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Estudiante de Comunicación Social (UNM)

Esas fotos que van a mil

El 21 de septiembre se celebra el Día del Fotógrafo en la Argentina y otros países de Latinoamérica, en recuerdo de la realización del primer daguerrotipo registrado en la región. Hablan tres profesionales.
Imagen tomada durante el homenaje al reportero gráfico José Luis Cabezas tras cumplirse 20 años de su asesinato, en 2017, organizado por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA). Foto: Melody Abregú, de Anccom.

Leandro Teysseire, reportero gráfico de Página 12, delegado gremial en el SiPreBA y editor del Área de fotografía en la Agencia de Noticias de Ciencias de la Comunicación de la UBA (ANCCOM), afirma: “La situación con los reporteros de prensa es conflictiva. Con los compañeros de Página 12 cobramos por debajo de la línea de pobreza, aunque es algo del gremio de prensa en general y del medio en particular”.

Hay quienes categorizan el estado del periodismo fotográfico en la Argentina como dramático, ya que cada vez hay menos puestos estables en relación de dependencia y los freelancers están mal pagos. Eso asegura Rodrigo Abd, reportero gráfico y ganador del Pulitzer 2013 en la categoría Breaking News Photograph. Él agrega: “Otra cuestión dramática es que algunos colegas se fueron a fotografiar diferentes políticos con su propio relato sobre lo que pasa. Esto genera, en términos editoriales, que el periodismo haya perdido espacio”. Sin embargo, no todo es negativo, ya que hay apariciones constantes de espacios como proyecciones, talleres o espacios educativos que generan que los fotógrafos profesionales puedan incrementar sus ingresos, según considera Abd.

La aparición de los celulares puede – o no – dificultar la situación del reportero gráfico. Por un lado, permite que el fotoperiodista saque las fotos con el celular para no llamar la atención, pero por el otro lado, los medios tradicionales se aprovechan de las personas que continuamente toman imágenes y comparten este material de forma gratuita o sin créditos, asegura el delegado gremial de SiPreBA. De esta manera, agrega Teysseire, “el problema no es el celular, sino cómo los diarios utilizan eso para no pagarle a los trabajadores de prensa. Esto impacta en el ámbito laboral”. Por su parte, el ganador del Pulitzer 2013 coincide con lo expresado por Teysseire y agrega, en otro sentido, que el celular es un artefacto más que aporta, ya que hizo que los medios se nutran de cuestiones inmediatas y es positivo en tanto le agrega más ojos a la situación.

En este punto es necesario exponer sobre los derechos de auto. Teysseire explica: “Muchas veces se olvidan de poner crédito al fotógrafo. No tiene que ver con el ´ego´, sino que cuando uno firma la foto brinda su palabra de que lo que está mostrando realmente ocurrió y no está alterada, ahí radica la importancia de la firma”.

Siguiendo esta línea, la pandemia que nos confinó durante gran parte de 2020 hizo que la situación del reportero gráfico se dificulte aún más, sobre todo porque son ellos quienes “ponen el cuerpo para hacer la foto”,  sostiene Teysseire. Asimismo, recuerda: “Debíamos salir con cuidado y se hacía difícil porque el cubrebocas llevaba al empañamiento del lente, pero lo más complicado fue cubrir las marchas de los anti-vacunas”.

Abd cubrió la irrupción del Covid-19 en Perú y lo recuerda como “una experiencia profesional dura”. Afirma que vivía con constante temor, pero también presenció cosas increíbles como la lucha por salir adelante y la multiplicación de la ayuda mediante ollas populares.

Ambos reporteros gráficos conocieron su profesión de casualidad. Abd viajando por el Norte de la Argentina y países vecinos mientras sacaba fotos y Teysseire durante la crisis del 2001 al ver a un fotoperiodista cubriendo una marcha. El coordinador de ANCCOM sostiene que su relación con la fotografía “es un amor diario, me sigue apasionando como el primer día. Siempre trato de mejorar y cubrir noticias con mayor profundidad”. En esta misma línea, Abd expone que la fotografía es un medio que lo ayudó con las ganas de contar algo.

Un flash

Existen otras variantes a la fotografía convencional. La nocturna es una de ellas.  Gonzalo Santile es Licenciado en Administración de Empresas en la Universidad Católica de Córdoba y fotógrafo nocturno profesional. “La fotografía nocturna precisa planificación. Antes de comenzar mi proceso artístico busco información en Internet, con mis contactos, visualizo lugares que no hayan sido fotografiados y una vez que revisé el pronóstico, la posición de las estrellas, los planetas y la luna, emprendo el viaje”, revela.

Este tipo de fotografía requiere un nivel de perfeccionismo extremo. Santile afirma que “hay que tener ojo para encuadrar, pero después viene un procesado de perfeccionamiento arduo. En mi caso, aprendí de fotógrafos profesionales y tutoriales de YouTube”.

Además, la práctica es una táctica infalible para la fotografía nocturna. Santile enfatiza: “Nunca fui a una academia. Sí participé en concursos de fotografía, pero todo lo hice practicando y aprendiendo, por mi cuenta, a procesar técnicas nuevas” y agrega que sacando fotos y equivocándose es la única manera de aprender. En suma, tres historias de reporteros que, con sus particularidades, abrazan una profesión que busca registrar el mundo.

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