
El informe trimestral climático del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indica que, para este mes de noviembre, algunas provincias serán afectadas por las altas temperaturas fuera de lo normal. La primavera hizo su gran entrada, pero no vino sola, sino acompañada de altas temperaturas.El estudio indica que, ya desde septiembre, algunas zonas del país son afectadas con variables climáticas superiores a lo normal, mientras que las lluvias se mostrarán dispares según la zona.
El informe climático trimestral del SMN, realizado el 29 de agosto, se basa en modelos globales y nacionales que simulan el comportamiento del clima. Este tipo de pronóstico es clave no solo para los especialistas en el clima, sino también para la población en general, la cual quiere saber qué esperar de la primavera este año.
Chistian Garavaglia, meteorólogo y jefe redactor de Meteored Argentina, explicó: “Un pronóstico climático, como el que actualiza el SMN cada mes, es el resultado de combinar el monitoreo atmosférico actual, la información que proveen distintos modelos de proyección y la experiencia de los profesionales climatólogos y meteorólogos”, y luego agregó que “se trata de mirar cómo está la atmósfera hoy, simular posibles escenarios futuros y evaluar cuál de ellos tiene mayor probabilidad de cumplirse”.
En la misma línea, Marisol Osman, doctora en Ciencias de la Atmósfera e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), detalló que “los modelos arrancan con el estado actual del océano, la atmósfera y el suelo, y a partir de las ecuaciones que explican cómo se comporta el aire se hacen muchos pronósticos. El resultado se expresa como probabilidades de que el trimestre termine ‘por debajo’, ‘cerca’ o ‘por encima’ de lo normal”.
Tanto Garavaglia como Cindy Fernández, comunicadora meteorológica de Meteored, coincidieron en que el término “superior a lo normal” hace referencia a un valor promedio que supera las condiciones usuales registradas.
“Cuando hablamos de ‘normales’ nos basamos en las estadísticas de muchos años, que establecen cuál es la temperatura o la lluvia típica de cada mes. Si el pronóstico dice que será superior a lo normal, quiere decir que, en promedio, se esperan valores un poco más altos que ese registro histórico, no necesariamente calor extremo”, aclaró Fernández.
La comunicadora meteorológica también remarcó que este tipo de pronósticos son cualitativos y qué temperatura exacta va a hacer, sino qué “categoría es más probable que predomine durante los 90 días del trimestre”.
El SMN prevé una “mayor probabilidad de temperaturas medias normales o superiores a las normales en Cuyo, Córdoba, el sur del Litoral, el este de Buenos Aires y el sur de la Patagonia”. Por el contrario, el noroeste argentino, que incluyen las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca, mantendrá valores iguales a sus habituales.
Garavaglia señaló que “la mayor probabilidad de temperaturas elevadas se concentra en Córdoba, San Luis y parte de Santa Fe, mientras que el noroeste sería la única región con condiciones normales”. Y aclaró: “Esto no quiere decir que no pueda haber días fríos o lluviosos en el medio, ya que el pronóstico refleja un promedio general del trimestre”.
Según el informe este comportamiento climático se ve en “condiciones neutrales del fenómeno El Niño Oscilación del Sur (ENOS). Lo que significa que “el Océano Pacífico no está ni más caliente ni más frío de lo normal”, por lo que no hay un fenómeno que afecte al clima argentino. Sino que “depende de los factores locales, como la circulación de vientos, la humedad del suelo y la interacción entre masas de aire”.
Aun así, Garavaglia advirtió que comienzan a verse “señales débiles de La Niña”, un fenómeno que podría generar condiciones más secas y cálidas en buena parte del país durante los próximos meses, aunque todavía no se prevé un impacto fuerte.
El informe asimismo, indica que “la Patagonia tendrá un trimestre con precipitaciones normales o inferiores a las normales, mientras que el Litoral, Buenos Aires y La Pampa se ubicarán dentro del rango promedio”. En cambio, “el Noroeste y Cuyo podrían obtener más humedad de lo común, con lluvias normales o superiores a lo normal”.
Osman aclaró que, “el pronóstico no significa que todos los días serán calurosos o secos, sino que, en promedio, el trimestre tenderá a ser más cálido o menos lluvioso según la región”. Además, recordó que “el término normal hace referencia al promedio del período 1991-2020 para cada localidad, y superior a lo normal al tercio más cálido de esa serie”.
“En primavera las olas de calor son menos frecuentes, pero no imposibles”, explicó Garavaglia. “Podría darse algún evento aislado en zonas del centro-oeste o norte del país, más propensas a temperaturas persistentemente elevadas desde temprano en el año”.
Fernández coincidió: “No se espera un escenario extremo, pero sí temperaturas algo más altas que lo habitual. Por ejemplo, si en octubre el promedio de máxima en Buenos Aires es de 23 grados, tener 24 ya se considera superior a lo normal, aunque no sea una ola de calor”.
En este contexto, no se descarta que en el norte del país se lleguen a registrar “temperaturas muy altas, incluso cercanas a los 55 °C”, durante algunos días de calor extremo. En cambio, en Buenos Aires el panorama podría ser distinto: no se esperan valores tan exagerados, pero sí “máximas arriba de los 35 °C, con mucha humedad y una sensación térmica que podría sentirse aún más alta”.
Alpio Costa, meteorólogo del Instituto Antártico Argentino, recordó que los mapas del SMN “muestran la categoría más probable de la media para los próximos 90 días, no la intensidad del calor”. Y agregó que “puede haber semanas frías en medio del trimestre, pero en el promedio el calor pesará más”
Para los especialistas, estos cambios son parte de la “variabilidad natural del clima argentino”, aunque el “cambio climático global” aumenta su intensidad y frecuencia.
“Podemos tener primaveras más frías o más cálidas sin que eso sea anormal”, dijo Garavaglia, “pero a largo plazo se observa un aumento sostenido de las temperaturas, y ahí sí entra en juego el cambio climático”.
Osman lo resumió de esta manera: “El calentamiento global eleva el piso térmico y vuelve más probables los días y noches cálidas y las olas de calor prolongadas”.
Frente a este escenario, los meteorólogos coinciden en la importancia de “informarse y adoptar hábitos de cuidado”. Las temperaturas altas pueden tener repercusión en la salud, sobre todo en personas mayores, niños y personas con enfermedades crónicas.
El SMN recomienda “hidratarse, usar ropa liviana, evitar la exposición prolongada al sol y mantener los ambientes ventilados”. Además, los períodos secos aumentan el riesgo de incendios forestales, por lo que es fundamental no arrojar residuos ni realizar quemas al aire libre.
Los pronósticos trimestrales se actualizan cada mes, aunque pueden tener leves ajustes, la tendencia en general suele mantenerse. “Tienen una buena cuota de confianza y difícilmente cambien de un mes a otro”, aseguró Garavaglia.
Lo que está claro es que, esta primavera se muestra como más cálida, seca en algunos lugares y más húmeda en otros. Pero, sobre todo, esto es una oportunidad para entender que el clima no es algo estático y que está cambiando constantemente. Así que, a no enojarse si el clima no resulta como se esperaba, es algo que probablemente podía pasar.


