
Laustonau tiene 28 años, vive en Moreno y en 2022 se graduó como licenciado en Economía. En ese mismo año, le surgió la oportunidad para presentarse a una beca doctoral cofinanciada entre la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y la UNM. Finalmente obtuvo la beca y, como producto de sus avances en su proyecto de investigación, logró recientemente el primer puesto en el Premio Anual de Investigación Aldo Ferrer, en la categoría “estudiantes universitarios y/o jóvenes profesionales”. El certamen, organizado por el Ministerio de Hacienda y Finanzas y el Banco Provincia, promueve la investigación para pensar el futuro de nuestra provincia.
El trabajo de Alan, quien es dirigido por Agustín Mario, economista y Vicedecano-Coordinador de la Licenciatura de Economía de la UNM, propone la implementación de un programa de “Empleador de Última Instancia” (ELR, por su sigla en inglés) como estrategia para abordar el desempleo en la provincia de Buenos Aires. “Inspirado en la Teoría Monetaria Moderna (TMM), este enfoque implica que el gobierno ofrezca oportunidades laborales a cualquier individuo que lo solicite, estableciendo un salario fijo. La TMM sugiere que un ELR podría controlar el mecanismo clave del trabajo, brindando empleo digno y oportunidades de negociación a las clases marginadas sin competir directamente con el mercado laboral privado”, explica Laustonau.
Esta propuesta surge ante las dificultades y características que pudo observar del mercado laboral actual como, por ejemplo, la disparidad en el acceso al empleo entre aquellos que poseen educación universitaria y quienes no tienen sus estudios secundarios completos. “Las personas sin educación secundaria completa enfrentan una baja empleabilidad en empresas, lo que resulta en largos períodos de desempleo y desmotivación laboral. Esta situación contribuye a la pérdida de empleabilidad y al fenómeno del desaliento laboral, llevando a los desempleados a abandonar la fuerza laboral”, sostiene Alan.
Esto ocasiona que los trabajadores que no cuentan con educación secundaria completa experimenten una reducción neta de empleo, ya que los nuevos puestos son ocupados mayoritariamente por trabajadores que poseen estudios educativos más altos. Entonces, frente al problema del desempleo, un programa ELR ayudaría a crear un mercado laboral de dos niveles, donde el gobierno establezca salarios y condiciones para empleos públicos, influyendo también en el sector privado. “Además, dicho programa permitiría al gobierno regular y estandarizar condiciones laborales tanto para trabajadores formales como informales”, señala Alan.
En ese sentido, y a diferencia de la teoría liberal, el programa propone que el gobierno desempeñe un rol activo en la creación de políticas de empleo directas. Para garantizar su aplicabilidad, explica el becario, sería esencial explorar alternativas que puedan financiar dicha propuesta. “Dado que la provincia de Buenos Aires no emite su propia moneda, la búsqueda de fondos se presenta como un desafío significativo. Este aspecto debería ser explorado en futuras investigaciones, considerando opciones como monedas complementarias para obtener recursos y asegurar la viabilidad del programa”, expresa Alan.
Oportunidades para crecer
Sin duda, la posibilidad que le brindó la universidad el año pasado para presentarse a una beca doctoral le abrió nuevas puertas para seguir creciendo. En cuanto a esos inicios, Alan menciona: “La posibilidad me surgió cuando la Secretaría de Investigación me contactó después de mi graduación. El proceso fue intenso, pero con el apoyo de las personas que trabajan en la Secretaría, que me conectaron con el proyecto de investigación y me ayudaron con los trámites, y con Agustín Mario y Soledad González Alvarisqueta, que me orientaron en la elaboración del plan de trabajo, resultó más manejable”.
Hoy Alan se encuentra cursando el Doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). En cuanto a la tarea de investigar, destaca que tiene muchas ganas de seguir aprendiendo y creciendo en este campo. Por eso, el reconocimiento de los premios Aldo Ferrer representan para él “un respaldo y estímulo” para seguir dedicándose a la investigación.
“En particular, me gusta el hecho de estar investigando temas de política económica porque creo que es un área muy importante. En lo personal, como soy primera generación de graduados universitarios en mi familia, la investigación me ha dado la oportunidad de conocer cosas y personas nuevas, de crecer como persona y ojalá en algún momento poder contribuir en algo”. Además, dentro de ese mundo de posibilidades que se le abrieron a partir de la beca, Alan comenzó a trabajar como docente en la materia de Estadística Laboral y Distributiva Aplicada, en la carrera de Relaciones del Trabajo.
“Estoy como ayudante en la parte práctica, la verdad es que lo estoy haciendo a prueba y error”. En ese sentido, destaca la oportunidad de poder iniciarse en la investigación y en la docencia en esta universidad. “Es una satisfacción porque me permite desarrollar habilidades y mis intereses, y porque me brinda la oportunidad de crecer profesional y personalmente. Además, es en el territorio donde crecí, lo que le da un valor especial al trabajo”, concluye.