Dvoskin es economista de la UBA, con una Maestría en la Universidad de San Andrés y Doctorado en Economía en la Università degli Studi di Siena. Actualmente se desempeña como docente e investigador en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y CONICET. En 2020 fue designado gerente principal de Estudios Económicos del Banco Central (BCRA) donde se desarrollan líneas de investigación que se centran principalmente en la inflación, inclusión financiera y en los estudios macroeconómicos y monetarios.
En esta oportunidad, Dvoskin conversó con ANUNM sobre su participación en el Congreso el día 9 de noviembre desde las 9:30 en el SUM del Edificio Daract II.
Usted va a estar participando del CEPI en el eje 1 de “Modelos macroeconómicos de economías abiertas para el análisis de ciclos, crecimiento, distribución del ingreso y fragilidad financiera”. ¿Puede adelantarnos un poco sobre los temas que abordará?
La presentación va a versar sobre los ciclos distributivos del producto en economías restringidas por la balanza de pagos. En ese contexto, se analizan algunos límites que pueden enfrentar la política fiscal y la monetaria para suavizar o expandir la actividad económica y mejorar la distribución del ingreso. Esta ponencia va a resumir dos trabajos en los que actualmente estoy trabajando junto a un becario, que se llama Matías Torchinsky, del CONICET y de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la UNSAM.
¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan este tipo de economías restringidas por la balanza de pagos?
Desde el lado real, el problema es la escasez de divisas que tiene su origen en la dependencia tecnológica. Es decir, países con una matriz productiva incompleta como resultado de un proceso de desarrollo industrial trunco. Las economías periféricas cuando crecen, en general, necesitan requerimientos de importaciones que cubran sus necesidades de bienes de capital que no son ni pueden, por falta de conocimiento técnico, ser producidos domésticamente. Es el propio crecimiento entonces el que, endógenamente, causa una escasez de divisas que obliga a devaluar la moneda, con efectos inflacionarios que son, a su vez, recesivos y contractivos.
En esa situación, el rol de la política fiscal tiene que ver con acomodar las necesidades de crecimiento con potenciales reclamos distributivos, que también pueden generar tensiones externas. Y, desde el lado financiero, a esa restricción real y estructural se le suma la dependencia financiera. El hecho de que los países periféricos no emitan moneda mundial hace que los ciclos de crecimiento y de expansión del producto estén fuertemente atados a lo que ocurre con los movimientos financieros de los países centrales. Ello restringe aún más a la política monetaria para manejar los instrumentos y recursos de los cuales dispone.
¿Cómo atraviesa este problema que mencionás a nuestro país en particular?
Argentina es un caso particular de estos problemas. En general, ha manifestado y manifiesta recurrentemente el problema de la restricción externa, hasta incluso de manera más pronunciada que otros países de la región. El propio crecimiento genera la necesidad de importaciones y, además, la volatilidad cambiaria y el comportamiento de la tasa de interés han tendido a incentivar, históricamente, salidas continuas de flujo de capitales.
Nuestro país no logra incentivar la demanda de activos en moneda doméstica de manera persistente, por eso una de las cuestiones centrales es tratar de generar esos mecanismos, para que los agentes vuelquen sus excedentes a la adquisición de activos en moneda doméstica, que es algo que sí han logrado resolver, en mayor o medida, otros países de la región.
¿De qué manera las políticas restrictivas y contractivas impactan en la distribución del ingreso?
Como te decía, cuando uno se choca con la restricción externa, ya sea por la vía real como por la vía financiera, eso genera escasez de divisas. Dado que gran parte de los insumos productivos son importados, las devaluaciones tienen un efecto en los precios directo y ese efecto hace caer el salario real. Y eso tiene un efecto contractivo. Esto es típicamente lo que ocurre desde el lado real de la economía. En cuanto a la parte financiera, los inversores cuando, por distintas razones, no encuentran conveniente destinar sus excedentes a la adquisición de activos en moneda doméstica, se genera una salida de capitales. El efecto sigue siendo el mismo: recesión, contracción del producto y regresión en la distribución del ingreso.
El eje en el que se va a presentar se centra, principalmente, en los modelos macroeconómicos de economías abiertas. Siguiendo esto, ¿cómo son las características de este tipo de economías?
Una economía abierta es una economía que intercambia flujos comerciales y financieros con el resto del mundo. Argentina es una economía abierta, que tenga restricciones a los flujos de capitales no la hace menos abierta.
En cuanto a su cargo en el BCRA, ¿Cuáles son las tareas que lleva adelante? ¿En qué temas se centran las principales líneas de investigación que desarrollan?
Desde el área donde trabajo, coordinamos las distintas actividades de investigación que se realizan en el Banco, que incluyen la elaboración de documentos de investigación o la realización de seminarios y otros eventos académicos, como la gestión de Ensayos Económicos, la revista académica del banco, la organización de los premios de investigación Raúl Prebisch o de las Jornadas Monetarias y Bancarias anuales. Las líneas de investigación que hemos desarrollado son variadas, principalmente estudios macro y monetarios como los determinantes del nivel de ingreso, estudios sobre inflación y sobre el rol que cumple el tipo de cambio en nuestra economía. Pero también hemos hecho trabajos sobre inclusión financiera y sobre las razones e implicancias de la heterogeneidad estructural que caracteriza a las economías periféricas.
El objetivo siempre es contribuir, al menos, indirectamente, a la formulación de políticas públicas para resolver los problemas que históricamente aquejan a nuestro país. Lo hacemos de una manera indirecta porque en general, los tiempos de la política y los tiempos de la investigación son muy distintos.