
Allá por 2011, Franco se encontraba estudiando para ser contador en la Universidad Nacional de Luján (UNLu). Sin embargo, apenas se enteró de que abrieron la carrera de Contador Público en Moreno, ciudad donde vivía en ese momento, no lo dudó y se cambió. “Pedí las equivalencias de las materias que ya había aprobado y empecé a cursar en esta institución”, cuenta.
Desde chico, su interés por la matemática lo llevó a elegir este camino. “Siempre tuve una tendencia hacia los números”, señala. En el año 2018 se recibió y recientemente se mudó junto a su familia a la ciudad de Merlo, San Luis, con el fin de tener una vida más tranquila y en contacto con la naturaleza. Actualmente trabaja de lo que estudió en la Cooperativa de Trabajo por la Economía Social T.E.S, que se encuentra conformada por un equipo interdisciplinario formado por profesionales del derecho, las ciencias económicas y las ciencias humanas.
“Principalmente realizo trabajos de auditorías, impuestos, vinculados a las cooperativas, asociaciones civiles y mutuales, todo lo que se conoce como el Tercer Sector”, cuenta. Por otro lado, y pese a que vive lejos de la universidad, se encuentra en constante vínculo con esta casa de estudios. Desde hace un año y medio se desempeña como auxiliar graduado en el Taller de Práctica Profesional Supervisada, materia del tramo final de la carrera de Contador. “Mi modalidad de trabajo es virtual y, eventualmente, me toca estar de forma presencial. Lo que más me interesó de la docencia es seguir expandiendo los conocimientos e ir probando otras ramas de la profesión”, dice.
De su paso por la carrera destaca “el valor humano en el staff docente y de los compañeros/as”. Recuerda que cuando empezó a cursar en la UNM los estudiantes que había en cada aula eran muy pocos, lo cual permitía tener un feedback constante y enriquecedor con los profesores y profesoras. Por otro lado, cuenta que su graduación fue una alegría inmensa para su familia debido a que él es la primera generación universitaria. “Es romper con la lógica de que se trabaja de lo que se puede o está al alcance”, agrega Franco.
En relación a lo que le aportó la UNM a su vida personal y profesional, menciona: “Me dio la posibilidad de poder elegir a qué me quería dedicar de mi vida y con quiénes me quería vincular para trabajar”. A su vez, resalta que la universidad lo marcó de una manera muy especial. “Yo estudié siete u ocho años acá, todo ese tiempo vas conociendo personas, compañeros y docentes, te vas relacionando. Es muy lindo todo lo que te deja la universidad”, concluye.