En los pasillos de la Universidad Tres de Febrero (UNTREF), cuando estudiaba Ingeniería en el año 2014, se enteró sobre la UNM y decidió que era momento de cambiar de establecimiento para seguir su carrera universitaria. Knaupp vivía en General Rodríguez y durante los meses de estudio había comprobado que viajar mucho y estudiar no era tan fácil como esperaba. Sumado a esto, debía trabajar, por lo que eso implicaba un esfuerzo mayor.
“Me gustaban las orientaciones que tenía la Universidad. Me anoté en Multimedios pero me recibí en Aplicaciones Agropecuarias, siendo el primer graduado de esa orientación”, comenta el ingeniero electrónico. Los proyectos, las presentaciones a Congresos y las becas por parte de la Universidad fueron una gran motivación para seguir en carrera.
“Participé de una investigación entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la UNM” expresa Knaupp, quien además destaca el gran apoyo que hay de los profesores dentro de la carrera para seguir tendiendo puentes.
Formando parte de esa investigación, desarrolló un equipo que permite sistematizar las muestras de compactación de suelo en localizaciones predeterminadas, como lo puede ser un campo sojero.
Por otra parte, debido a sus calificaciones y los proyectos en los que había participado, recibió la Beca YPF. Esta última y sumado a la beca que recibía del INTA, le dio la oportunidad de dedicarse del todo al ámbito académico. Esto sucedió durante los últimos dos años de carrera. “Cada vez que necesitábamos algo, la Universidad nos lo dio. A sus tiempos, obvio. Pero siempre cumplió y eso está bueno porque te da ganas de seguir haciendo cosas”, comenta el ingeniero.
Estar en la biblioteca silenciosa, leer abajo de los árboles, las charlas con compañeros y más, son algunos de los recuerdos de Lucas de su paso por la UNM. Sin embargo, destaca su momento más activo socialmente: “Formé parte del claustro estudiantil, siendo representante de Ingeniería Electrónica dentro de la UNM.”
Fue consejero de carrera durante dos años y estuvo en contacto con personas de otros estudios académicos de la Universidad. Además señala: “Tengo muy buenos recuerdos de las elecciones, de ir a una reunión y tratar de resolver un problema, juntarme con coordinadores, presentar papeles, entre otras cosas.”
Las universidades del Bicentenario, como lo es la UNM, vienen a cumplir un objetivo como es el que los ciudadanos de todo el Conurbano puedan llegar a los estudios superiores y graduarse. La mayoría de quienes ingresan a estos establecimientos son la primera generación universitaria en la familia.
“Tus padres te acompañan hasta la secundaria y a partir de ahí ya es camino desconocido para la familia entera y creo que la Universidad de Moreno estaba preparada para recibir estudiantes de ese tipo y eso es lo más importante”, afirma Knaupp, quien es el primero de su familia en tener un título universitario.
Aun así, es de amplio conocimiento que hay cierto prejuicio a la hora de elegir universidades del Conurbano“Hoy en día trabajo con gente muy grosa de la UBA, la UTN y el ITBA. Creo que mi nivel no está por debajo. Cualquier estudiante de ingeniería en Moreno puede salir al mercado laboral y defenderse”, concluye Lucas.
Luego de recibirse, consiguió trabajo en Moreno en una empresa llamada eFalcom, en la cual trabajaba en el sector de automatización Industrial, y un año y medio después entró a Satellogic, una empresa especializada en satélites. ¿Qué hace allí? Forma parte del equipo de electrónica y diseña placas electrónicas o PCBs, da soporte técnico a la planta que ensambla los satélites y colabora con otras disciplinas para la validación y testing de subsistemas satelitales.
Actualmente, en sus tiempos libres, Lucas toca el bajo en la banda de su hermano, “El jardín es un desastre” y disfruta de viajar para escapar un poco de sus actividades diarias.
