Periodista, escritora y docente, Romina Zanellato, entre muchas otras cosas, ha investigado sobre el rol de la mujer en la historia del rock nacional. Su obra “Brilla la luz para ellas: Historia de las mujeres en el rock argentino 1960-2020( (Editorial Marea) es uno de los primeros libros que tratan sobre el tema con profundidad y está y narrado desde una perspectiva feminista. Son innumerables las entrevistas que realizó a artistas, cantantes, escritoras, fotógrafas, productoras, y otras protagonistas del género para poder tener hoy un soporte de historia y testimonios en cuatrocientas veinticinco páginas, seis capítulos, cientos de nombres, apellidos, fechas, lugares, y una increíble playlist en código QR para disfrutar.
La primera pregunta es por qué hablar de rock y mujeres…
Porque el rock -en su acepción más amplia, de cultura, movimiento y género musical- es lo que me interesa y a lo que le dedico mi trabajo. Es esta historia la que yo no encontraba en mi biblioteca y necesitaba leer, aprender.
¿Cuánto tiempo te llevó la recopilación de información y la escritura del libro?
Más o menos me llevó dos años desde que lo garabateé hasta que lo entregué en agosto de 2020.
A medida que ibas juntando esa información, entrevistando, leyendo, ¿cuál fue, si es que lo hubo, el patrón que se deja ver de manera reiterativa en la vida y en las historias de las mujeres del rock argentino?
Vi varios patrones en las historias de las mujeres en el rock, y es por eso que el libro está estructurado en capítulos por décadas, porque muchos de esos patrones corresponden a hechos o conductas que las pude agrupar de esa manera.
¿Qué historia de las que pudiste conocer te atravesó, te dejó pensando o con ganas de saberlo todo?
Una de las historias que más me intriga es la de Fabiana Cantilo, que necesita que alguien la escriba como una biografía.
¿Alguien se quedó afuera? ¿Te quedaste con ganas de entrevistar a algún personaje?
Entrevisté a todas las que quise, por suerte. La que más me hubiera gustado entrevistar es a María Gabriela Epumer, que obviamente no pude pues está muerta hace muchos años.
¿Qué sucede con la incomodidad individual y colectiva que se genera en el mundo rockero clásico, que es de por sí machista, , con este nuevo mundo del rock en formación, un poco menos desigual?
Me parece que la incomodidad es propia de la sociedad ante el avance de la mujer organizada y sus victorias. La mujer y todas las identidades feminizadas y no binaries, claro. Lo mismo pasa en el fútbol, en la economía y en la mesa familiar los domingos. En general se presenta con varones grandes -de edad-, aunque no siempre, que quieren proteger el buen gusto, los buenos modales, las formas (del rock, del deporte, de la familia) porque sienten que sus valores y sus tradiciones, en las cuales basan su identidad, están amenazadas.
¿En qué aspectos creés que hemos avanzado notoriamente como colectivo rockero feminista y en qué otros no se ha cambiado tanto?
Esa respuesta ya la sabés vos, que estamos hablando de esto ya es un avance. (Sonríe)
¿Fue adrede el dejar a las mujeres fuera de la historia durante mucho tiempo, o fue una suerte de “despiste” inconsciente?
Está expresado en el libro, pero creo que fue una respuesta cultural en determinados momentos y en otros fue una decisión de mercado. Todo profundamente ligado a unas costumbres machistas, por supuesto.
Tocás temas muy complejos (y necesarios) a través de la música como por ejemplo los tiempos del rock en la dictadura, o situaciones de extremo machismo como violencia, abuso y poder, o nuevas identidades que rompen con lo clásico y heteronormativo del género, entre otras. ¿Qué fue entre todos estos acontecimientos lo que más te impactó?
Las cosas que más me impactaron no las pude poner en el libro porque las involucradas no están preparadas para contarlo aún. Me impactaron, pero no me sorprendieron.
Si tuvieras que describir en una palabra o una frase, ¿cómo describirías las décadas de los 60’, 70’ y 80’ que dieron paso a un nuevo rock como lo es hoy en 2021?
Imposible, no podría hacerlo en una palabra o una frase.
Tu mensaje a través del libro es muy amplio. En realidad nos deja muchos mensajes, empezando desde el descubrimiento de la historia o de una nueva perspectiva, de persistencia y fuerza, de visibilidad y acercamiento de la historia, de una visión feminista, también nos transmite angustia y desconcierto por lo que se oculto y sigue oculto, entre un montón de mensajes mas. ¿Pero cuál es el mensaje particular que te dejó el libro a vos?
Me alegra saber que esa fue tu lectura del libro, no necesariamente fue una intencionalidad de mi parte. Hice lo que creía que tenía que hacer, reconstruir una arista de esta historia desde la perspectiva que yo trabajo: feminista. No será la única forma de contarlo, ni la última, ni la primera. A mí me dejó un gran saldo el libro: pudo hacerlo. ¡Que no es poco!
¿Este libro tiene todo lo que quisiste contarnos? ¿O viene quizás alguna segunda parte?
No viene una segunda parte, porque abarqué hasta el presente. El libro era más grande incluso, corté mucho, pero fue agua para mi esponja. Todo eso quedó en mí como conocimiento. ¡Espero que no escurra!
¿Qué canción, o álbum recomendás por sobre tantos otros? ¿Y por qué?
Celeste y La Generación de Celeste Carballo, de 1984, el año en el que yo nací. Porque es el primer disco de punk, y es asombroso, maravilloso, espectacular.
¿Cuál es tu artista favorita?
Sin dudas, Diana Nylon.
¿Quién te hubiese gustado que lea “Brilla la luz para ellas”?
Me hubiese gustado que mi amiga Rosario Bléfari (Nota de la r: fallecida en julio de 2020) lo lea, que sólo leyó algunas partes.