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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Niños prematuros: un desafío para toda la familia

La ciencia realizó enormes avances para tratar a los bebes que nacen antes de tiempo. Hablan profesionales de la salud y dos madres.

El 17 de noviembre fue instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Día Mundial de los Niños Prematuros. Esta fecha busca concientizar sobre la prematurez y qué implica para todo el entorno que acompaña esta situación, desde el sistema de salud que necesita contar con un sector de neonatología de alta complejidad, el personal especializado que interviene de manera interdisciplinar y las familias que ingresan en un proceso de adaptación.

Ante la pregunta “¿qué es un niño o niña prematuro?”,  la doctora neonatóloga Mara Vaihinger, a cargo del sector de Neonatología del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, dice: “Un niño/niña prematuro/prematura y su familia es un desafío. Y cuando hablamos de prematurez hablamos de un espectro. Sabemos que la OMS define prematuro todo aquel bebé menor de 37 semanas de gestación”.

Por su parte,  la docente María del Carmen Crivella, que prepara a enfermeros y enfermeras para el área de Neonatología en el Centro de Formación Profesional 4506, dice: “El niño prematuro es el que nace antes de la fecha probable de parto. Es prematuro o pre-término. Los prematuros extremos son de 24 semanas, estamos hablando de bebes muy pequeñitos, que muchas veces son incompatibles con la vida. El bebé más pequeño que acompañé fue de 22 semanas, de 420 gramos. Sobrevivió gracias a la complejidad del servicio”.  

Respecto al espectro en el que se ubican los prematuros, Vaihinger agrega: “El 80% de los prematuros que nacen son los que llamamos prematuros tardíos, nacidos entre la semana 34, 0 y la semana 36, 6” (el número tras la coma corresponde a cantidad de días).  Les siguen los prematuros moderados, son aquellos prematuros entre 32 y 33 semanas. Después están los muy prematuros que son aquellos menores de 32 semanas. Y luego están el grupo de los extremadamente prematuros que son los menores de 28 semanas”.

Según el portal de la Sociedad Argentina de Pediatría,  “la prevalencia de la prematurez en Argentina es del 8%”. De estos prematuros la minoría, según cuenta Vaihinger, son los menores de 32 semanas (prematuros moderados y extremadamente prematuros), que “aunque son un grupo muy pequeño tienen un gran impacto en la mortalidad infantil”.

La llegada de un bebé prematuro es un acontecimiento distinto a los nacimientos a término. Crivella al respecto dice: “Cuando nace un bebé prematuro se enferma toda la familia. Porque la familia tampoco está preparada para el nacimiento. Y la familia lo ve muy pequeñito”. Además, señala: “Yo sé que se pueden hacer muchas cosas, que los niños sobreviven y pueden tener una buena calidad de vida. Pero siempre que recibís un prematuro los padres también son prematuros. La familia también está enferma. Los abuelos lo van a tomar distinto, los hermanos también.”

Las causas posibles

Respecto a si es posible detectar que llegará un bebé de forma prematura Vaihinger dice: “El principal antecedente, el principal factor de riesgo que dice que el bebé va ser prematuro, es que la mamá haya tenido un prematuro antes de ese embarazo. Ese antecedente es muy fuerte”. Puede tratarse también de una madre primigesta (madre por primera vez), según contó la neonatóloga, además de que existen “enfermedades no transmisibles como la hipertensión, que se puede combinar con la preeclamsia, condiciones que a veces se mantienen en la vida de una mujer, y aumentan el riesgo de la prematurez”, amplió.  

Vaihinger advierte que los procesos inflamatorios pueden incidir en un parto prematuro. “El mal estado dental, la periodontitis, que uno dice ¿qué tiene que ver la boca con la placenta y el nacimiento prematuro?, pero se vio que el estado dental malo, la periodontitis que es una inflamación en las encías, esas bacterias pueden afectar la placenta, generar un estado de inflamación y desencadenar el parto prematuro”, revela.

El Hospital Materno Infantil Ramón Sardá es una institución nacida en 1930, referente en Neonatología para todo el país, junto al Hospital Garrahan y el Hospital de niños Ricardo Gutiérrez, todos ubicados en la ciudad de Buenos Aires. Cuenta con un Centro de Lactancia Materna y un Banco de Leche Humana. Según la licenciada en Nutrición Daniela Cassini, quien trabaja en estos sectores del Sardá, la leche extraída de las madres de prematuros es de vital importancia. Muchos de ellos son alimentados vía sonda durante el primer período hasta que adquieran la fuerza y constancia para succionar.

Además, Cassini cuenta que “la leche de las madres de prematuros es rica en proteínas” y está hecha con un refuerzo inmunológico para su bebé. Sin embargo,  resalta que es muy importante y valioso que otras madres donen su leche para los bebés prematuros que lo requieran. Relató que hay madres que aunque están dadas de alta con sus bebes recién nacidos, hacen la noble labor de seguir acercándose al hospital para donar su leche a otros bebés. “Es de gran bendición tener el Banco de Leche Humana”, opina.

El testimonio de las madres de niños y niñas prematuros y prematuras es una ventana a la intimidad de esta problemática de salud pública. Giuliana Gómez fue madre de una bebé prematura de 37 semanas hace  casi 11 años. “Cielo nació con 2,350 kilos., al siguiente día bajó a 2 kilos. Y por ese motivo quedó internada en Neo. Estuvo un mes ahí.” Otra complicación, comenta, fue que tenía la “bilirrubina alta, por lo que estaba en lámpara y eso hacía que no subiera de peso”. Además, recuerda: “También no tomó el pecho porque no tenía fuerza así que tenía que tomar mamadera”.

Las complicaciones que tuvo Giuliana durante el embarazo fueron hipertensión, retención de líquidos y cierto grado de insuficiencia renal.  En sus análisis de orina salió las “proteínas altas”, una condición conocida como preeclamsia que provoca la suba de la tensión arterial. Al ser una madre “primeriza” recordó que “sentía miedo” durante la instancia que su bebé duró en Neonatología.

Por su parte, Nardis Duarte fue mamá de una bebé prematura de 30 semanas. “Mi beba pesó 1,500  kilos. Y estuvo 47 días en Neonatología”. En su caso, no había tenido ninguna complicación durante el embarazo, pero a último momento sufrió un desprendimiento de la placenta, lo que constituye una emergencia médica ya que el bebé deja de obtener oxígeno y nutrientes. A pesar de haber tenido este parto prematuro Nardis comenta: “Por suerte mi beba no tuvo ninguna secuela, pero por ser prematura le mandaron hacer Estimulación Temprana”.

Los cuidados en casa

Crivella recomienda: “Todo el primer mes no recibir visitas. Si no te queda otra, los abuelos que siempre quieren ver al bebé, los pones a través de un vidrio. Tampoco se lo toca, ni se le da besos al recién nacido”.

Por su parte Vaihinger dice: “Siempre se promueve la lactancia materna. Otro aspecto importante es el sueño seguro, la posición para dormir del bebé es boca arriba, la cuna no tiene que tener almohadas, el colchón tiene que ser firme y que contacte con los bordes de la cuna. Sabanita abajo, sabanita arriba debajo de las axilas con los bracitos libres, sin sobreabrigarlo”. También resalta: “Nosotros damos un curso de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) para cualquiera que vaya a estar el contacto con ese bebé. Porque los bebés tienen más riesgo de muerte súbita. Es un evento, por suerte muy infrecuente, pero los preparamos para salir con esa herramienta.” La última recomendación es buscar el resultado de la placenta para saber por qué nació ese bebé de manera prematura y poder planificar en un futuro.

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