La Canasta Básica Alimentaria (CBA) está compuesta por artículos alimenticios y bebidas que permiten cubrir los requerimientos kilocalóricos y proteicos, y que reflejan las necesidades de consumo de un grupo de referencia de la población. La elección de qué tipos de alimentos se contemplan parte del resultado del estudio de cuáles son los hábitos de consumo que se conocen a través de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). La canasta, entre otras cosas, incluye: carnes, frutas, verduras, hortalizas, pan, leche, fideos, arroz y bebidas.
Es importante comprender que no pretende ser un listado de alimentación o dieta saludable que debe comer la población, sino un valor de referencia de los patrones de consumo cuyo uso tiene un fin estadístico. La Dirección Nacional de Difusión y Comunicación del INDEC advierte que todavía algunos actores sociales (políticos, comunicadores, etcétera.) “suelen confundir los alimentos y cantidades incluidos en la CBA con aquellos encomendados en una canasta saludable y viceversa, cuando la finalidad de cada una de ellas es diferente”.
Según el organismo, a julio de 2023 el valor de una CBA, para una familia de cuatro integrantes, es de 111. 642 pesos , un 7, 1 % mayor al mes de junio. Natalia Ertel, ama de casa, madre de cinco niños y vecina de Paso del Rey, comenta: “Este aumento que veo mes tras mes, impacta cada día en la mesa de mi familia. Hay artículos que dejé de comprar y otros, como el arroz que era accesible, ahora ya no me conviene a comparación de las pastas. Redujimos el consumo de carne y de frutas”. Esta situación se reproduce en varias familias que recurren a instituciones cuando las necesidades básicas no llegan a cubrirse a través de sus ingresos.
El Almacén de Bienestar de Villa Amelia, ubicado en Merlo, pertenece a una institución religiosa (La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), que cubre las necesidades de la CBA en el oeste del Conurbano y alienta a las personas a ser autosuficientes. Al consultar sobre el incremento en el precio de los alimentos a su director, Gabriel Núñez, menciona: “Hemos tenido que aumentar la cantidad de alimentos que donamos. Antes eran familias que no tenían trabajo las que se acercaban para recibir ayuda, ahora se suman las que sí tienen trabajo pero que no llegan a fin de mes”.
Para comprender mejor esta situación, hay que tener presente que a las necesidades básicas de alimentación hay que agregar los gastos de bienes y servicios, como vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda entre otros. El resultado de todo ello, más el costo de la CBA es lo que se denomina Canasta Básica Total (CBT) y a julio de 2023 su valor es de 248 mil pesos para una familia de cuatro integrantes. La CBT y la CBA permiten establecer, a partir del ingreso de los hogares, si éstos tienen la capacidad de satisfacer sus necesidades esenciales o no. En lo que val del año, ambas canastas aumentaron sus valores un 66, 2 y un 63, 2 %, respectivamente.
El licenciado Fabián Amico, economista de la Universidad Metropolitana para la Educación y Trabajo (UMET), declara: “Siempre han habido debates con respecto a cómo se calculan la canasta de pobreza o la canasta de indigencia, pero todas las canastas de ese tipo se hacen a través de una medida arbitraria. Son convenciones que se establecen en función de criterios políticos que prevalecen en esa sociedad”. Para determinar la incidencia de la pobreza en Argentina, se analiza la proporción de hogares cuyo ingreso no supera el valor de la CBT. Para la indigencia, se calcula la proporción de los que no superan la CBA.
Amico comenta que el planteo que surge para superar el índice de pobreza o la indigencia, y para que las personas tengan acceso a la canasta, es la mejora del salario real. “Habría que buscar las condiciones y la manera para que en Argentina el precio del dólar suba menos o que se devalúe menos, porque la devaluación es inflacionaria, sube el precio de los alimentos, aumenta la pobreza y dificulta el acceso a la canasta”, dice y añade: “Dentro de la CBA hay precios de servicios públicos y reducir el precio de dichos servicios sería una medida que permitiría que más personas puedan acceder”.
Lucas Benítez, economista político de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) y docente investigador de la Universidad Nacional de Moreno (UNM) señala que hay una puja distributiva muy fuerte en Argentina, sumado a los problemas macro económicos vigentes. “Algunas de las soluciones que se plantean desde distintos sectores es encarrilar la puja distributiva a través de un esquema de acuerdo entre precios y salarios o profundizar en el control de niveles de precio, por ejemplo a través de precios máximos o precios cuidados, para que los productos valgan lo mismo tanto en un hipermercado como en el comercio de barrio”
La actualidad político económica del país repercute en el acceso a la CBA de los ciudadanos. En ese sentido, Benítez reflexiona: “En este momento, cuando la disputa por los modelos económicos es tan grande y tan divergente, lo mejor que puede hacer un gabinete económico, sea del partido que sea, de acá hasta la finalización del proceso electoral es tratar de acomodar la economía para que no se dispare hacia ningún lado, para que no se caiga a pedazos y controlar las variables macro. Tratar de navegar en el frente financiero y cambiario para que la economía real de los argentinos se vea lo menos afectada posible”.