El proyecto Puente al Empleo tiene por objetivo transformar los programas sociales, educativos y de empleo en trabajo registrado de calidad. Esto, de concretarse, ayudaría a que las personas que se encuentran en situación social y económica de vulnerabilidad puedan acceder a propuestas de desarrollo productivo y laboral.
En este sentido, durante 12 meses los empleadores del sector privado contratarán trabajadores que participen en los programas sociales, educativos o de empleo, los cuales serán pagados en parte por el el plan en vigencia y el resto será a cuenta del empleador, cumpliendo el salario de convenio por la categoría y actividad que desempeñe el contratado. Así, el gobierno garantiza el trabajo y propicia una ayuda a las MiPyMEs.
María Maneiro, doctora en Sociología e investigadora del CONICET, afirma: “Puente al empleo es una buena iniciativa que intenta convertir programas de remuneración escasa en trabajo registrado. En ese sentido, toda iniciativa es digna de prestarle atención y se pretende el éxito de la misma”.
En esta línea, el trabajador que acceda a este programa podrá retener el beneficio mientras trabaje en la empresa privada y, al cabo de un año, podrá decidir si mantiene el plan o continúa con el trabajo formal, el cual cuenta con cobertura médica, de riesgos de trabajo y todos los beneficios de estar “en blanco”.
Otras miradas
A raíz de esta propuesta, también existen preocupaciones sobre el futuro del proyecto. Maneiro, quien también es especialista en luchas y movimientos sociales menciona: ”Como han dicho otros expertos y analistas, este tipo de iniciativas ya se ha intentado en tiempos previos y han tenido grandes dificultades para convertirse en políticas estratégicas que puedan modificar de forma sustantiva el mercado de trabajo”.
Asimismo, Jorge Colina, economista y especialista en economía laboral, afirma que “no es posible transformar los planes en empleo en blanco ya que no hay trabajo para aquellos que no perciben planes, menos va a haber para quienes si lo perciben y tienen serios problemas de empleabilidad en la economía formal”.
Desde los movimientos sociales de izquierda, Puente al Empleo podría ser un retroceso en la economía. Eduardo Belliboni, dirigente y representante de la Unión Piquetera expresó a ANUNM: “Esto va a retroceder la economía porque es una decisión solamente administrativa y no evalúan la situación en general. Considero que son anuncios publicitarios del gobierno”. Norma Morales, secretaria del sindicato Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, sostuvo: “Esto es un conflicto ideológico, las empresas no van a tomar a integrantes de organizaciones sociales ni sindicatos, en un año vamos a volver al plan”.
En relación a la situación contractual, Colina explica: “La contratación con la Ley de contrato de trabajo se ha vuelto tan costosa (entre ellos, la aplicación de convenio colectivo, los riesgos de indemnización por despidos que es muy alta y las posibles demandas judiciales) que hace que ningún empleador se arriesgue en dar empleo en blanco a beneficiarios de planes sociales”.
En este sentido, es evidente que es necesaria la construcción, organización y coordinación por parte del Estado y las MiPyMEs. “Lo que consideramos que es necesario es que primero sea el propio Estado quien genere empleos de calidad, con seguridad social y que se transforme en el último empleador de los trabajadores que tienen dificultades en su empleabilidad y capacidades de gestión dentro del mercado de trabajo”, recomienda Maneiro.
A la par, Morales sugiere: “También el Estado debería capacitar a aquellos que van a insertarse en el mercado laboral para que crezca la oportunidad de conservar su empleo y que el empleador vea las facultades que tienen las personas”.