son como pequeñas máquinas con una función muy específica. Hasta los años noventa, se creía que solamente estaban hechas de proteínas (otra molécula presente en nuestro cuerpo). Sin embargo, se descubrieron enzimas de ARN y actualmente también se conocen de ADN (ADNzimas o DNAzimas, una deformación del inglés DNAzyme). Estas son mucho más pequeñas que las enzimas proteicas y pueden llegar a tener mayor actividad y especificidad.
¿Qué son exactamente las DNAzimas? Son otra función que tiene el ADN que es la de no ser portador de los genes. El ADN, de por sí, es la información genética. Es decir, lo que somos, nuestro color de pelo, de ojos, etcétera. Pero la DNAzima es una forma funcional o catalítica del ADN, que no tiene que ver con su función hereditaria. Son como pequeños segmentos de estos nucleótidos (encargados de transportar al ADN) formado por cadenas de cuatro letras que van variando. Lo que hago es sintetizar esos encadenamientos. Por ejemplo, si te digo que las letras de un nucleótido son (A-B-C-G) y la de la DNAzima es (A-T-T-C-G-G), al sintetizarlas elijo si van a ser (A-T-T), (A-T-G-G), etcétera.
Hice mi TFI (Trabajo Final Integrador), con mi mismo director de beca CONICET sobre un tema parecido. Lo que hacía en la tesis era buscar formas de sintetizar ácidos nucleicos, que son los responsables de almacenar y pasar información muy importante y crítica de una generación a otra, por ejemplo: abuelos a padres, padres a hijos, etc. Los ácidos más conocidos son el ADN y el ARN, los cuales están formados por repeticiones de cuatro letras que se llaman nucleótidos que son los que yo buscaba sintetizar por nuevas estrategias menos contaminantes, en mi TFI. Por lo tanto, los ácidos son los que podrían llegar a servirme para generar DNAzimas. Así que, básicamente, estoy en la misma línea de trabajo.
¿Por qué es relevante estudiar las DNAzimas?
Principalmente, te diría que lo interesante de ellas, es que al poder sintetizarlas, podemos variar la región que contiene la activida, es decir aquella parte que hace que su función sea tan específica. Podemos modificarlo para tener un target distinto y dirigirlas a las moléculas no deseadas, como por ejemplo: ARN de virus, células cancerígenas o tumorales, células nerviosas dañadas, etcétera, utilizando las DNAzimas para atacarlas y destruirlas. ¿Decime si no suena a que con una mini máquina podemos solucionar un montón de cosas?
Actualmente, todas las DNAzimas conocidas son sintéticas, es decir, que no se encontraron naturalmente en el cuerpo, sino que se fabrican en el laboratorio.
¿Se está aplicando o podría llegar a aplicarse este mecanismo en los organismos vivos?
Esa sería la idea, pero es un paso muy a futuro. Las DNAzimas se pueden aplicar tanto en terapéutica en humanos, animales y plantas y también en herramientas de diagnóstico.
Teniendo en cuenta que sos la primera becaria doctoral formada íntegramente en la UNM, ¿Qué significa este momento en tu vida?
Particularmente me llena de orgullo, porque sé que implica un esfuerzo enorme postularme, siendo un concurso muy exigente. Miles de personas se postulan y muchas muy capaces no llegan a los méritos, pero eso no significa el fin de querer dedicarte a la investigación. Hay otras becas u otras formas de poder lograrlo.
Siempre supe que quería dedicarme a la investigación. Los primeros años de la carrera veía que mis profesores eran investigadores CONICET, Doctorales o Post-Doctorales. Nos comentaban cómo investigaban, cómo aportaban lo que ellos hacían al campo de estudio y esas cosas siempre me interesaron. Entonces, estar ahora en el punto que siempre quise estar es como muy fuerte. Se me infla el pecho.
Para mí hacer investigación es buscar un futuro mejor y además, querer una estar implicada en el cambio.