La cooperativa Reciclando Sueños, ubicada en el partido de La Matanza, más precisamente en la localidad de San Justo, surge en 2003 como iniciativa de un grupo de personas, que en su mayoría estaban desempleadas y se dedicaban a cartonear de manera individual. Para entender de manera más clara los orígenes de la actividad desarrollada, Marcelo Loto, presidente de la cooperativa comentó: “En ese momento estaba prohibida la actividad, nosotros podíamos ir presos si trabajábamos recolectando materiales reciclables de la calle, porque había una prohibición, un decreto que había hecho la dictadura”. Las penalidades a las que hace referencia Marcelo son pertenecientes a las ordenanzas 33.581 articulo 6 y 39.874 artículo 22.
Sobre la forma de organizarse que tiene la cooperativa, el presidente de la misma informó: “Hay un consejo de administración que es el que lleva el día a día la conducción de la cooperativa, que se elige cada 3 años”. En cuanto a los materiales con los que trabajan, sostuvo: “Todos los materiales reciclables, todos los tipos de plásticos, todos los derivados de celulosa (papel, cartón, revistas, diarios, tetra pack), madera y vidrio.”
En la actualidad, la cooperativa incluye 27 puestos de trabajo y es un “destino sustentable” de la Provincia de Buenos Aires, esto quiere decir, es un punto de acopio de residuos de grandes generadores. Los mismos materiales recuperados son los que van a servir de materia prima para la elaboración de productos como alivianador de hormigón a base de telgopor, bolsas de polietileno de alta y baja densidad, como también caños tritubos para fibra óptica.
Con respecto a las colaboraciones con las universidades, Marcelo recalcó: “Nuestra cooperativa tiene vínculos con varias de ellas, lo que venimos haciendo es tratar de innovar con algunos de los materiales que tenemos, como en este caso, la automatización de una maquina obsoleta”
Cuando se hace mención al vínculo entre las universidades y distintos sectores económicos o instituciones como Reciclando Sueños, el papel de quienes integran las altas casas de estudios resulta fundamental, porque son quienes pueden volcar de manera práctica todos los conocimientos adquiridos a lo largo de cada una de las carreras. Y así logran desarrollos que mejoran la capacidad productiva de esta cooperativa en particular u otras instituciones que lo soliciten.
En esta línea, Gabriel Venturino, ingeniero en Electrónica y docente de la Universidad Nacional de Moreno (UNM) dijo: “Para los estudiantes es importante porque es la oportunidad de estar en contacto con algo real, es un experiencia muy valiosa”. El docente agregó: “El pago que recibieron fue validar la práctica pre profesional que está dentro del plan de estudios de 200 horas, aunque en este caso, fueron más de 200 horas”. Este es uno de los tantos proyectos en los que está involucrada la universidad como forma de devolver conocimiento a la sociedad, dijo el ingeniero en Electrónica. La Dirección de Vinculación Tecnológica de la UNM fue el espacio de articulación de la iniciativa.
Al ser consultado sobre las características del aporte, de este grupo de trabajo de tres estudiantes pertenecientes a la carrera de ingeniería en Electrónica de UNM, uno de ellos, Sebastián Lanutti explicó: “El proyecto trata de una máquina que fabrica bolsas de polietileno a partir de una bobina de dicho material. La máquina es de los años ochenta y no se podía utilizar por su complejidad de botones y perillas como la coordinación entre los motores que se perdía completamente”.
En cuanto al proyecto de automatización de la maquina productora de bolsas de plástico, que hasta el momento se encontraba en desuso, Maximiliano Moreno, otro de los estudiantes que fue parte de la puesta en valor de la máquina obsoleta específicó: “Hicimos una automatización totalmente diferente, agregamos un motor paso a paso para medir el largo de las bolsas”, posteriormente y haciendo referencia a la operatividad de la máquina, Maximiliano agregó: ”El sistema es controlado por el usuario desde una pantalla táctil HMI más un software que coordina todos los movimientos mediante un PLC (controlador lógico programable)”.
Mariano Di Vincenzo, estudiante que completo el trío de trabajo, sobre la experiencia adquirida junto a la cooperativa sostuvo: “Estos proyectos llevan mucho tiempo y no tienen mucha convocatoria de los alumnos por falta de incentivos. Es justo ahí donde entramos nosotros y proponemos una solución diferente y proponemos que sea tomado como proyecto final de la carrera y práctica pre profesional”
Las fuentes consultadas coinciden en la importancia que tienen este tipo de vínculos entre las universidades y distintos sectores productivos, donde queda en evidencia la capacidad tanto de los estudiantes para promover y ejecutar, los docentes que acompañan el proceso de desarrollo y las instituciones que pueden mejorar desde sus instalaciones, la maquinaria disponible y fortalecer la mano de obra que la realiza.