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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Corralones: el derrumbe

Los materiales de la construcción se venden cada vez menos. Paralizada la obra pública y golpeada la particular por la crisis económica, los negocios del rubro deben aguzar el ingenio para sostenerse. Hablan comerciantes y trabajadores.
La caída en las ventas de arena, cemento, hierro y demás materiales oscila entre el 40 y el 90 por ciento. Los números, además de la recesión, reflejan un creciente desempleo entre los trabajadores de la construcción. Foto: Florencia Ferioli, de Anccom.

La suba de precios y la recesión impactaron de manera devastadora en múltiples sectores. Uno de los más afectados es el de la construcción, donde la venta de materiales cayó en picada. Esta situación refleja la profunda incertidumbre económica y las dificultades diarias que enfrentan tanto comerciantes como clientes de este rubro.

Javier Burgos, empleado del corralón Sanitarios Marcelo, ubicado en una zona popular de Mariló, describe un panorama sombrío: “El contexto de venta es preocupante, ha bajado mucho, casi un 40%. Trabajamos en un barrio donde los vecinos son obreros, que van construyendo sus casas de a poco. No tenemos ventas de gran calibre hacia empresas ni countries, lo que nos dificulta mucho”.

Además, señala que la subida de precios de productos esenciales como arena, hierro y cemento, exacerbada por los altos costos del combustible, ha encarecido considerablemente los materiales. “Por ejemplo, una varilla de 8mm, indispensable para la construcción, ahora cuesta entre 11 mil y 12 mil pesos. La arena a granel cuesta 32 mil pesos, y el cemento, atado al precio del dólar, está alrededor de 10 mil pesos por bolsa”.

A su vez, la incertidumbre económica y la falta de previsibilidad en el futuro cercano llevó a los consumidores a posponer sus proyectos de construcción. “El que estaba construyendo lo deja en último plano hasta que la situación sea más clara. Esto afecta mucho a la venta”, comenta Burgos, subrayando la desesperación que sienten como comerciantes frente a la falta de apoyo estatal y las altas tasas municipales que deben enfrentar. “No hay ayuda provincial ni municipal. Se nos exige bastante en la tasa de servicios, cartelerías y matafuegos. Lo que genera que muchos corralones sean clausurados por falta de pagos”, lamenta.

También nos menciona estrategias que han intentado implementar para sobrellevar la crisis. “Estamos haciendo presupuestos de algunos productos y, si el cliente puede pagar, aunque sea el cincuenta por ciento, le congelamos el precio hasta que pague la totalidad. A la vez, estamos considerando hacer compras colectivas para lograr un mejor precio”, explica. Sin embargo, estas medidas parecen insuficientes frente a una situación económica tan adversa.

Matías Irrazábal, presidente de la cooperativa de construcción “Agrupación Evita”, perteneciente a la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y ubicada en Moreno Norte, nos comparte su experiencia con los problemas de mercadería y precios. “El corralón Yrigoyen es con el que más trabajamos. El año pasado, había corralones que no te entregaban la mercadería por la inestabilidad del dólar. Este año, los precios se estabilizaron un poco, pero siguen siendo volátiles”.

La cooperativa ha tenido que adaptarse buscando ofertas en distintos corralones, aunque esto implica problemas logísticos. “La variable de precios es constante. En algunos corralones, el cemento está barato, pero la arena es cara, y viceversa. Además, los costos de entrega complican aún más la situación”.

El presidente destaca que, a pesar de no recibir ningún subsidio, algunas promociones de corralones han ayudado a mitigar los costos del flete, especialmente para entregas cercanas. Sin embargo, la carga tributaria sigue siendo alta, lo que afecta aún más a la cooperativa. “Pagamos el IVA y todas las cuestiones fiscales. Es complicado mantener la operatividad en este contexto”, añadió con tristeza en su comentario.

Por otro lado, Mirta Graciela Crow, encargada de la compra y venta de materiales para la construcción en la empresa “Volquetes El Ciclón” ubicada en La Reja, Moreno, describe un panorama desolador. “La situación es lamentable. Hubo una caída del 90% en ventas y no sabemos cómo sobrellevarlo. Hay empleados que no podemos sostener y no sabemos cómo enfrentar esta situación. Los precios se han disparado y no hay ventas”. La falta de ventas ha llevado a la empresa a considerar el cierre, dejando a muchas familias sin sustento. “No podemos cambiar de rubro porque la situación crítica del país afecta a todo tipo de emprendimientos. No hay algo que funcione para mantener a los empleados”, lamenta con mucho pesar.

Además, señala que los precios de los materiales de construcción han aumentado a niveles insostenibles. “Los fierros, por ejemplo, han aumentado muchísimo. Las personas priorizan la alimentación diaria sobre la construcción. El dólar bajó, pero los precios nunca bajaron, siempre fueron hacia arriba”. La falta de apoyo estatal y la carga de mantener a los empleados ha puesto a la empresa en una situación crítica. “Estamos obligados a despedir a muchas personas que quedan sin trabajo. La situación es insostenible”, concluye con pesar por dejar a familias sin un sustento estable.

Por su parte, Cristhian Quiroga, pocero y dueño de la empresa Perforaciones Cámara en José C. Paz, y Andrés Silva, policía, albañil y electricista, coinciden en que la búsqueda de precios más bajos se volvió esencial para sobrevivir en el mercado actual. “Siempre busco precio por cómo están las cosas”, dice Quiroga, explicando que la tercera marca de cemento, Holcim, se convirtió en la opción más vendida debido a su precio más accesible. “Siempre trato de comprar Avellaneda o Loma Negra, pero busco la mejor oferta”, comenta.

Silva comenta que ha tenido que adaptar su consumo a los aumentos constantes, lo que afecta su capacidad para realizar sus proyectos de construcción. “Lo último que compré fue Klaukol Flex, 30 kilos por 44 mil pesos. Hace cuatro meses, 1/4 de arena y una bolsa de cemento costaban 16 mil pesos. Hoy, una bolsa de cemento cuesta más de 10 mil pesos y la arena está en 24 mil pesos el cuarto”. Gracias a su capacidad para realizar trabajos de albañilería y electricidad le ha permitido ahorrar en mano de obra, pero los altos costos de los materiales siguen siendo un enorme problema.

Finalmente, Eduardo Rafael Marinero, ingeniero electrónico y vecino del Barrio Parque Gaona, quien está construyendo la parte superior de su casa, describe cómo la fluctuación de precios ha complicado la planificación de su obra. “Al principio hicimos una compra grande de cemento, arena, piedras y cal. A medida que la construcción avanzaba, las compras pasaron a ser diarias o semanales debido a los cambios constantes en los precios”. La necesidad de variar entre marcas según la fluctuación de precios ha sido una constante. “Una semana una marca era más barata que la otra, pero la siguiente semana los precios cambiaban. Siempre buscamos la mejor relación calidad-precio sin descuidar la calidad”.

La inestabilidad de los precios domina el rubro de la construcción, lo que dificulta la planificación financiera de las obras y el futuro de los corralones. Muchos se están presentando al cierre o clausura, mientras que los clientes se ven obligados a pausar sus construcciones debido a los aumentos de los precios. Es importante destacar que, sin una estabilización en este sector, se desatará una crisis sin retorno de la cual será muy difícil salir.

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