De acuerdo con los datos proporcionados en el informe de mercado de trabajo del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), el primer trimestre del 2023 muestra una tasa de desocupación del 6,9%, que refleja la fracción de personas activas que se hallan sin labor, pero están buscando activamente oficio. En este sentido, durante el gobierno de Alberto Fernández el empleo subió, más allá de la calidad de este y que aún son cientos de miles las personas que buscan trabajo.
Noemí Giosa Zuazua, profesora de economía del trabajo y distribución del ingreso de la Universidad Nacional de Moreno (UNM), señala: “El gobierno de Alberto Fernández inició su etapa con la declaración de la pandemia por COVID-19 en marzo del 2020, que supuso la parálisis de un gran número de actividades económicas. Según las estimaciones de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, la tasa de empleo viene en crecimiento, es decir, entre mediados de 2020 e inicios de 2023 aumentó 7,6 puntos porcentuales, pasando del 37,4% al 45%. En otros términos, el período mostró una creación dinámica de puestos de trabajo. Pero el problema no está en la cantidad de empleos sino en su calidad”.
En relación con este punto, Laura Henry, socióloga laboral y docente e investigadora de la Universidad Nacional de Moreno, comenta: “Podemos marcarlo como un periodo muy especial para analizar, porque en él estuvo la pandemia. Eso hizo que todos los indicadores laborales y económicos tuvieron un comportamiento completamente atípico. Hay que tomar esa coyuntura como algo muy específico del gobierno de Fernández. Además, lo que marca el período es la recuperación económica de la pospandemia, que tuvo casi una economía parada y que luego se pasa a un crecimiento sostenido en el tiempo”.
Por otro lado, para Federico Zirulnik, profesor de Estructuras Económicas de Argentina y Mundial, de la Universidad Nacional de Moreno, “la evolución del empleo durante la gestión de Alberto Fernández ha sido bastante optimista, de hecho, es una de las pocas variables que tuvo un avance favorable. El empleo privado registrado viene de 33 meses consecutivos de crecimiento consecutivo, la tasa de ocupación tiene un constante aumento y la tasa de desocupación se mantiene en niveles aceptables”.
“La recuperación de la economía es lo que está detrás de esta dinámica del mercado de trabajo, la tasa de empleo se ubicó en el primer trimestre de 2023, 2 puntos por encima del valor que tenía a fines de 2019, pasando de 45% a 43%. Esto implica que hay un aumento de 1,5 millones de ocupados y al mismo tiempo creció, aunque más lentamente, la tasa de participación laboral en 1,1 puntos porcentuales más alta de 47,2% a 48,3%. Por lo tanto, la tasa de desempleo se sitúa por debajo del 7% en la población activa, que comprende a las personas ocupadas o que buscan activamente empleo”, menciona Agustín Mario, coordinador de la carrera de Economía de la Universidad Nacional de Moreno e investigador del Conicet.
Mariana Fernández Massi, economista y también investigadora as Conicet y docente de la Universidad Nacional de Moreno, indica que “un gran desafío para este gobierno era empezar a recomponer, parcialmente, los niveles de salarios perdidos durante el macrismo y eso es algo que con este grado de inflación no se ha logrado. Se logra empatarle, pero no recuperar todo lo perdido en el período de Macri en términos de ingresos”. Asimismo, añade que “hoy en día el panorama del mercado laboral, muestra una combinación de niveles bajos de desempleo, lo cual es una buena noticia, pero también menores sueldos. Entonces lo que tenemos es un empobrecimiento de los trabajadores, no por falta de empleo, sino por escasez de ingresos. Asociado a esto aparecen problemáticas, donde la gente busca tener más de un trabajo. Esto lleva a sobreocupaciones, es decir, se trabaja más tiempo de la jornada en el cual esto se considera normal”.
En relación a este ítem, la socióloga Henry expresa: “Lo que se destaca en los últimos años, ha sido el fenómeno del desempleo relativamente bajo, lo cual es muy llamativo, ya que los puestos de trabajo que se crean no se encuentran registrados, sino que son informales. Es decir, empieza a haber una variedad de maneras en los cuales las personas se ganan la vida y el trabajo típico, estable y registrado, es solo una de las opciones. También es central destacar la importancia de diferenciar entre lo informal y lo precario, puede ser que estas formas de empleo atípicas están registradas, por ejemplo, ser monotributista, pero no quita que tenga condiciones de precariedad”.
Entonces, desde ese punto de vista, podemos hablar de un crecimiento en la actividad laboral, pero también en las formas de informalidad del empleo. “De hecho, el trabajo no registrado pasó del 47,6% al 49,2% y la labor en el sector informal del 41,9% al 44,9%, esto se asocia con las estrategias que se han implementado. Sin embargo, el primer paso para abordar esto es establecer condiciones laborales, no con leyes que ya existen y no se cumplen, sino con políticas que hagan efectivas esos requisitos, más especialmente es necesario avanzar hacia una política de pleno empleo que garantice una oportunidad laboral a cualquiera que pueda y quiera trabajar”, agrega Mario, coordinador de la carrera de economía de la UNM.
En conclusión, a pesar de ciertas limitaciones, el empleo en Argentina en el transcurso de estos 4 años tuvo un incremento favorable, aunque no se deben descartar los problemas de precarización. Los economistas señalan la importancia de promover el aumento del trabajo formal y registrado, y además pensar las condiciones de trabajo y bienestar de los trabajadores. En este sentido, Henry comenta: “Creo que fue un aspecto que quedó muy claro durante la pandemia la relevancia de la salud de las personas, que estén bien, de que puedan acceder a derechos laborales básicos, como poder tener una licencia de enfermedad, acceso a seguros o servicio de salud, entre otros aspectos”.