
Se nos tapa la nariz, estornudamos y sentimos picazón en la garganta. Para muchos esta época del año marca el inicio de una serie de molestias respiratorias. Estos síntomas a menudo se pueden confundir con un resfriado común, pero en realidad pueden ser señales de una rinitis alérgica. Para poder identificar qué tipo de cuadro enfrentamos es importante diferenciar bien los síntomas, porque si bien se parecen, no son lo mismo. “La rinitis alérgica es una inflamación causada por una reacción exagerada ante sustancias como el polvo o el polen. A diferencia del resfriado común, que es causado por virus, esta no es infecciosa”, explica la doctora Victoria Demarchi, otorrinolaringóloga infantil. Por lo tanto, cuando estamos frente a alérgenos ambientales, que se convierten en protagonistas durante la primavera, es importante que prestemos atención.
Una afección común y poco diagnosticada
Según datos de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), esta afección impacta a más de 5 millones de personas en el país, y aunque muchos presentan síntomas, el 64 % no cuenta con diagnóstico formal. La mayoría de los pacientes no identifica la causa de sus molestias o las confunde con un simple resfrío.
El problema no es exclusivo de Argentina: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay alrededor de 400 millones de personas en el mundo con rinitis alérgica, lo que la convierte en una de las enfermedades respiratorias crónicas más comunes. A nivel local, hospitales como el de Clínicas de Buenos Aires registran picos de consultas durante septiembre y octubre, con un aumento del 30 % en algunos casos, según reportes recientes.
Polen, clima y síntomas persistentes
En nuestra región, los árboles son los principales responsables de los síntomas. “En Buenos Aires, los plátanos son los principales alérgenos”, indica la doctora Demarchi. Este árbol, muy presente en el AMBA, libera una gran cantidad de polen en suspensión durante los meses de primavera.
Para el doctor Nicolás Cali, especialista en alergias en niños y adultos en Entre Ríos, también son frecuentes los cuadros alérgicos vinculados a tala, ligustro, arce, mora, gramíneas y malezas. Estas especies vegetales tienen mayor polinización durante esta época del año, lo que puede agravar los síntomas.
La rinitis alérgica se presenta con estornudos en salva, picazón nasal u ocular, secreción nasal acuosa y congestión. “A diferencia del resfriado, los síntomas duran más tiempo y suelen estar acompañados de más prurito y estornudos”, aclara Cali. También es frecuente que los síntomas reaparezcan cada primavera o incluso se mantengan durante todo el año si los alérgenos son constantes, como los ácaros del polvo.
Diagnóstico, tratamiento y prevención
El diagnóstico suele comenzar con una evaluación clínica basada en los síntomas y su patrón estacional. “Se confirma con estudios específicos. Las pruebas de alergias pueden ser de dos formas: con una extracción de sangre o con una testificación en piel, conocidas como prick test”, explica Demarchi. Estas pruebas permiten identificar los alérgenos responsables y adaptar el tratamiento a cada caso.
En cuanto a los tratamientos, hay dos enfoques principales: medicación sintomática —como antihistamínicos y corticoides intranasales— que alivian los síntomas, e inmunoterapia (vacunas), que busca desensibilizar al paciente frente a los alérgenos específicos. “Son tratamientos largos, de entre 3 y 5 años, pero bastante efectivos”, afirma Demarchi.
No existe una forma definitiva de evitar las alergias, pero sí es posible reducir los síntomas y mejorar el entorno del paciente. Ambos especialistas coinciden en que la limpieza del hogar es fundamental. “Hay que ventilar todos los días, evitar alfombras, lavar frecuentemente la ropa de cama y, si es necesario, mantener a las mascotas fuera del dormitorio”, recomienda Demarchi. Cali agrega: “No tener acolchados de pluma, cambiar las sábanas seguido y mantener ambientes libres de polvo ayuda mucho a reducir la exposición”.
Consultar a tiempo
Para muchas personas, convivir con rinitis alérgica se ha vuelto parte de su rutina. Sin embargo, dejar los síntomas sin tratar puede afectar el descanso, el rendimiento laboral o escolar, y aumentar el riesgo de desarrollar complicaciones como asma.
La buena noticia es que hay tratamiento, diagnóstico y estrategias preventivas eficaces. “Consultar con un especialista, seguir un tratamiento y hacer cambios en el entorno son pasos clave para mejorar la calidad de vida”, concluye Demarchi. En primavera no todo son flores. Pero con información, prevención y atención adecuada, es posible disfrutarla sin estornudos.


