En Argentina el promedio de residuos sólidos urbanos es de 45.000 toneladas diarias, lo que equivale a una tonelada de basura cada dos segundos, con el consecuente impacto negativo en el ambiente. Se generan por día más de un kilo de desperdicios por persona, y el 20% de estos son envases ya usados. Por la falta de una ley específica, profundizan la contaminación de suelos y aguas.
La idea de “economía circular” busca transformar la manera mayoritaria de producción y consumo, y se basa en reutilizar los residuos, reduciendo su cantidad y aliviando el impacto en la naturaleza. Una normativa sobre los envases sería de gran ayuda en ese proceso. Natalia Mazzei, activista, abogada,y autodefinida como “ecointensa”, dice: “Los recursos tomados de la naturaleza y utilizados para producir determinados objetos deben tener varias vidas útiles, es decir, que ese producto una vez que cumpla la función para la que fue credo, se pueda convertir en otra cosa, posponiendo la disposición final de ese residuo. Eso se logra a través del reciclaje”.
Por su parte, Isidro Blanco Strasser, Coordinador de Desarrollo Institucional y Community Manager de la ONG, Consciente Colectivo, cree que “la economía circular es un paradigma que llegó y debería quedarse. Hay que abandonar esta idea de economía lineal, comprar, usar y tirar, ya esa cultura del descarte no va más, porque está afectando al planeta y a los ecosistemas”. Además, propone cambiar el término basura, que tiene un sentido peyorativo, al de residuo, que remite a materias primas que puedan servir para producir nuevos bienes y servicios.
Un proyecto descartado
La difícil situación que generan los residuos sólidos urbanos hace necesaria su regulación a través de una Ley de envases. La misma apunta a una gestión ambiental sostenible de los recipientes, desde su producción hasta su disposición final. No obstante, la norma no se pudo ser aprobada en el Congreso el pasado año ni fue incluida en las sesiones extraordinarias de este verano. ¿Habrá voluntad de las mayorías legislativas para sancionarla en este 2022?
El último Proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Gestión Ambiental de Envases y Promoción del Reciclaje Inclusivo (tal es su nombre oficial) ingresó en la Cámara de Diputados el 6 de julio de 2021, presentando por los legisladores del Frente de Todos: Federico Fagioli y Leoonardo Grosso. La iniciativa fue aprobada en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano y tuvo dictamen en la Comisión de Presupuesto y Hacienda el 16 de noviembre del año pasado, con 27 firmas de 49.
El proyecto promovía la regulación de la gestión de envases vacíos. Además, creaba el Fondo Nacional para la Gestión de Envases y Reciclaje Inclusivo (FONAGER), para el financiamiento de programas de monitoreo, fortalecimiento, coordinación y articulación entre las partes. También incorporaba la responsabilidad social extendida al productor. Y una tasa de hasta el 3% del valor del envase elegido por introducir uno no reciclable en el circuito de consumo.
La “ecointensa” Mazzei considera: “Los recuperadores urbanos tienen un rol fundamental. Ellos gestionan los residuos reciclables de manera informal. Durante años han recuperado toneladas de material reciclable, que el resto de la ciudadanía tiraba a la basura mezclada con otro tipo de materiales no reciclables y materiales orgánicos. Mediante esa separación y recuperación lo que se logra son toneladas de residuos reciclables que se venden a la industria del reciclaje y que posteriormente cobran una nueva vida, convertidos en otros productos con un nuevo uso”.
La iniciativa había generado el rechazo de sectores empresariales que indicaban que, de aprobarse, iba a aumentar los precios de los productos. Mariana Saidón, Investigadora de Conicet, Coordinadora del Área de Ambiente y Política de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín, docente en la UBA y miembro de la Red de Investigación y Acción sobre Residuos (RIAR), expresa: “La ley apunta a incorporar materiales reciclados en los productos. Por un lado, esto evita el impacto ambiental de la contaminación de los residuos, y por otro, la sobreexplotación de materiales vírgenes para la producción. Entonces, también impacta positivamente sobre el ambiente en tanto se explotan menos recursos no renovables, además se evita un consumo sustantivo de energía-
También reflexiona Mazzei: “Ley de envases con inclusión social busca que los productores se hagan cargo de ese envase que colocaron en el mercado, a través de una tasa o de la diagramación de circuitos de recuperación de envases. Los productores deben incorporar el costo ambiental de los productos que ponen en el mercado y empezar a desarrollar otras estrategias de embalaje”.
Esta importante norma, de sancionarse, englobaría muchas aristas. “La ley busca incluir en el mercado laboral a 150 mil recuperadores urbanos, hoy en la informalidad, dándole dignidad a su trabajo” sostiene Mazzei. En ese sentido , Blanco Strasser, coordinador de Consciente Colectivo añade: “Nadie mejor que ellos para luchar por sus derechos. Apoyo la lucha de los recicladores urbanos”.
Por otro lado, Saidon agrega que en términos económicos se espera que tenga un impacto positivo, ya que fomenta la industria del reciclado, permitiendo formalizar la actividad de los recuperadores y dinamizar la economía.: “Beneficiaría a la sociedad en su conjunto, a los municipios que tienen presupuesto ajustados, a los recuperadores, actor absoluto excluido del sistema y al Estado, que por esta vía indirecta generaría una mejor situación fiscal, que permitiría hacer nuevas políticas que reactiven la economía”, afirma.
¿Qué dicen desde las cooperativas de trabajo que se dedican al reciclaje? Cristina Romero, de Eco Pioneras de Campana, asegura: “Nosotras nos sentimos parte de un nuevo paradigma socio cultural como lo es la economía circular, ya que no sería posible un nuevo modelo de innovación y comercialización si no existe educación ambiental y concientización en el consumo.”
Y agrega: “La Ley de Envases para nosotros es una herramienta fundamental; es indispensable que se pueda aplicar y controlar. Nosotros somos uno de los ejemplos a los que esa ley beneficiaría. Soy consciente también que con la Ley de Envases no alcanza; si realmente la Ley de Educación Ambiental no se aplica como corresponde, todo lo demás es en vano.” Mientras tanto, ¿qué sucederá de ahora en más en el Congreso?