
En 2005 la UNESCO declaró el 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje. Cada año, se toma esta efeméride como una oportunidad de reflexión y concientización acerca de la importancia de reducir, reutilizar y reciclar residuos a nivel individual y colectivo. Según la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos (CAIRPLAS) en el país se reciclan anualmente alrededor de 300.000 toneladas. En 2023 se revalorizaron en total 327.000 toneladas de plásticos, acorde al último informe compartido por CAIRPLAS en conjunto con Ecoplas (asociación sin fines de lucro especializada en plásticos y medio ambiente).
Reciclaje, millennials y centennials
Hace no mucho tiempo atrás había poco interés en construir una sociedad que recicle y sea amable con el ambiente. Tampoco se consideraba que esta sea una posibilidad de trabajo para muchas personas. Sin embargo, hoy en día el reciclaje y el cuidado del planeta son algunos de los temas centrales en las luchas de las nuevas generaciones.
Federico Rondán es licenciado en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de Moreno (UNM). Entre 2023 y 2024 la universidad integró junto a la Escuela Politécnica Secundaria de la Universidad Nacional de Moreno (ESPUNM) un proyecto de investigación que apuntó a la implementación de un plan de separación de residuos en la escuela.
“Hace décadas que la conciencia ambiental en los jóvenes es creciente. Creo que es una de las demandas del siglo XXI. Cuando realizamos los talleres de capacitación, notamos que los estudiantes ya sabían del tema. Sobre todo los más chicos”, afirma Rondán.
Por otro lado, el mercado de productos de segunda mano también tuvo un crecimiento importante en los últimos años. Un fenómeno destacable en relación a esto es el interés de los más jóvenes en las “ferias vintage” y un estilo de vida menos consumista y más sustentable.
Rondán sostiene que esto podría ser un signo de que es posible pensar otros modos de consumo. “Creo que este tipo de acciones pueden ayudar a pensar cómo y qué producimos, la durabilidad de los materiales y los desechos que podríamos evitar. Me parece que forma parte del inicio de una mayor conciencia ambiental en cada uno de nosotros”, agrega.
Según Federico un problema muy cercano y preocupante es la contaminación en las ciudades. Afirma que “es muy común encontrar en las calles puntos de acopio de basura que ya no puede reciclarse por estar contaminada y que pueden llegar a convertirse en micro basurales a cielo abierto”.
Cooperativas y trabajo
Ramiro Martínez es presidente de Creando Conciencia, una cooperativa de trabajo que ofrece servicios de recolección diferenciada en barrios cerrados de Benavídez. Cuenta que este proyecto comenzó a gestarse luego del 2001, ante la necesidad de ofrecer a los cartoneros una economía previsible en un contexto inestable.
“Hace 20 años atrás hablar de separación de residuos era una locura y hoy Creando Conciencia es el primer destino sustentable que habilitó la Provincia en el año 2013”, señala. Esto le permitió a los grandes generadores certificar ante el Ministerio de Ambiente de la Provincia cómo gestionan sus residuos y de qué manera.
Creando Conciencia también produce y comercializa mesas, bancos, perchas y útiles escolares hechos totalmente con material reciclado: “Venimos trabajando fuertemente con el pensamiento de generar productos que tengan una devolución a la comunidad por todo el trabajo que realizan”, agrega Martínez.
De forma muy similar nace en 2018 UsinaEco, una cooperativa de reciclaje ubicada en Luján donde se encuentra el basural a cielo abierto más grande del país. Martín Brizuela, referente de la cooperativa, asegura que sus tres pilares fundamentales son “el cuidado ambiental, la inclusión social y lograr una rentabilidad económica que permita el funcionamiento de este proyecto”.
Según Brizuela hoy en día la gente entiende más la importancia de separar los residuos, sin embargo hay otro tipo de impacto que, en sus palabras, permanece “invisible”. Sostiene que más allá del reciclaje esta tarea tiene un gran impacto social, porque se está colaborando para que muchas personas puedan mejorar sus condiciones de trabajo. “Hay un basural que es el más grande del país y mucha gente no lo conoce y no sabe que hay personas revolviendo la basura en condiciones deplorables”, explica.
El acto de separar residuos deriva en la revalorización de los desechos y esto genera trabajo. Al respecto, agrega: “Creo que es un laburo súper valioso y no sé si tiene el reconocimiento de la sociedad. Esto no es un problema de indiferencia, me parece que los mecanismos de información y difusión no están debidamente desarrollados”.
“La gente que es más consciente del reciclaje es la que padece las consecuencias de no realizarlo”, afirma Carlos Wolpo de Red Reciclar, una asociación civil radicada en San Justo. Sostiene que la naturaleza es sabia, y cabe preguntarse si podemos convivir con ella sin dañarla en la cotidianidad.
Según los informes de CAIRPLAS y Ecoplas, las estadísticas de reciclaje en Argentina son bastante positivas. Desde su fundación hasta el día de hoy en el país se reciclaron más de 4 millones de toneladas de plástico, y se espera que sea un hábito que más personas incorporen en su día a día.
“La recolección diferenciada debería ser un hábito natural, sería como plantearnos qué tan bueno es para la salud lavarnos las manos. Debemos encontrar un modo de convivir con los residuos que generamos”, expresa Carlos.
Leyes y políticas públicas
Rondán explica que, si bien la legislación vinculada a los residuos existe hace mucho tiempo, el foco en el reciclaje es relativamente nuevo. “Entre las políticas de varios municipios cercanos puedo destacar la recolección diferenciada, la instalación de puntos verdes, programas de recolección de aceite vegetal usado y el fundamental trabajo de las cooperativas de recicladores”, añade.
A nivel local, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Moreno implementó las “Estaciones Verdes” en distintos puntos del municipio. Estos espacios fueron dispuestos para que los vecinos puedan acercar sus residuos y desecharlos diferenciando entre reciclables y no reciclables.
Elsa López trabaja en una de las estaciones ambientales ubicadas sobre la calle Bartolomé Mitre en Moreno Centro. Diariamente reciben una gran cantidad de residuos que los vecinos del partido se toman el trabajo de diferenciar antes de desechar. Comenta que “la gente recicla y afortunadamente ha tomado mucha más conciencia de su importancia, pero todavía falta camino por recorrer”.