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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

“Encontré en el hip hop una cultura que quiere cambiar las cosas”

La artista marplatense Juana Passeri, de 21 años y más conocida como Shitstem, se abre paso en la escena urbana nacional, con una fusión de rap y críticas sociales.

Desde muy joven y por su familia, Shitstem estuvo rodeada de música y de todo tipo de expresiones artísticas. “Tuve la posibilidad de aprender a tocar guitarra, batería, piano y saxo gracias a la escuela de música. Por un tiempo hice comedia musical y, a su vez, estudié aproximadamente 7 años de danza”, dice la cantante, cuyo padre, Facundo Passeri, fundó y dirige el Instituto Marplatense de Música Contemporánea-

Los temas de ella buscan imponer su propio estilo de rap, navegando por sonidos que remiten al folklore, candombe y tango. Letra y música van acompañadas de la mano, reivindicando en cada canción las luchas sociales contra un sistema patriarcal y que va en contra de las disidencias. En dialogo con ANUNM, la rapera de 22 años cuenta su proceso de lanzarse como artista y las dificultades que tuvo que superar, su experiencia como telonera de Marilina Bertoldi, su participación en el taller de hip hop infantil de Paka Paka, su perspectiva a la hora de componer y sus objetivos profesionales a futuro.

¿Cuándo comenzaste a introducirte en la música?

Desde siempre. Casi todo mi círculo familiar está relacionado con la música. Mi papá, por ejemplo, es baterista, percusionista y profesor. Por otro lado, mis abuelos son folcloristas, tocan el bombo legüero y la guitarra. Creo que todos estamos unidos por eso, pero cada uno siguió su camino. A medida que iba incorporando nuevos aprendizajes y conocimientos de diferentes instrumentos o disciplinas trataba de apropiármelos, todo eso me sirvió para lo que hoy en día hago. Todo esto llevo a que recién en el 2018 me animara hacer música, desde la composición de las barras, el sonido, los ritmos y demás.

Con el rap me pasó algo similar. Mi grupo de amigos escuchaba todo el tiempo rap en el colegio y participaba de las competencias de freestyle, algo que siempre me gustó y me llamó la atención pero nunca me animé a hacerlo. Me frenaba el hecho de observar que de parte de los varones nunca había una invitación a ser parte cada vez que se reunían a “tirar free”, la poca participación femenina era súper notoria por justamente esas limitaciones machistas del ambiente. Con el tiempo, con mucho más conocimiento sobre el hip hop y seguridad en mí, sin que me afecte tanto el qué dirán, me anime a rapear.

¿Cuáles son tus influencias musicales, y qué artistas escuchás actualmente?

Mercedes Sosa, ella me fascina, su música, su historia. Desde chica siempre estuvo presente en mi vida, siempre en mi casa la hemos escuchado y es una persona que me transmite mucho. Creo que es mi gran referente.

Y de los artistas que escucho actualmente está Acru, Marilina, Dillom y Saramalacara. Admiro que se produzcan autogestivamente y la variedad en sus sonidos, cada uno tiene un estilo distinto y único.

¿Qué mística encontraste en el hip hop para introducir tu arte en él?

Lo primero que me voló la cabeza del hip hop era su discurso, su objetivo en sí. Desde chica acompañaba a mi mamá a asambleas, centros culturales, marchas que me hicieron vivir experiencias muy diferentes y gratificantes. Siempre me encontraba rodeada de gente que quería cambiar las cosas para bien. A medida que fui creciendo fui viendo ciertas injusticias que me daban bronca, y me preguntaba por qué pasa esto. Y cuando conocí el hip hop sentí que encontré una cultura donde quería cambiar las cosas, o por lo menos, en sus principios era así. Al comenzar a leer muchísimos libros de hip hop me cuestionaba más cosas, y también le dieron sentido a otras, eso hizo que me enamore de la cultura. De saber dónde nació, sus pioneros, sus objetivos, su filosofía, todo esto hizo que quiera volcar mi arte en él.

Obviamente con el paso del tiempo, las cosas van evolucionando y se van trasmutando y tal vez hoy en día el “rap protesta” no es lo que más se use dentro del género, pero en sus inicios era la única forma en que la gente los escuche o encontrar un medio para poder expresarse. Eso inmediatamente llamó mi atención, despertó en mí el hambre de querer cambiar las cosas que ya venía teniendo hace muchos años y en donde encontré un espacio de contención y expresión.

¿A qué se debe tu nombre artístico “Shitstem”?

Desde que comencé a consumir libros de hip hop me fui interesando en su filosofía, en lo que proponían. Uno de los libros se llama “Generación Hip Hop”, en el aparecía “Shitstem” una palabra de origen jamaiquino que se usaba mucho en los años ’70 aproximadamente, en referencia al sistema en el que vivían en ese momento. Se trata de un juego de palabras entre “shit” (mierda en inglés) “tem” (sistema). Juntas serían “sistema de mierda”. Y lo elegí porque un poco me motivó a rapear el querer cambiar este sistema de mierda. Es algo gracioso porque eso que quiero cambiar es lo que da nombre a mí, a mi yo artístico.

Al momento de incursionar de lleno en la escena urbana, ¿cuáles fueron los obstáculos con los que te encontraste?

El hecho de que te ninguneen o no te tomen en serio, que ni siquiera te cuenten por ser mujer fue el obstáculo más grande y más notorio. Otros que podría nombrar son los económicos y personales digamos, en cuanto a la confianza de uno mismo. Pero lo primero que me encontré fue un desinterés total en querer incluir a pibas. Cuando consumía muchas batallas de rap, al ser fanática del Quinto Escalón, veía a pocas mujeres rapeando, eran aproximadamente 3 entre 500 pibes. Y eso no me alentaba a seguir, me sentía muy poco contenida en esa situación. Si había una mujer se la insultaba por su aspecto físico o qué hacía en relación a su sexualidad, fácilmente la tomaban por puta, y yo no me sentía preparada para ese tipo de trato. Actualmente, ese tipo de cosas están cambiando, hay que seguir luchando por esos espacios liderados por hombres. Y también se está revirtiendo el hecho de ver a una piba no como un rival sino como una compañera.

¿Qué sentiste al ver que tu tema “Huyan” formaría parte del soundtrack de la película nacional “El Suplente”?

Fue muy loco todo, porque la propuesta me llegó hace un montón y nunca coincidíamos con los horarios para que vea la película antes de su estreno. Así que la primera vez que la vi fue en el cine. Sabia de qué se trataba la película en términos generales, por los trailers que iban sacando y demás. Y la verdad, siento que fue una canción que la supieron acomodar muy correctamente, que calzó muy bien con la película, desde su temática como el momento en el que la pusieron. Justo aparece en el cierre de la peli y la verdad es que es un re honor. “Huyan” es un tema viejo y tal vez no me siento identificada al 100% ahora porque fue escrita en un contexto muy diferente en el que estoy actualmente, pero al verla plasmada ahí siento que la resignifico, tomo otro peso que me gustó.

¿Qué sensaciones experimentaste cuando te enteraste que ibas a abrir el show de Marilina Bertoldi en Mar del Plata?

La pasé mal, muy mal en cuanto a los nervios. Creo que dos veces me puse así en toda mi carrera. Y ambas coinciden en que terminé teloneando a artistas referentes que admiro mucho. La primera vez fue cuando tuve la oportunidad de tocar con Acru, que es mi rapero favorito hoy en día, y esta vez, fue abrir el show de una de mis artistas favoritas como Marilina. Cuando me dieron la noticia yo estaba con mi mamá y no caíamos. Mi vieja estaba totalmente eufórica, gritando de emoción y yo quedé completamente en shock. Además, la emoción también venia de la mano de telonearla en mi ciudad y tocar por primera vez en GAP, un lugar al cual frecuento para ver a otros artistas. Sabía que la mayoría del público no me conocía pero el recibimiento fue enorme, una hermosa experiencia de principio a fin. Después tuve la posibilidad, al terminar el show, de agradecerle a Marilina por el espacio y por la calidez que me brindó, como también el bancar a artistas emergentes que no necesariamente sean del mismo género.

En relación al taller de hip hop infantil gestionado por Paka Paka, ¿cómo fue la experiencia de transmitir tus conocimientos musicales a niñas y niños de varias partes del país?

Fue una locura, se realizó durante todo este año. Me dieron la oportunidad de ser la conductora de una serie de 8 capítulos que se llama “Queremos decir” y consistía en ir a 8 lugares diferentes de Argentina. Muchos de estos lugares eran al norte del país, a veces a ciudades grandes y a veces a pueblos muy pequeños. No hay dudas que la experiencia fue magnifica, el poder transmitirles a les niñes, enseñarles a rapear, mostrarles que el hip hop es un lugar para poder expresarse, en ese momento sentía que estaba haciendo algo, que estaba generando algo positivo.

¿Cuáles son tus objetivos a futuro?

Mi más grande objetivo en este momento es poder sacar mi disco. Es un proyecto que lo vengo pensando hace mucho tiempo, pero recién a mitad de 2022 se pudo empezar a materializar. Hace un par de años que vengo laburando en el concepto, sonido y demás, y espero que ya pueda salir. Toda mi energía va a eso ahora, así que estoy con muchísimas ansias. El disco abre un nuevo inicio para mí, una nueva etapa.

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