El economista, fundador del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL), nacido en Buenos Aires en 1936, es Profesor Emérito en la UNM, en donde contribuyó a la acreditación y a la organización curricular de las Licenciaturas en Relaciones del Trabajo y de Economía Política. Por el sello editorial de la UNM, además, ha publicado recientemente La participación de los trabajadores en la gestión de empresas y el año pasado Aportes para pensar la pospandemia. Covid-19. Innovaciones y nuevos procesos de trabajo. También tiene en ese sello los títulos Los riesgos psicosociales en el trabajo. Contribución a su estudio y Programas de promoción del empleo asalariado en la provincia de Buenos Aires (2000-2012), en el que intervino como director y junto a Laura Henry coordinó Los riesgos psicosociales en el trabajo en una clínica de salud mental.
El mercado del empleo, el cooperativismo, qué tipo de rol deben jugar las universidades respecto del panorama laboral han sido solo algunos de los temas recorridos por el investigador, en su larga trayectoria. En esta entrevista Neffa repasa sin concesiones esos tópicos.
-¿Cuál es su mirada acerca de la situación actual del empleo y desempleo en Argentina?
Sostengo que el cálculo del desempleo está subestimado por la medición de la Encuesta Permanente de Hogares, ya que quienes están en inactividad están allí de manera forzada. Creo que si usan otra metodología la tasa de desempleo sería el doble de lo que está en la encuesta.
Es un poco heterogénea la situación de empleo porque en las actividades directamente productivas como la industria, la construcción, la agricultura, va creciendo paulatinamente a medida que la economía se reactiva. Pero en el resto de los sectores las cosas no han cambiado mucho. Además, disminuyó el empleo en los trabajadores autónomos y monotributistas, según el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) de la AFIP.
-La pandemia causó estragos en el mercado laboral, debido al aumento de la informalidad. ¿Qué opina al respecto?
Según la Encuesta Permanente de Hogares cayó la cantidad de trabajadores informales y esto es porque disminuyó la demanda de los productos que ellos generaban. Se necesita la adopción de una política. Primero, mientras la situación se pueda recuperar, obviamente tienen mucha importancia las políticas sociales porque ayudan a la reproducción de la fuerza de trabajo pero no mucho más. Habría que promover la creación de empleo en el sector privado.
El sector público ya tiene una cantidad de empleo muy elevada y no es prudente aumentarlo más, por lo que sería más factible crear empleo en las pequeñas y grandes empresas. Para ello se necesitan créditos con bajas tasas de interés y con una garantía recíproca. También creo que al proceso de formación profesional habría que estimularlo aún más. En mi opinión, se requiere un apoyo técnico y también gestión empresarial porque no cualquiera puede montar una empresa.
¿Qué rol deberían jugar las universidades?
Sería muy importante que las universidades y las escuelas de formación profesional hicieran una tarea más intensa en cooperación y en función de la demanda de quienes quieren poner en marcha una empresa.
Habría que dar prioridad a todas las ingenierías y lo que tenga que ver con las nuevas tecnologías. Como también, al área de administración porque administrar una empresa requiere conocimiento. Por último, en materia de arquitectura, porque pienso que es el momento de apoyar la construcción y reparación de viviendas, la reparación de edificios escolares que son un desastre, ampliar los servicios de agua y saneamiento. En todas estas actividades se pueden emplear trabajadores con bajas calificaciones y que necesitan poco tiempo de entrenamiento
¿Y en cuanto al Estado?
Deberían fortalecerse los servicios públicos de empleo para identificar a los desocupados, proponerles una formación profesional y ayudarlos en la búsqueda de empleo. Sobre todo, identificar cuáles son las necesidades de las empresas en cuanto a la cantidad de trabajadores y cuáles son sus formaciones profesionales. Porque si bien las agencias públicas de empleo tienen una buena información sobre los desocupados y aquellos que van a realizar trámites para buscar las políticas sociales, no siempre buscan en el ámbito local. No visitan a todas las empresas para saber si necesitan mano de obra y de qué calificación. Esto requiere acciones de información, tanto de los empleadores como de los trabajadores desocupados.
Es el momento de apoyar las cooperativas de trabajo para promover la ayuda mutua y que tengan un marco institucional para poder facturar y quedar en blanco frente la AFIP y la seguridad social.
Por último, falta un plan integral y coherente de empleo que articule todas estas medidas donde intervengan también el Ministerio de la Producción y de Economía.
Durante la cuarentena muchas personas comenzaron emprendimientos como un ingreso extra, y en algunos casos particulares, como única entrada de dinero. ¿Qué tipo de riesgos psicosociales cree que puede haber para quienes los llevan adelante?
Es importante que haya contratos de trabajo por tiempo indeterminado y con garantías de estabilidad. El desempleo, el subempleo y el trabajo no registrado han crecido.
Ahora bien, entre los ocupados ya había quienes buscaban un ingreso complementario por la caída tan fuerte que tuvo el salario real. La gente trata de complementar sus ingresos con horas extras, o un segundo o incluso , en algunos casos, un tercer empleo o changas. Era un fenómeno, en una situación normal, de un segundo empleo para complementar el ingreso
En cuanto a los riesgos, ha aumentado la exigencia en las jornadas de trabajo y hay más tiempo para las búsquedas de la changa o de empleo en la situación de pandemia. Los trabajadores en este momento deben controlar más sus emociones, su ansiedad, no solo por la problemática del empleo sino por la de infectarse.
Los trabajadores a veces en esa situación hacen cosas que están en contra de su escala de valores. En cuanto a los riesgos sociales del trabajo, sufren violencia física o verbal, acoso y a veces se dan situaciones donde se vuelven adictos al alcohol o a las drogas.
Si hablamos de innovaciones en el ámbito laboral, sabemos que los repartidores de distintas plataformas se volvieron un boom durante la cuarentena, pero en general tienen vulnerados sus derechos como trabajadores. ¿Cómo cree que debería abordarse esta problemática?
Es necesario reconocerlos con un estatuto especial y ponerlos en blanco bajo la protección del derecho del trabajo. y permitirles que constituyan un sindicato y reconocerlos.
Hay mucha mano calificada en este tipo de trabajo, entre ellos universitarios y extranjeros. Estos deberían tener el derecho a conocer el algoritmo que los evalúe y en el orden que se hacen los encargue ya que hay mucho tiempo a la espera de un pedido, entonces es intermitente.
Desde su punto de vista, ¿las plataformas, como Rappi y Pedidos Ya llegaron para quedarse?
Sí, porque responden a una necesidad social porque evita tener que desplazarse, perder tiempo, etcétera.
¿Cuáles son los riesgos psicosociales que ve en este tipo de trabajo?¿Y en los teletrabajos? ¿Cree que en ellos existe más riesgo de precarización laboral?
Los riesgos de los trabajadores de la plataforma son psíquicos y mentales. Pero sobre todo físicos, porque en el caso de los delivery tienen que andar en bicicleta, a veces hacen trayectos largos, tienen que soportar las inclemencias del tiempo, tienen que volver rápido para ver si le dan otro reparto, por eso hay riesgos de accidentes de trabajo.
Volviendo al tema de la cuarentena. Una de las medidas que tomó el Gobierno Nacional, durante el ASPO, fue la prohibición de los despidos. ¿Cuál cree que será el escenario laboral, luego de que las empresas sí puedan despedir personal?
La prohibición de despidos, incluso con causa, frenó la tasa de desempleos. Esto significa una restricción de la libertad patronal y un aumento de sus costos de producción porque tal vez no necesiten tanto personal y eso hace que caigan sus tasas de ganancias. La magnitud de los despidos va a depender del ritmo de crecimiento económico por lo que tal vez sea el momento de programar políticas de empleo porque cuando llegue ese momento, se prevea la reconversión profesional de los trabajadores.
Para llevar a cabo esto, se debe poner el acento en el aprendizaje para utilizar las nuevas tecnologías y facilitar la compra del equipamiento para que los trabajadores puedan teletrabajar.
Sabemos que realiza una investigación sobre los riesgos psicosociales de trabajo en cooperativas de Moreno y La Plata. ¿Qué puede adelantar de ese estudio?
En las cooperativas las personas tienen menos necesidad de controlar sus emociones porque ya no hay una autoridad patronal jerárquica. Si bien existe intensidad en las cooperativas, es mucho menos tensa y conflictiva que cuando eran empresas capitalistas. Lo que sí pudimos observar es que hay diferencias y tensiones entre la adhesión a la ideología de la cooperativa y la fecha de ingresos. Porque cuando ampliaron las actividades tuvieron que incorporar personal, y el problema está en que no tienen las mismas ideas e ideologías.
En cuanto a los conflictos éticos, quienes están ahí por una militancia, algunas veces son muy críticos con los que ingresaron luego porque creen que los más jóvenes no se involucran y pueden generar un problema en la producción.
