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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

“La ciencia, la tecnología y la innovación van a sacar a la gente de la pobreza”

Ramiro Perrota es científico, docente en la carrera de Biotecnología de la UNM y formará parte de un ambicioso proyecto para "de-extinguir" al mamut lanudo a través de un trabajo genético con elefantes asiáticos. ANUNM lo entrevistó para que explique esa iniciativa y cuente su mirada sobre la ciencia en Argentina

“Yo voy por el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad, de eso se trata el proyecto de la de-extinción del mamut”, Foto gentileza Ramiro Perrotta.

Un científico formado en todos sus niveles en la educación pública será parte de un importante equipo interdisciplinario internacional, que tiene como finalidad “restituir” al mamut lanudo a Siberia. Ramiro Perrotta, biotecnólogo y docente de la UNM, se integrará al proyecto del Doctor George Church en la Universidad de Harvard en EEUU, que tomará al actual elefante asiático y que mediante edición genética obtendrá nuevos animales más resistentes al frío (similares a aquella especie desaparecida hace miles de años) y que podrán reinsertarse en el ecosistema del Ártico para mitigar el efecto del cambio climático.                                                                                            

¿Cuál fue tu recorrido hasta llegar a este presente?

Cuando terminé la secundaria no sabía si estudiar Bioquímica o Medicina. Me gustaba algo relacionado a la ciencia o la salud humana. Soy de Wilde, Avellaneda y encontré Biotecnología en la UNQ. Es una carrera que permite investigar, del lado de la salud humana y/o el medio ambiente. Tiene salida a muchos campos de la ciencia y a medida que avanzaba en la carrera me iba gustando más.

Comencé el seminario para terminar la carrera en un laboratorio de biomembranas que trabajaba con nanopartículas. Después hice el doctorado con el Doctor Gabriel Rabinovich, un científico argentino que trabaja en inmunología y cáncer. Allí empecé trabajando en inmunooncología del cáncer de mama.

En 2019 sabía que mi postdoctorado lo quería hacer afuera. Ese año tenía que hacer una pasantía en el Hospital Mount Sinai en Nueva York. Vi un documental sobre el proyecto de de-extinción(contrario a extinción) del Doctor George Church, pensé “es increíble” y le escribí un mail y le pregunté si podía hacer el postdoctorado en su laboratorio. Él es el jefe del laboratorio al que voy a ir a trabajar.

Aceptó mi pedido, viajé a Boston y tuve una larga entrevista. Meses después ya en Argentina, me respondió que me aceptaban, pero que tenía que conseguir una beca. Después vino la pandemia y en marzo de este año la organización sin fines de lucro Revive & Restore, que trabaja en conjunto con el laboratorio del Doctor Church, ofreció una beca para trabajar en este proyecto de de-extinción. Esa era mi oportunidad. Tuve que entrevistarme con mucha gente, confeccioné un proyecto y escribí lo que iba a hacer cuando fuera al laboratorio. En julio me aceptaron para ser parte del proyecto, voy a viajar en enero a Boston, si todo va bien.

 ¿Por qué es importante hacer esta tipo de investigaciones?

La ciencia tiene que adoptar un componente disruptivo de forma inmediata, sobre todo con el cuidado del medio ambiente; hay que hacer cosas que no se hicieron hasta el momento, para tener resultados. Yo voy por el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad, de eso se trata el proyecto de la de-extinción del mamut.

¿En qué consiste este proyecto?

El proyecto es sacar a los elefantes asiáticos de una región donde están acosados y con una pérdida de ecosistema importante. Ellos son una especie en extinción. Además, se avanzaría en el entendimiento del genoma del elefante y se apuntaría a salvar al 25% de las crías de elefantes que nacen en cautiverio y que mueren por causa de un herpes virus. Esto se puede lograr desarrollando alguna vacuna, o se puede abordar desde el punto de vista de la biología sintética, editándolo genéticamente y haciéndolo resistente a estos virus.

Los elefantes además de completar el ecosistema, pastar y compactar la nieve, contribuirían a derribar árboles y moldear nuevamente ese ecosistema, manteniendo las temperaturas acordes, para evitar la pérdida de los gases de efecto invernadero que están atrapados bajo el hielo.

En edición genética hay que mejorar tecnologías existentes, hacerlas más eficientes; eso va a traer beneficios que podrán utilizarse en humanos o en otras especies.

Esta es una de-extinción de genes, no de especies, porque no hay células vivas de mamut. Lo que se encontraron fueron restos muy bien conservados en Siberia. Se pudo extraer el ADN, reconstruir el genoma y se lo alineó con el del elefante asiático, el pariente más cercano al mamut, ya que comparten 99, 6% del genoma. Esta parte es muy importante porque si no parece que se van a revivir mamuts del pasado.

¿Qué beneficios se lograría con el retorno de esta especie?

Hay dos objetivos: uno, mitigar los efectos del cambio climático restableciendo y reestructurando un ecosistema, y por el otro lado, la conservación de especies en extinción. Para eso se necesitan ideas innovadoras. Todo desde un punto de vista ético.

En la COP26 se trató el tema del cambio climático y las emisiones de dióxido de carbono atmosférico siguen subiendo. Son todas promesas y nunca cambia nada.

¿En Argentina cómo estamos en el área de investigación científica?

 Ahora con lo que pasó con la Covid, el sistema científico y los laboratorios estuvieron al pie del cañón, trabajando para responder al problema. La pandemia nos hizo conscientes de lo importante que es la ciencia, tecnología e innovación, tanto en el país como en el mundo. Pero no veo cambios, no veo que esos cambios se trasladen a nivel de sueldos, a nivel de subsidio de proyectos, o de cómo se ve o se concibe la ciencia en Argentina. El tema de sueldos para mí es algo importante; toda la gente trabaja para poder vivir básicamente, hay una creencia en que el científico trabaja por vocación, y bueno, a mí me encanta lo que hago, pero también me gustaría cobrar bien.

La ciencia, tecnología e innovación van a sacar a la gente de la pobreza, estoy seguro. Soy un poco reacio a creer que esa solución es solo del Estado, para eso hay que trabajar con capitales privados para generar y mejorar la ciencia y articular la transferencia tecnológica. Cuando vos desarrollás algo es del CONICET, bárbaro porque el Estado invirtió plata, pero si nosotros no articulamos eso para generar una empresa o una pyme que le retribuya al Estado, para también generar puestos de trabajo y sacar gente de la pobreza, no sirve. Yo creo que esa articulación hace años está truncada o no funciona de forma eficiente. Pienso que la solución está en ver cómo funciona en universidades en el extranjero y articular esto con empresas privadas que puedan licenciar las patentes.

¿Cuál es tu relación con la UNM?

Yo soy Ayudante de Cátedra en Introducción a la Biotecnología, que es una de las primeras materias de la carrera y le damos a los estudiantes un panorama de todo lo que sigue. Es mi primera experiencia en docencia universitaria fuerte. Tengo muchas responsabilidades, todas las semanas doy clases a los chicos, la parte práctica y la teórica. Al principio no sabía si me gustaba la docencia y cuando empecé, la verdad me gustó bastante, sobre todo poder explicarles e incentivarlos. Pero lo mejor es explicarles técnicas nuevas o estos proyectos “locos”, para incentivarlos y que les guste o que se den cuenta que no es lo que quieren. La realidad es que ellos vean lo que van a poder hacer como biotecnólogos.

Creo que tiene mucho potencial la UNM, hay mucho lugar y excelentes instalaciones. tenemos que tratar de acercarnos a lo mejor en educación de la Argentina y en calidad en investigación a los mejores institutos, pero tratar de abordarlos de un lado diferente, no hacer lo que se hace en todos lados. Eso puede darle a la UNM una diferencia que no encontramos en otros centros de investigación del país.


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