Cuando hablamos sobre microcrédito hacemos referencia a préstamos de poca cantidad de dinero, que tratan de incorporar a emprendedores o trabajadores por cuenta propia a la economía formal. “No hay una definición universalmente aceptada, pero se puede decir que los microcréditos son pequeños créditos, dirigidos a aquellas personas que realizan una actividad por cuenta propia, los que podrían llamarse emprendedores de la economía social, que no tienen acceso a la banca tradicional”, dice Mariano Ojeda, Licenciado en Economía, Licenciado en Administración, Contador Público y titular del estudio contable FMO. En el mismo sentido, el profesional agrego: “La falta de financiamiento es un obstáculo para el desarrollo de estos emprendimientos, y los microcréditos permiten superar estos obstáculos”.
En cuanto al rol de los organismos que facilitan el acceso a estos pequeños créditos, la vicepresidenta de FONCAP (Fondo de Capital Social, bajo la órbita del Ministerio de Economía) y candidata a diputada nacional por la provincia de Corrientes, Sara Aparicio asegura: “Se denominan instituciones de microcréditos a las entidades que otorgan este tipo de financiamiento y que se encuentran localizadas en el territorio, con modalidades de crédito especificas (garantías solidarias, pagos escalonados, requisitos mínimos) y seguimiento de estos créditos, adaptados a las necesidades específicas de la población destinataria.”
La funcionaria explica cómo se atienden esas inquietudes: “Esto se plasma en el Curso de Educación Territorial (EFIT) y el curso Mejora tu emprendimiento con más de 34.000 inscriptos y 6.600 certificados entregados en todas las provincias”.
Sobre las principales fortalezas y debilidades que tiene esta herramienta, Ojeda dice: “La principal fortaleza es que permite acceder a pequeños créditos a aquellas personas que de otra manera no podrían financiar su emprendimiento o actividad”. Mientras que, sobre las debilidades, el profesional agrega: “Hoy en día son la falta de conocimiento de estas instituciones, por parte de la economía social”. En consonancia con el especialista, la directiva de FONCAP expresa: “La principal ventaja de los microcréditos es que frente a la necesidad real de financiamiento, ofrecen acceso rápido al crédito sin tanto tramite y con tasas de interés razonables”. A su vez, remarca la importancia de la figura de “Asesoras o Promotoras de Crédito”, para acompañar a los emprendedores y evitar que se “sobre endeuden”.
Mariela Salari, quien tiene un emprendimiento llamado Ke_cris_tal , de productos aromatizantes en la ciudad de Paraná expresa: “Es una herramienta muy valiosa tener hoy un microcrédito, dado que muchos emprendedores no cumplen las normativas para acceder a un crédito en una entidad bancaria”. Cuando fue consultada sobre el destino de ese crédito inicial, la emprendedora sostiene: “Se destina en la mayoría de los casos a la compra de insumos o de herramientas”, y añade: “En mi caso personal, me sirvió para hacer una compra mayorista de insumos (envases) para el producto que yo fabrico”.
En torno a la situación actual sobre los microcréditos en Argentina, Aparicio, del Foncap, asegura: “Hay más de 430.000 emprendimientos productivos en todo el país, lo que significa que hay mucha gente con ideas y proyectos. Nuestro objetivo es acompañarlos, sea con financiamiento a través de nuestra red de instituciones o con capacitaciones a medida para que puedan impulsar sus proyectos”. En cuanto al rol que debe ocupar el Estado afirma: “Nosotros creemos que el Estado tiene que acompañar a los emprendedores para que efectivamente puedan dar el segundo paso y a partir de ahí generar un desarrollo para que puedan transformarse en microempresas, en empresas y en pymes”.
Por su parte, Ojeda señala: ”Hay un informe disponible, que corresponde a la Comisión Nacional del Microcrédito (CONAMI), del año 2021, que menciona que existen 234 instituciones de microcréditos (organizaciones ejecutoras, en el informe), y que han gestionado poco menos de 19.000 créditos”. Con respecto a dicho estudio, la fuente consultada expone:” En el informe desagregado por actividad, se observa que el 30% de los créditos tienen como destino el sector comercios, en tanto que el rubro alimenticio y de recuperadores urbanos alcanza el 15% cada uno, marcando un poco hacia qué tipo de emprendimiento se destinan los microcréditos”.
Sobre la efectividad de los microcréditos, las tres fuentes consultadas opinaron de forma similar. En primer lugar, Ojeda opina: “Los microcréditos, junto a otras herramientas y programas sociales, son herramientas para la inclusión social. Permite que aquellas personas que realizan actividades por cuenta propia y con pocos recursos accedan al financiamiento de sus actividades, fomentando el trabajo autogestivo, y que mantengan la fuente de sus ingresos a través del trabajo, lo que tiene mucho valor”.
Pero matiza: “Vale aclarar que los microcréditos son una herramienta, pero no la solución para erradicar la pobreza”. En el mismo sentido y agregando la perspectiva de género, Sara Aparicio dice: “El 62% de los créditos que se otorgaron en el ultimo año con financiamiento de FONCAP fueron tomados por mujeres. Estas mujeres mediante sus emprendimientos tienen la posibilidad por primera vez de alcanzar su autonomía económica, tomar sus propias decisiones, proyectarse, y no depender financieramente de nadie”.
Por último, Salari, la emprendedora, recalca: “Totalmente es efectiva la herramienta como forma de inclusión social”, a lo que agrega “como también, los encuentros con otros emprendedores de otros pueblos u otras localidades, donde tener el beneficio del microcrédito es fundamental”. Como cierre, expresa: “Te da la satisfacción de estar haciendo algo por motus propio, de poder generarte tu propio empleo”.